Cuando sientas que no hay salida, el amor es el único camino. (I LOVE YOU-2NE1)
Han pasado cuatro años desde que estuve en el laberinto, jamás me atreví a volver. Al crecer pensé que tendría que madurar y dejar las fantasías y cuentos de hadas a un lado, pero me quede con aquel dulce recuerdo de mi aventura, pues no solo me afrente a cosas desconocidas si no demostré lo valiente que era, y esa se convirtió en mi nueva fortaleza. Mi vida era normal, como debería ser la vida de una adolescente, con apenas dieciocho años, me di cuenta de todo lo que había cambiado cambie a mis verdaderos amigos, aquellos que estaban en mis fantasías por unos amigos que solamente hablaban mal de mí a mis espaldas, cambie el amor de un príncipe azul, por el de un idiota que me engaño.
-¿escucharon bien? Tienen dos días para escribir su libro, si no tienen inspiración traten de adaptar alguna novela o libro a sus propias expectativas, sorpréndanme-
Tenía solo dos días para presentar un libro que calificaría esa materia, si no presentaba un buen trabajo seguramente me iría mal. Me obsesione tanto con las buenas calificaciones pues fue la única manera de atraer la atención de mi padre y la aceptación de mi madrastra. Solo faltaban dos meses para salir de la preparatoria.
Me encontré sentada frente a la computadora tratando de que la inspiración surgiera y lograra escribir algo más que solo "ERASE UNA VEZ". Me desespere y me puse mi chaqueta y salí a caminar un poco, para despejar mi mente. Nos encontrábamos en pleno noviembre y la niebla era algo densa, entonces me senté en una banca y comencé a escuchar música.
-por increíbles caminos e innumerables fatigas me he abierto camino hacia el castillo mas allá de la ciudad de los Goblins, para recuperar al niño que me has robado, porque mi voluntad….- me puse de pie y en ese momento supe de que escribiría, una sonrisa se dibujo en mi rostro.
Corrí apresurada directo a casa empapada por la lluvia y comencé a escribir tan segura y confiada en que mi adaptación de la novela "el laberinto" sería un éxito pues solo yo podría interpretar como eran todos los personajes darles vida en verdad, ya lo había vivido, yo era la historia.
-ahhh, que cansado- termine de imprimir mi libro, me encontraba orgullosa, pero muy agotada pues tuve que pensar en cómo narrar todo lo que paso. Aunque hubo solo un personaje en el que me encontré con dudas, Jareth, el simplemente no podía entenderlo, desde que leí por primera vez el libro del laberinto ni siquiera cuando le conocí, ¿porque el cumplió con llevarse a Toby cuando se lo pedí y no cuando le pedí que me lo devolviera?
-¿Qué movía a Jareth para ser malo? ¿El odio o el amor?- me pregunte eso en voz baja, sentí una extraña sensación, cuando dije aquella frase como si alguien me estuviera viendo, cuando voltee no había nadie, pero aun así tenía esa sensación de unos ojos sobre mí.
-¿Sarah no vas a cenar?-me pregunto Toby, que se encontraba en la entrada junto a la puerta.
-Toby me has asustado- le dije después de que me había llevado un buen susto.
-¿Sarah escribes una película de miedo?- me pregunto inocentemente Toby.
-no, ya es tarde me voy a meter a bañar- el pequeño se fue caminando sonriente como siempre, aprendí que él era mi único hermano y que en verdad lo quería y que debía protegerlo.
Después de que termine de bañarme y me preparaba para dormir, ocurrió algo de lo más extraño, incluso llegue a pensar que no era nada, pero no pude ignorar ese pequeño incidente. Era luna llena y su tenue luz iluminaba mi habitación, y no me dejaba dormir, así que me pare a bajar las cortinas y allí estaba frente a mi ventana una lechuza blanca viéndome a través del cristal, me quede petrificada , en sus enormes ojos podía verme reflejada, entonces cayó al piso un perfume que había dejado casi en la orilla del tocador ;reaccione y voltee a ver el perfume lo cual me impresiono que no se hubiera roto, parecía intacto pero cuando me agache para recogerlo este ya estaba en mil pedazos, me corte con un pedazo de vidrio y mi mano comenzó a sangrar, voltee a la ventana y aquella lechuza emprendió su viaje lejos, como si estuviera satisfecha de mi herida.
