Disclaimer: Bleach y sus personajes pertenecen a Tite Kubo.
Notas: Este fic en principio iba a ser un drabble, pero cada vez se iba haciendo más largo sin querer.
.
.
Solo pienso en el día en que te conocí.
Todos los días son así una y otra vez. Es lo único que invade mi mente para no olvidar mi meta, para evitar derrumbarme sabiendo que posiblemente me odies. Por traicionarte a ti, por traicionar a Izuru, por irme tan solo diciéndote que lo siento y conociéndote seguramente estarás desconcertada por ello.
Solo pienso en aquel día porque si pienso en todos los demás momentos que pase a tu lado posiblemente dejare a relucir mis verdaderos sentimientos. En su momento dije que era una serpiente. Tengo que seguir siendo así: insensible.
En el único lugar donde puedo dejar a un lado esta máscara es en mi habitación. Lugar donde nadie puede verme, donde puedo dejar que los demás pensamientos me invadan y de ese modo sacar una sonrisa sin falsedad.
El día que te conocí sabía que tú también tenías poder, como yo. Aquello, al igual que unos individuos que vi, me llamó la atención.
Cogí algo de caqui seco que llevaba conmigo e intente hacer que comieras para seguir con vida y te dije mi nombre. De inmediato tú me miraste y me dijiste que era uno muy extraño. Pero lo que me parecía extraño a mí era que no te sintieras incomoda o intimidada con mis ojos rasgados y mi sonrisa de zorro. Estaba acostumbrado a que la gente solo por mi apariencia desconfiara de mí, pero tú no hiciste nada de eso. Sino que además me mirabas con firmeza lo que me dejo desconcertado.
-¿Puedes levantarte?- te pregunté poco después.
-No. Estoy muy cansada.
-Yo te llevare entonces.
Te ayude a levantarte y te subiste a mi espalda. Aunque no tuviera mucha fuerza, te dije que podía contigo y que todavía podría llevar más peso. Tú no tardaste mucho en quedarte dormida.
Mi casa no estaba muy lejos de aquel lugar. En la Sociedad de Almas la gente tiende a convivir en familias improvisadas para sobrevivir, pero yo no vivía con nadie.
Nadie quería estar conmigo, todo el mundo trataba de alejarse por desconfianza.
Te deje sobre un futon y fui a por algo para comer y beber, lo ibas a necesitar cuando te despertaras. Cuando volví me quede observándote mientras dormías pensando en que ni siquiera sabía cuál era tu nombre.
Te habían quitado algo muy valioso, el poder, uno que también tengo yo. Pero podía sentir que todavía tenías reiatsu, solo necesitarías recuperarte del todo.
Pasaron horas hasta que despertaste y me miraste con curiosidad.
-¿Dónde estoy?
-En mi casa.- te respondí con una sonrisa- puedes quedarte aquí el tiempo que quieras.
-Gracias.- te sentaste y observaste mi pequeño hogar con detalle- ¿vives solo?
-Sí.
-Yo también vivía sola.
-¿Cuál es tu nombre?
-Rangiku.- y me sonreíste dejándome asombrado, en el Rukongai nadie o casi nadie me había sonreído de aquel modo o me había tratado así.- Podemos vivir juntos entonces.
Aquello hizo que se me contagiara tu sonrisa, pero aquella vez era una sincera.
-Sí.
Estuvimos hablando durante horas, sin darnos cuenta de lo tarde que se nos había hecho. Entre las diferentes cosas que nos decíamos, me contaste como aquellos hombres te atacaron y sin darte cuenta unas lágrimas recorrieron tus mejillas al contármelo. Aquello hizo que me sintiera furioso, pero para que dejaras de estar así cambie de tema tan rápido como pude.
-Mira está nevando- me dijiste de repente señalando a la ventana. Te levantaste con dificultad, yo me acerque para ayudarte, pero lo rechazaste y te acercaste hasta el cristal.
Entre los dos vimos aquellos primeros copos de nieve de aquel principio de invierno, no pude evitar agradecer internamente haberte encontrado ya que de lo contrario probablemente seguirías fuera y podrías enfermar. Te mire abriendo los ojos para verte mejor, estabas tan ilusionada y concentrada observando el cielo que no te distes cuenta de aquello.
La nieve cayó durante unos pocos minutos, aquello era un preludio de que pronto bajarían las temperaturas. Me levante del suelo con decisión y salí afuera sin decir nada, era una manía que se me había quedado al vivir siempre solo y estar acostumbrado de que nadie quisiera estar conmigo.
Me dirigí al bosque, tenía como costumbre andar durante la noche antes de acostarme. Bajo mi pie escuche que algo crujía y lo mire, era una pequeña rama que había partido. Entonces se me ocurrió que podía coger algunas para poder hacer una hoguera más adelante evitando así que pasaras frio. Si quería coger algo de leña tenía que ser en aquel momento, poco tiempo después nevaría bastante e iba a ser casi imposible encontrar madera seca.
Una de las ramas se me cayó y al agacharme para cogerla los vi. Vi a aquellos hombres que te habían atacado, vi aquella especie de bola que supuse que era tu poder. Ellos estaban arrodillados ante alguien y le daban tu poder a esa persona, supuse que él era su jefe.
La ira me invadió al recordarte indefensa y en un estado en que podrías haber muerto si yo no te hubiera encontrado, al igual que recordé aquellas lágrimas que te salieron cuando hablaste de ellos. Abrí los ojos para ver a aquel sujeto, quería verlo por completo, acordarme de su rostro y en un futuro matarlo por haberte hecho daño, por haberte hecho sufrir y por haberte hecho llorar.
El día en el que te conocí decidí cuál era la meta que quería seguir, decidí que quería matar a aquel sujeto, fuera cual fuera la forma de hacerlo, quería vengarme por ti, darte lo que te pertenecía, pero sobretodo no quería que nadie volviera a hacerte sufrir.
Pero ahora seguro que tú me odias. Me odias por no saber porque me uní a Aizen, porque traicione tú confianza de esa manera y seguramente no entiendas lo que quise decirte cuando te dije que lo sentía. Y aunque no quiera pensarlo, puedo estar casi seguro que si ahora sufres por algo es por mi culpa, pero al contrario que cuando éramos dos niños ahora trataras de ser fuerte e intentaras fingir que la situación no te afecta.
Yo solo espero terminar con todo esto, acabar con aquel que fue mi objetivo durante más de un siglo. De ese modo puede que pueda volver a la Sociedad de Almas, seguramente seguiré siendo un traidor frente a los shinigamis, pero eso no me importa. Nunca me importo la opinión de los demás. Lo único que me importa es poder devolverte lo que te pertenece y poder seguir a tu lado como antes de que todo esto empezara. Pero ahora solo me queda seguir día a día junto a Aizen fingiendo ser su aliado hasta que pueda volver a estar contigo.
.
.
No me he quedado muy convencida del resultado final jaajaj pero en fin, es mi pequeña aportación para esta pareja, que hay muy pocos fics en español del GinRan.
