Como ya dije, en el capítulo 11 de Voluntad, había escenas que quité porque se hacía muy largo el capítulo, pero como están escritas, os las dejo aquí para que podáis leerlas.
La primera escena es desde el punto de vista de Hotch pero la eliminé porque era más de humor que de la pareja en si y no aportaba realmente ningún valor al sentido del fic. Se situaría justo al principio del capítulo.
La segunda no la corté, simplemente no la escribí, pero me quedé con las ganas así que ahora la pongo aquí. Es la escena que sucede entre que Morgan deja a Emily y Hotch solos en el restaurante hasta que vuelven a las habitaciones.
Espero que las disfrutéis. Dependiendo e la aceptación que tenga este invento seguiré haciendolo en los siguientes capítulos o no.
Un saludo
Voluntad – Capítulo 11 ( 4x04– Aaron Hotchner )
En la actualidad…
En algún lugar surcando el cielo
RUMBO A RENO, NEVADA
Habían sido llamados de urgencia por un caso en el que una pareja, aparentemente envuelta en un accidente de tráfico, había muerto. Eso no hubiera sido suficiente para la UAC si no hubiera habido dos accidentes más en las mismas circunstancias con anterioridad y si los forenses no hubieran decretado que las víctimas estaban muertas antes de ser arrolladas por otros vehículos en el accidente.
Al parecer, su SUDES estaba intentando ocultar los asesinatos haciendo ver que las víctimas morían en los accidentes. Por suerte para ellos y desgracia para el él, ese último asesinato no lo había logrado enmascarar con éxito. La mujer había sido violada y torturada y el hombre había muerto a causa de un fuerte traumatismo craneal. Tenían pistas suficientes para empezar una investigación.
Tenían seis horas de viaje por delante hasta llegar a Reno, Nevada, y Hotch podía ver el cansancio del Equipo en sus rostros incluso antes de empezar. La semana anterior había sido ajetreada y habían trabajado en dos casos. Todos, incluido él, necesitaban algo de descanso y realmente pensaron que ese fin de semana lo tendrían.
Reid se mantenía con la vista fija en los informes del caso, Morgan intentaba desviar de vez en cuando la atención de las palabras en los papeles hacia los rostros de los demás y Hotch sabía que buscaba una vía de escape de alguna manera. Rossi los observaba a todos en silencio mientras intentaba relajarse. Podía sentir a Emily a su lado, mirando con una sonrisa a JJ mientras esta se sobaba la barriga.
Aaron vio por el rabillo del ojo como JJ abría los auriculares para envolver su barriga con ellos.
— ¿Qué haces? – Le preguntó Emily, curiosa.
— Es para que lo oiga el bebé. – Respondió JJ con su habitual tono cariñoso.
— ¿Qué está escuchando? – El tono de Prentiss de pronto también envuelto de esa suavidad que solo puede estar reservada al cariño, haciendo que Hotch alzara una ceja ante la extraña sensación de familiaridad en el ambiente.
— A Bethoveen.
Reid alzó la mirada de los papeles y Aaron supo que venía uno de esos comentarios que nadie quería oír y que tenían que ver con estadísticas.
— Yo personalmente prefiero a Mozart. – Dijo – Pero ten cuidado. No se lo pongas más de una hora. Los fluidos amnióticos tienen tendencia a amplificar el sonido.
— Gracias por la información, Doctor. – JJ palmeó la pierna de Spencer, y Hotch sabía que rezaba para que Reid dejara de decirle esas cosas.
Abordaron la conversación sobre el caso durante aproximadamente una hora y Hotch dio instrucciones precisas de lo que cada uno de ellos tenía que hacer cuando llegaran a Reno. Los accidentes se habían producido a lo largo de la autopista que unía Carson City, Lago Tahoe y Reno, por lo que tenían un área bastante amplia que cubrir. Iba a ser un caso complicado y quería al Equipo fresco antes de llegar, por lo que dejó que el resto del viaje se relajaran haciendo lo quisieran sin tener que preocuparse por lo que se encontrarían al llegar a su destino.
— Nos tendrían que pagar el triple con todas las horas extras que hacemos. – Dijo David, molesto, mientras intentaba acomodarse por enésima vez en el asiento.
Hotch estaba seguro de que Morgan deseaba burlarse de él, pero pensaba lo mismo, así que solo asintió, casi herido por tener que darle la razón.
— Yo tenía planes para el fin de semana. – Dijo, con tono soñador. – Y Prentiss también. ¿Verdad? – Morgan sonrió pícaro, echando su cuerpo hacia adelante para estar más cerca de Emily. - ¿Con quién pensabas pasar el fin de semana en ese Yacuzzi?
Aaron fijo su vista en el informe frente a él, pero su atención estaba por completo en la respuesta de Emily. ¿Tenía un yacuzzi? Aunque eso no era lo que más le interesaba saber. Algo en su interior se removió al pensar que había quedado con alguien. Una pequeña sensación de intranquilidad se instaló sobre él, cogiéndolo completamente desprevenido. A decir verdad, todos los pensamientos que tenía últimamente relacionados con Emily Prentiss le sorprendían.
— Morgan… Ni sueñes que voy a contarte mis intimidades. Lo que hago en mi yacuzzi y con quién lo hago es cosa mía.
Morgan frunció los labios en un intento de parecer dolido, aunque todos sabían que no era así. Emily y él solían siempre bromear de la misma forma. Al principio Aaron pensó que entre sus dos subordinados podía haber algo, pero pronto se dio cuenta de que eran bromas sanas hechas por dos personas que se adoraban fuera del plano amoroso.
— A Morgan quizá no tengas que contarle nada, pero te aseguro que yo quiero una explicación. – Dijo JJ, su tono acusador porque su amiga le ocultaba algo.
— Tu eres otro asunto JJ. A un par de tetas puedo explicarle mis intimidades.
Hotch no pudo evitar sonreír disimuladamente al ver como Reid había cogido aire de golpe ante el comentario de Emily, aunque seguía sintiéndose raro.
— Si es por tetas no hay problema. – Saltó Morgan. – Yo me pongo un par potizas, una peluca rubia y me cambio el nombre a Morgana.
— Y aquí es cuando todos deberíamos dejar esta conversación antes de que se vuelva escatológica. – Aconsejó Rossi, entre divertido y reacio, ya que seguramente estaba imaginando a Morgan vestido de mujer rubia con un par de pechos postizos.
— Yo pagaría por ver y grabar eso. – Dijo JJ, mirando hacia el techo como si estuviera imaginándose la situación.
— Yo pagaría por verlo colgado en el ranking de Agente femenina más guapa de la Web del F.B.I. SSA Morgana ¿Os imagináis? – Opinó Reid, una vez recuperado de la impresión inicial.
— Reid, a ti no te hacen falta tetas para estar en ese ranking, con tu forma de llevar el pelo ya entras. - Le replicó Morgan. Emily le lanzó una bola de papel que dio justo sobre su cabeza afeitada. - ¡Ey!
— El pelo de Reid está perfecto. – Spencer le sonrió agradecido. – Si quieres saber algo sobre mi cita tendrás que subir más la apuesta y ponerte también unos tacones y una minifalda roja.
— Cincuenta dólares y mi voto en la Web si hace eso. – Dijo JJ, alzando la mano y chocándola con la de Emily en señal de triunfo.
Derek frunció el ceño. – ¿Hotch, a ti te parece esto normal? – Le preguntó, intentando encontrar algún apoyo cuando vio que todos estaban contra él.
Hotch dejó por primera vez en todo el viaje los informes a un lado y despacio, con su habitual seriedad, sacó su cartera del bolsillo interno de su americana ante la expectación de todos, puso cincuenta dólares sobre la mesa, frente a JJ y dijo. – Lo veo.
Rossi se echó a reír y todos los demás junto a él, excepto Morgan.
— No me lo puedo creer… - Soltó Derek, incrédulo. Se sentó en los asientos del final, dándoles la espalda a todos.
Las burlas continuaron durante unos minutos hasta que poco a poco las palabras se fueron desvaneciendo y cada uno de ellos se centró en sus propios asuntos.
En cuanto llegaron a Reno, JJ fue a hablar con los agentes encargados del caso a cargo del Sheriff Bruner, para evitar que la noticia se filtrara a la prensa. Reid se puso a trabajar en el perfil geográfico, Prentiss, Morgan y Rossi fueron a ver la zona dónde había ocurrido el último accidente y Aaron se quedó en la comisaría para hablar con el padre de Rebecca Galan, la última víctima.
Lo único que parecían tener en común las víctimas era que eran turistas que habían buscado alojamiento sin hacer reserva. Las únicas transacciones de sus tarjetas de crédito eran en gasolineras a cientos de quilómetros. La ausencia de rastros en los tres casos, los habían convertido en las víctimas perfectas.
Después de hablar con el padre de Rebecca, Aaron mandó a Emily y Morgan a Floo's, un restaurante que al parecer era muy famoso por sus donuts y al que habían ido las últimas víctimas, pero no obtuvieron ninguna referencia sobre a donde podrían haber ido después.
Mientras intentaban ahondar sobre el perfil geográfico, una testigo informó haber visto a los Galan en un restaurante de Sherwood horas antes de su desaparición. Eso les daba una pista que García podría rastrear fácilmente. La llamaron para que les hiciera una lista de todos los alojamientos cerca de la zona.
— Sherwood… es una bonita ciudad, cerca del Lago Tahoe, junto a la frontera del Estado. En la zona hay cerca de trescientos establecimientos de hostelería. – Les dijo en lo que fue un tiempo récord incluso para ella.
— García, envía una lista de…. – Empezó Hotch.
— ¿Direcciones y teléfonos? – Cortó García. - Ahora mismo distinguido señor… ¿Alguna otra cosa?
— Por ahora no.
Reid le agradeció la información por todos.
— De nada, mis queridos peluches. – Dijo Penélope antes de cortar la comunicación, a lo que JJ sonrió.
— Deberían hacerle un test antidroga. – Replicó Hotch. Ninguna sonrisa en su rostro. García era la mejor en su terreno y una gran amiga, pero Aaron a veces pensaba que realmente estaba poseída.
— ¿Cuál es el plan? – Preguntó JJ. Tenían demasiados posibles lugares.
— Empezaré a reducir la lista. – La tranquilizó Reid.
— ¿Y luego?
— Iremos a los sitios y enseñaremos las fotos de los Galan. – Contestó Hotch, convencido de que si el SUDES era el responsable de alguno de los alojamientos o un usuario de los mismos podrían ser capaces de detectarlo.
Era tarde y estaban cansados, así que ordenó a todo el Equipo que fueran a descansar. Aaron intentó dormir también, pero le resultó imposible. Las palabras de Morgan sobre la cita de Emily y su yacuzzi se repetían en su cabeza una y otra vez y realmente no entendía el por qué, así que prefirió poner su cabeza en algo que pudiera resultar útil y siguió trabajando en el caso, intentado descartar más alojamientos para que pudieran cubrir mejor aquellos que resultaran más sospechosos.
A primera hora, JJ los llamó, solicitando su presencia en la comisaría. Cuando llegó con Reid, esta se disculpó por haberlos despertado.
— Yo no estaba durmiendo. – La tranquilizó.
— Puede que haya desaparecido otra pareja. – Les informó JJ, entregándole a Aaron una fotografía de las nuevas víctimas. Ian y Abby Corbin pasaban el fin de semana en Reno. Tenían que haber vuelto ayer.
Al mirar el sitio de procedencia de la pareja verificaron que, de vuelta a casa, tenían que pasar por Sherwood, por lo que no estaban equivocados. Su búsqueda tenía que centrarse allí.
Se centraron en las nuevas víctimas para lograr descartar algunos de los hoteles y moteles de la zona. Ian y Abby no habían utilizado sus tarjetas de crédito y a menos que viajaran con mucho dinero, cosa que dudaban mucho por el extracto de cuentas de la familia, el alojamiento no podía ser muy caro. Eso les quitaba una veintena de lugares. Tampoco viajaban por la Interestatal, por lo que no tenían acceso a la mitad de los hoteles de la lista. La forma en que abusaba de las víctimas y las torturaba a su vez, sugería que necesitaba de un lugar apartado donde pudiera tener la intimidad y el tiempo suficiente para llevar a cabo sus actos, por lo que el alojamiento tenía que estar en un lugar apartado y el SUDES tenía que poseer un vehículo todoterreno con el que pudiera huir por los caminos menos transitados.
Habían logrado reducir la lista lo suficiente como para poder terminar de investigar todos los Hoteles entre los agentes del Sheriff y ellos. Normalmente no iban solos, sino en pareja, pero si querían terminar a lo largo del día, en esa ocasión, no les quedaba más remedio que separarse.
Hotch escogió cuatro lugares de la lista, el resto se repartirían los restantes. Esperaba en la recepción del último de los alojamientos impaciente, mientras tocaba el timbre. Estaba cansado. No había logrado dormir nada en dos días y empezaba a sentir el cuerpo pesado.
— Disculpe la espera. Estaba ahí detrás. – Le dijo un chico de unos treinta i cinco años, de aspecto afable mientras salía limpiándose las manos con un trapo de cocina.
— Aaron Hotchner, F.B.I. – Se presentó, enseñándole la placa al hombre.
— Wayne Draden, el encargado.
— Buscamos a estas personas. – Dijo Hotch, tendiendo sobre el mostrador las fotografías de la pareja desparecida. - ¿Las ha visto? Se llaman Ian y Abby Corbin.
El hombre parecía sincero al decirle que era el único trabajador allí y que no había visto a los Corbin. Empezó a explicarle aventuras sobre su madre buscando figurillas de cerámica y Hotch se guardó las fotos. No era el sujeto. Demasiado tranquilo y aunque por edad podía encajar en el perfil, no tenía el porte de alguien capaz de atacar a una pareja. Le dejó una tarjeta con su número de teléfono por si veía o escuchaba algo por la zona y se marchó al entrar un nuevo huésped pidiendo alojamiento.
El día había resultado menos provechoso de lo que habían pensado en un principio. Incluso separándose, no habían logrado terminar de ir a todos los hoteles y ya había anochecido, por lo que no podrían continuar hasta el día siguiente.
García buscó en casos resueltos a ver si hubiera algo que les pudiera ayudar y descubrió un caso en el que el sujeto había violado a sus víctimas hasta llegar a la última, a la que había torturado, matado y le había quitado las bragas, coincidiendo el modus operandi con el del SUDES que ellos buscaban. Ese último acto no había sido provocado por el violador, sino por su SUDES, que había aprovechado para pasar desapercibido haciendo ver que su crimen lo había cometido otro.
Volvieron atrás y buscaron a los posibles sospechosos que hubo en el caso del violador resuelto y eso les llevó hasta Floyd Hansen y Hotch se dio cuenta de que él había entrevistado a ese hombre y no le había parecido sospechoso. Se había dejado engañar, y si los Corbin morían sería culpa suya y solo suya.
— Debí seguir mi propio consejo y descansar. – Se lamentó ante Reid y Rossi mientras iban de camino al hotel que regentaba Floyd.
— Hemos hablado con mucha gente. Pudo pasarnos a cualquiera. – Lo intentó animar Rossi.
El problema para Hotch era que no le había pasado a cualquiera, sino a él. Aaron era un hombre exigente con los demás, pero mucho más lo era con él mismo. Si hubiera prestado más atención y no hubiera estado pensando en citas y yacuzzis quizá se habría dado cuenta a la primera y los Corbin estarían en casa con su familia.
En cuanto llegaron al hotel, hizo que el Equipo se separara. Había diez cabañas, cobertizos, establos… El terreno a cubrir era grande y los Corbin podían estar en cualquiera de esos lugares. Ordenó a Prentiss y Morgan que fueran con él a buscar en las cabañas mientras el resto del Equipo buscaba en los garajes y establos.
Encontraron a los Corbin en una de las cabañas, siendo atacados por Floyd. Con un gesto de su cabeza, ordenó a Emily que se mantuviera tras él y entró con Morgan a la cabaña. Floyd huyó por una puerta oculta en la parte trasera y Derek y Hotch corrieron tras él mientras Emily se quedaba ayudando a Ian y Abby.
El Karma hizo su trabajo. Floyd terminó muerto, arrollado por un camión, tal y como él había intentado enmascarar la muerte de los Galan.
Rossi se acercó a Hotch mientras esperaban a que los forenses recogieran el cuerpo de Floyd y los sanitarios atendieran a los Corbin.
— Estuve aquí. Hablé con él y no me di cuenta. – Se lamentó de nuevo Aaron. Le costaba levantar la mirada hacia su compañero. Se avergonzaba de si mismo.
— Se hizo pasar por un buen chico y te engañó. Son cosas que pasan, a los mejores. – Hotch lo miró por primera vez. – Bienvenido al club. – Sentenció Dave, pero Hotch sabía no se había dejado engañar o no había podido ver las pistas porque Floyd fuera un buen actor. No se había dado cuenta porque no había prestado atención y eso no podía volver a pasarle.
Voluntad – Capítulo 11 ( 4x07- Emily Prentiss )
Morgan miró a Emily, casi suplicándole, pero ella ya había bebido mucho por esa noche y empezaba a sentirse mareada y a Derek no le bastaba con una sola copa más, así que vieron como Morgan sin dolor ni pena los dejaba solos para ir con alguna desconocida a pasar el rato. Convenció a Hotch para una última copa rápida antes de subir.
Y ahí estaban, en lo que parecía ser una situación completamente anormal para ellos. Hotch se pidió un vaso de Whisky y ella un Gin-Tonic. Emily no pudo evitar mirar en su dirección cuando Aaron se llevó el vaso a los labios y por un momento deseó convertirse en ese objeto. Sacudió la cabeza e hizo buena cuenta de su bebida.
— No llegaste a responder a la acusación de Dave. – Le dijo, una vez terminada la primera mitad de su copa.
— No sé de qué me hablas. – Dijo Hotch y Emily no lo creyó ni por un segundo. Había una mueca en sus labios y ella supo que intentaba ocultar una sonrisa.
— Te hablo de ti y el porno online. – Se aventuró y se arrepintió casi al momento. Hotch era su jefe y por mucho que estuvieran fuera del trabajo, seguía siendo su jefe. Esperó unos segundos a que la cara de Aaron se tornara piedra, pero se sorprendió al verlo sonreír.
— No miro anuncios para agrandar mi pene.
Emily se atragantó con el Gin-Tonic y se vio obligada a toser. Hotch solo sonrió, terminándose su Whisky como si hubiera estado hablando del tiempo. Oír hablar a Aaron Hotchner de sexo no era buena idea y oírlo nombrar su pene aún menos. Decidió ahondar otros temas menos tensos.
De camino a la habitación, tuvo que apoyarse en Aaron un par de veces al notar como le costaba caminar en línea recta. Él, seguramente, viendo la situación, decidió acompañarla hasta la puerta de su habitación.
