Antes de comenzar: 1º Los personajes son de Jk
2º Esta historia está basada en la teleserie que se realizó en mi pais, la cual lleva este nombre.
3º La historia principalmente gira al rededor de Ginny porque habla del proceso y lo que vivo despues de terminar con su novio pero al final de cuentas es Hanny.
4º Pastel es la palabra con la que se nombrará a los hombres que tienen ciertas cualidades que hacen que las mujeres detestemos a los hombres, pueden ser mujeriegos, borrachos, etc.
Resumen: Aquí empieza la historia de Ginevra Weasley. Una mujer de 25 años enamorada y entregada, que desde niña esperaba conocer a su príncipe azul.
En el colegio tuvo esta oportunidad y no la dejó escapar. Así llevaba 8 años de relación con Christian, "Monito", esperanzada en que pronto le propondrían matrimonio. Sin embargo, tuvo que aprender que ningún sueño dura para siempre, y ahora Ginny está Soltera Otra Vez.
Ahora Ginny debe ponerse de pie, volver a confiar y tratar de rehacer su vida. ¿Es posible después de sufrir una infidelidad por parte de la persona con quien quería estar el resto de su vida?
Sus amigas serán un pilar fundamental en esta etapa y sus fieles consejeras. Pero en su búsqueda, Cristina deberá recorrer un largo y duro camino, en donde tropezará con más de un pastel.
Prologo
—Ginny estas cosas se pagan, acuérdate de lo que digo. En un par de meses cuando se le pase la calentura al imbécil del monito, volverá pidiéndote perdón. ¡Hermione por favor, deja de mover esa varita!
La morena que hablaba reclamó en contra de una castaña que limpiaba fervientemente una sala de estar parcialmente destruida. Cualquier persona creería que un huracán había estado allí pero la verdad era bastante distinta y desagradable. Ginny la pelirroja que era guiada por la morena hubiese preferido cualquier cosa en lugar de aquella verdad que habían presenciado sus ojos un par de horas antes.
Porque allí en Londres, una ciudad como cualquiera en un barrio como en cualquier otro lugar, donde se puede tomar una taza de té tranquilo, los vecinos se saludan por el nombre y se puede respirar la majestuosidad de un antiguo y legendario lugar, era el lugar en donde vivía Ginevra Weasley.
Como muchas otras niñas de su edad, Ginevra aprendió tempranamente lo que toda mujer necesita para ser feliz, vivir en pareja toda la vida. Incorporando todo el conocimiento ancestral que la rodeaba, Ginevra comenzó a creer que algún día conseguiría su mayor sueño. Con un poco de perseverancia, algo de suerte y obviando uno que otro defecto, finalmente logró encontrar lo que siempre había buscado, su príncipe azul.
Su sueño duró, y duró, y duró, y duró, y duró, y duró, hasta hoy, porque recién en sus 25 años, Ginevra Weasley aprendió que ningún sueño dura para siempre.
—Ya volverá. Llegará acá llorando porque ella no le planchará alguna camisa o no le preparará la comida que él quiere, es ahí cuando volverá rogando perdón y tu le vas a abrir esa puerta, lo vas a escuchar, fingirás que lo perdonarás y cuando lo tengas desnudo en la cama se lo vas a cortar. – Astoria, que era una de las mejores amigas de Ginny, dejó que su amiga se sentara en el sillón cerca de la ventana.
Astoria era más bien de las mujeres pasionales y vengativas, pensaba que cuando te hacían algo malo debías pagarlo con el doble.
—No Ginny, yo creo que lo mejor es que hables con él, Christian no es del tipo de personas que son infieles. – dijo Hermione
—Dime ¿Ella cómo era? ¿Rubia y alta? – la pelirroja parecía no escuchar.
Tenía aun en su mente las frescas imágenes de su novio junto a una mujer rubia metidos en su cama.
Ginevra Weasley o Ginny como la conocían sus más amigos, era una mujer muy guapa, de larga cabellera roja y ojos cual chocolates, menuda y dueña de una personalidad muy particular. Desde hace ocho años que estaba de novia con Christian Jones o como ella le decía, Monito. Era un hombre alto, castaño y muy guapo. Ella sentía que él era el amor de su vida y cada día esperaba el momento en que su novio llegara con un gran ramo de flores, vestido de gala y con una propuesta de matrimonio. Pero esa propuesta nunca llegó, ni tampoco estaba por llegar.
Ese día se había levantado con ánimo, sentía que algo nuevo ocurriría y como cualquier día laboral se dirigió a su oficina en el edificio de asignación de hogares mágicos, el equivalente a una corredora de propiedades en el mundo muggle. Había saludado a su compañera y amiga Luna quien era la secretaria de la jefa, a la cual con destreza le había preparado un café para la resaca. La cabellera rubia de su amiga cubría gran parte del escritorio y expedía un poco de olor a cigarro y alcohol. Escuchaba los quejidos de su amiga cuando saludó fríamente a Rolf Scamander, su molesto compañero de trabajo.
Había sido una mañana tranquila, llena de movimiento, pero aun así tranquila. Ya estaba acostumbrada a los típicos gritos de Milena, la dueña de la agencia y un día sin escucharlos le hubiese resultado extraño.
Regresó rápidamente a su casa, ansiosa por ver a su novio Christian. Él la había llamado para informarle que le tenía una sorpresa y anhelante por descubrir qué sería lo que se avecinaba y suplicando que fuese su sueño de que le pidiera matrimonio, entró en su hogar.
Estaba todo destruido, la superficie de la mesa reposaba en el piso mientras que plumas aun se encontraban agitándose con el viento que entraba por la ventana abierta. Con temor tomó su varita y se encaminó a su habitación. Ni sus tantos años de vida la hubiesen preparado para el golpe emocional que significaba encontrar a tu novio de ocho años teniendo sexo con una mujer rubia y hermosa en tu propia cama.
— ¿Acaso importa el cómo era la mujer? – Reprendió Hermione a Luna – Sácate esa imagen de la cabeza Ginny. Piensa… piensa en cosas bonitas, praderas, conejitos, flores – terminó dudosa.
—Prepara las Tijeras – Astoria había entrado a la habitación con una gran cantidad de ropa de hombre, la cual correspondía claramente a Christian, el actual ex novio de Ginny. Lanzó sin cuidado las vestimentas por la ventana.
Se sentía boba y le parecía lejano el ayer, cuando habían estado disfrutando de un grato momento con amigos. Se juntaron porque Draco y Astoria tenían una noticia muy importante que decirles, pero antes habían estado cantando por el karaoke mágico "Super Star". Recordaba incluso lo que habían hablado.
—…Take my hand and we'll make it - I swear oh, oh Livin' on a prayer
— ¡Vamos Ron!
— ¡Así se hace!
— ¡Woah!
Se encontraba Ron, quien al igual que su hermana, tenía el pelo colorado. Estaba casado con Hermione, una chica con una maraña de pelo en lugar de una cabellera dócil, quien se encontraba un par de metros distante de él. Ella gritaba por su esposo animándolo en su canto mientras aplaudía alegremente cuando se hubo terminado la canción.
Por otro lado, se encontraba Draco, un rubio de ojos grises que estaba de novio con Astoria, una mujer alta, delgada y un año menor que Ginny. Ambos eran muy pasionales respecto a sus relaciones.
Finalmente, un tanto distraída y como si estuviese en otro mundo, estaba Luna, quien además de cantar, agitaba sus brazos al aire, quizás intentando tomar algo con la punta de sus dedos.
Ella había estado compartiendo un beso con su novio cuando fue interrumpida por Astoria.
— ¡Ey, chicos! ¡Atención! ¡Un segundo! – La mujer golpeaba sus manos para llamar la atención de sus amigos, intentando que aquel sonido fuese más fuerte que las protestas que se estaban formando por haber interrumpido el karaoke - ¡UN SEGUNDO!
—Tranquila amor, cantamos un tema más y… -
— ¡ESCUCHENME! – volvió a gritar Astoria.
Draco habló en un intento de calmar a Astoria, pero el gesto que ella articuló en aquel momento hizo que él solo callara e hiciera lo que justamente su novia quería. Se levantó del asiento en el que se encontraba, tomó a Astoria por el cuello y la besó ante la burla y risas de sus amigos.
— ¡¿Por qué tanto suspenso?! – habló de pronto Christian sin dejar de abrazar a Ginny por la cintura.
Draco giró y miró a sus amigos con una sonrisa de medio lado.
—Con Astoria, bueno… hemos estado pensando, lo meditamos bastante y…
— ¡NOS CASAREMOS! – Gritó Astoria emocionada dejando escapar un par de risitas. Enseguida mostró su mano señalando el anillo que estaba adornado con una gran joya - ¿No me van a decir nada?
Los gritos no se hicieron esperar. Las chicas emocionadas abrazaron a Astoria acompañando sus gritos con frases como "¡por fin será tuyo!" o "¡Es lo mejor que te podría haber pasado!", mientras por otro lado, los hombres palmoteaban la espalda de Draco en señal de felicitaciones.
— ¡Oigan, oigan! ¡Escúchenme! – Alzó la voz Draco de repente intentando llamar la atención de todos luego del alboroto que se produjo después de la gran noticia – Tengo algo muy importante que decir.
El grupo de amigos parecía demasiado exaltado para que de un momento a otro el silencio reinara en la sala, pero de extraña manera eso ocurrió, quizás por el simple hecho de que todos querían obtener más detalles de la escasa información que les habían brindado o quizás solo tenían ganas de callarse.
Draco se había acercado a la que en esos momentos era su prometida y habló.
—Christian amigo, lo pensé y… quiero que tú seas mi padrino – Draco muy pocas veces irradiaba felicidad pero en ese momento la alegría le brotaba por los poros. – No puedes decirme que no.
Astoria al lado de Draco asentía fervientemente con la cabeza mientras sonreía. Ella despeinó el pelo de su novio en señal de apoyo y le besó en la mejilla. Christian por su lado solo se acercó a Draco y lo abrazó fuertemente dándole a entender que obviamente lo apoyaría y sería su padrino de bodas.
—Y Ginny, por supuesto, será la madrina más bonita del mundo.
Había sonreído emocionada y se acercó a Astoria para abrazarla. Era sin duda una noticia muy importante que una de tus mejores se casara y era mucho más emocionante cuando te elegían de madrina con nadie más que tu novio. Recordaba como si fuese ayer el momento en que su querido hermano se casó con su otra mejor amiga, fue uno de los mejores días de su vida. Unas pequeñas lágrimas se escaparon rebeldes de sus ojos junto al deseo de vivir ella, al igual que sus amigos y hermano, esos momentos de alegría que vives solo con tu pareja.
— ¿Estás emocionada? – escuchó a Astoria en su oído, ella solo asintió, la tomó de la mano y le hizo señas a sus otras dos amigas que se encontraban hablando con el futuro esposo para que la siguieran.
—Astoria Greengrass se casa ¡Esto hay que publicarlo en twitter! – comentó Luna una vez se encontraron solo las cuatro mujeres en el baño, luego con naturalidad se sentó en el inodoro a orinar – Mejor aun, se lo decimos a Rita Sketter y todo el mundo mágico lo sabrá. ¿No se te habrán metido los torposoplos por los oídos mientras dormías?
Astoria ya acostumbrada a los comentarios soñadores de su amiga, hizo caso omiso y mostró su flamante anillo con orgullo.
— ¡Es tan bonito! con el dinero que gastó Draco seguramente en él, con Ron podríamos pagar las cuentas, el auto… Ya sabes ¡No es barato! – comentó Hermione recibiendo la mirada de Astoria.
—Amiga ¡Te felicito! – había dicho ella con ánimos renovados – nosotros estamos viendo todavía, dándonos un tiempo…
— ¿Un tiempo? Ginny llevan como diez años juntos, asume que tú ya no te casaste –interrumpió Astoria retocando su maquillaje.
— ¿No me crees? ¡Es verdad! Solo estamos esperando que el monito se titule. Ustedes saben que somos una pareja que…
—Se apoya en su relación personal – le había dicho cada una de sus amigas completando el discurso que Ginny siempre repetía cuando le sacaban el tema del casamiento.
— ¡No me molesten! Si solo llevo ocho años con él – comentó reclamando y provocando la risa de sus amigas que estaba cada una haciendo algo distinto.
—Astoria, cuéntanos ¿Qué brujería le hiciste a Draco para que te pidiera matrimonio?
—Se me declaró de rodillas después de que no lo dejé tocarme en tres semanas y ¿ven lo que obtuve? – Astoria hablaba con superioridad y les mostraba el anillo como símbolo de su triunfo sobre el cuerpo de su novio y sus ganas de tener sexo con él. Hermione la miraba extrañada por la forma en que había conseguido que su novio le propusiera matrimonio pero decidió unirse a las risas de sus amigas.
—De todos modos no todas andamos con el vestido de novia en la cartera – había cambiado de tema Ginny al ver la expresión de su amiga.
—Obvio que no, porque tu Ginny tienes el vestido de pijama – comentó nuevamente Luna. Su intención no era hacer sentir mal a nadie pero estaba provocando que Ginny se enojara.
— ¿Por qué continúan con eso? Con el monito estamos muy bien así – Hermione le acariciaba el cabello de forma maternal mientras le murmuraba "yo sé que si"
—Si estuvieran tan bien el "monito" ya te hubiese pedido matrimonio.
Ahora esas palabras le hacían sentido. Astoría tenía razón.
Si en algún momento su relación hubiese estado tan bien como ella decía quizás hace mucho con Christian se hubiesen casado, por el contrario ahora la cruel verdad le pegaba firma en su mente y caía cual cubo de agua helada. Él si en verdad la hubiese amado no habría llevado a una escultural mujer a compartir su cama y es que le exasperaba y humillaba el hecho de que ni siquiera le preocupó que ella dormía ahí y que podía en cualquier momento llegar.
—Una vez Draco se atrevió a mirar a una mujer. Ese día le reventé la tarjeta de crédito comprando porque si algo he aprendido es que a los hombres hay que castigarlos con lo que más les duele. Esa misma noche Draco llegó con este brazalete – Comentó Astoria mostrando su muñeca y su flamante joya.
Pero a todo esto Ginny parecía no responder. No se dio cuenta del momento en que Christian salió despavorido del departamento amenazado por Astoria, ni cuando sus amigas asearon el desorden que el momento de lujuría había provocado y mucho menos cuando cambiaron de sabanas y colchón para que no le tocara dormir en el mismo lugar en que habían ocurrido todos los sucesos ¡No sabía siquiera cuanto tiempo había pasado desde aquel traumante suceso! Si alguien la miraba en aquel momento pensaba que era un zombie.
Hay personas quienes creen que cuando alguien está en coma siguen escuchando lo que pasa a su alrededor. Así estaba Ginny. Muchas veces escuchaba a sus amigas y madre que la visitaban a menudo. Recordaba con especial sentimiento un día a Molly, su madre, cuando le ayudó a comer un plato de sopa.
—Cuando uno cree que no puede caer más bajo, cae tres pasos más abajo todavía. Así son los hombres, como dicen tú y tus amigas son unos "pastelazos". De todos modos Ginny, tú no te puedes quejar de nada porque Christian era un excelente hombre – Molly con ímpetu ordenaba las sabanas que cubrían el cuerpo de su hija, ella solo miraba un punto fijo en la pared. – Pero bueno, no le puedes pedir mucho porque es un hombre ¡HOMBRE! Ellos son predecibles. De cualquier forma esto es tu responsabilidad porque si tú no supiste retenerlo es porque algo falló en ti. Ahora come esto que te preparé.
También tenía en su mente los momentos en que sus amigas intentaron distraerla. Primero la llevaron a una piscina, idea de Hermione. Le era cercana la voz de su cuñada vestida con un diminuto bikini aconsejándola acerca de lo que era más propicio para pasar la tristeza.
—Tienes que hacer muchas actividades. Debes volver a trabajar, podemos salir de compras, hacer ejercicio. Mi abuela siempre decía "Mente sana, cuerpo sano" – Se había sentado a su lado y continuó. – Amiga, lo peor ya pasó. Ahora sabemos que Christian no era más que un pastel.
Luego Astoria la convido a un centro nocturno solo para chicas en donde un hombre casi al desnudo le bailaba sensualmente solo a ella, una pelirroja que parecía completamente distraída.
—Amiga, un clavo saca otro clavo y muchos clavos hacen la felicidad. Ahora si el clavo es grande, eso es mucho mejor ¡Aprovecha Ginny! – gritaba Astoria por sobre el bullicio que hacían las mujeres ante los sensuales movimientos del hombre, ese ir y venir de su pelvis que a todas volvía locas.
Finalmente Luna la invitó a un parque de diversiones.
— ¡Ginny libérate! Grita, grita todo lo que estás sintiendo – Luna le habló a Ginny mientras se subían a la montaña rusa.
—Libera tu mente
—Grita, grita Ginny, todo da lo mismo.
Sabía que sus amigas en ese momento gritaban a su lado al sentir el aire golpear su cara con fuerza por la velocidad de los carros, pero ella no apartaba su mente de la figura de Christian penetrando a aquella mujer rubia.
Hace ya bastante había perdido el sentido de orientación y ni recordaba cuanto tiempo llevaba así. Escuchó que Astoria le hablaba cerca del oído y pudo reconocer su sala de estar y el cómodo sillón en el que estaba sentada.
—Ginny, la verdad no sé si tu me escuchas pero hay algo que tu debes saber. Resulta que el pastel del mono se fue a vivir…
— ¡Astoria! ¿Se te metieron los torposoplos en la cabeza? No seas tan fría para decirle eso.
—Ginny, amiga, resulta que supimos de una buena fuente que bueno, después de todo el tiempo que ha pasado, todos tenemos que continuar con nuestras vidas y resulta que… - Hermione intentó suavizar la información que estaba por entregarle.
—El maricón de Christian se fue a vivir con la pendeja esa.
Hermione y Luna miraban sorprendidas y un tanto enfurecidas a Astoria. Ni siquiera a eso pareció responder Ginny.
—Chicas, es oficial. La perdimos – dijo vencida sentándose en el sillón.
—¿No será mejor internarla? Conozco excelentes sanadores… - Habló Luna pero se detuvo al ver que Ginny comenzaba a moverse por voluntad propia.
Por fin luego de haber estado un par de semanas en estado de shock se movía. Se levantó del sillón y aun un tanto desorientada se movió hacia el balcón de su departamento. Sus amigas asustadas la siguieron de cerca, exclamando su nombre y temiendo por su vida.
— ¡HIJO DE PUTA! – Fue el primer grito y las primeras palabras luego de aquel letargo - ¡TE ODIO!
Y sin esperar más, Ginny se deshizo en llanto. Las lágrimas guardadas dentro de si durante aquel tiempo no tardaron en brotar rebeldes por sus ojos, corrieron por sus mejillas y murieron al llegar a sus labios entreabiertos, se fueron tan rápido como llegaron. Hermione siempre protectora, la cubrió con sus brazos y la guió al interior de su hogar en donde la volvió a sentar en el sillón. Ginny aun con el rostro mojado pero intentando sonreír, les habló.
—Ya, ya pasó. Ya estoy bien. Tuve tiempo para pensar
—La verdad es que mucho
—No sé como no quedaste con daño cerebral
—Te dimos de comer de los colados que le doy a Hugo, Ginny.
— ¿Qué pensaste? – preguntó Luna
—Que la vida sigue, que no me voy a echar a morir porque un imbécil con el que estuve ocho años y me dijo que me amaba, se fue con la primera mujer que le movió el culo – Luego repitió para ella misma una frase como "¡No me voy a echar a morir!" un par de veces y su mirada volvió al rostro de sus amigas – Ese pastel no me merece. Adios, di vuelta la página
—Muy bien amiga y ahora que estás de vuelta a la realidad te informo que mi matrimonio es muy pronto y tú sigues siendo mi madrina
—Y el pastel sigue siendo el padrino de Draco.
—No me lo recuerdes, porque por culpa de eso casi se termina el compromiso.
La preocupación enmarcó la cara de las amigas, hasta que Luna expresó lo que pasó por la mente de todas.
— ¿Qué vas a hacer cuando lo veas?
—Porque supongo que vas a ir ¿verdad? – comentó preocupada Astoria
—Obvio que va a ir. Será la mejor y más hermosa – Hermione la defendió.
—Y lo más importante: Prohibido que vayas sin pareja al matrimonio. – le pidió Astoria.
—Chicas deténganse. Sé que me dicen esto porque son unas excelentes amigas pero estoy bien. Además no sé si estoy preparada para salir con alguien, necesito un poco de tiempo.
— ¿Más tiempo? No lo creo.
Espero que les haya resultado agradable este comienzo. Las chilenas ya saben lo que ocurre en la historia, pero bueno...
Saludos.
