Mi Placer Culpable

DISCLAIMER: Ningún personaje de la siguiente historia me pertenece (salvo algunas excepciones), sólo los utilizo como modo de recreación, entretenimiento, etc. Éstos le pertenecen a su creadora Yuya Aoki y Rando Ayamine.

(*) Personaje original del Manga y que no fue presentado en el anime.

Capítulo I: Comienzo

Odiaba esto… Lo que más odiaba era el tiempo perdido, pasar una gran parte de la mañana escuchando a representantes de compañías vendiendo sus proyectos o productos conociendo que su padre no los tomaría en cuenta, simplemente daría su punto de vista, les brindaría su mejor sonrisa y se iría. Si, le gustan los negocios, no por algo es el hijo del presidente de la compañía pero lo aburría enormemente estas reuniones sin sentido. La Mugenjyō Company, la empresa tecnológica más importante en Japón, un negocio familiar, algún día el ocuparía el puesto de su padre. Suspiró… Observó a los presentes… Cerca de él se encontraba la Gerente de Ventas, María Noches (*), una hermosa mujer de largos cabellos marrones oscuros, ondulados, cuyos ojos eran oscuros, de una tersa piel morena, su cuerpo era extremadamente proporcionado, a veces Ban se preguntaba como no se caía al suelo con ese tamaño de busto, vestía un vestido corto color blanco de cuello largo sin mangas, perfectamente combinada con unos tacones del mismo color. Ella se mostraba totalmente desinteresada ante el locutor, jugaba con su cabello y soñaba despierta, una actitud que a Ban no le sorprendió, ella hacía eso muy a menudo, se comportaba como una niña. Un poco más allá, sentado a la derecha de su padre se encontraba el Vicepresidente Paul Wan, siempre con ese aspecto tan relajado, su cabello rojizo mal agarrado con una coleta, esos anteojos que rara vez se quitaba, pantalones marrones de vestir y una camisa elegante con las mangas recogidas hasta el codo, fumaba su cigarrillo mientras leía detenidamente unos papeles, pese a su aspecto es el único que se toma cada reunión muy en serio y lo estudia todo en beneficio de la empresa. De pie junto a su padre se encontraba Kyoji Kagami, su asistente personal, un ser sumamente despreciable o al menos en su opinión personal, rubio, ojos violeta, vestía un esmoquin blanco y bajo este una camisa color violeta, sólo se mantenía ahí esperando alguna instrucción de su padre. Y ahí, en la punta de la mesa de conferencias, se encontraba su padre Der Kaiser (*), siempre con esa expresión de hielo e intimidante, el parecido era impresionante sólo que en lugar de ojos azules como Ban los tenía negros, impecable en un esmoquin negro, siempre elegante, observaba detalladamente al interlocutor. Ban cerró los ojos y volvió a suspirar, al abrirlos ya la reunión había acabado, observó como los presentes se levantaban de sus asientos.

-Estirándose- "Pensé que nunca terminaría"- Mientras buscaba su celular

-"No eras el único"- Dice Maria Noches mientras bostezaba- "No sé como tu padre no se aburre"

-"Es porque no tiene alma"- Mirándola con seriedad

-"No seas tan duro con tu padre"- Intervino Paul Wan-"Es hora del almuerzo, los invito a comer"- Sonriendo

Se escuchó un acepto por parte de María Noches mientras hacía pequeños saltitos-

-"Lo lamento, yo paso… Te acepto la invitación en otra oportunidad"- Mientras guardaba su teléfono celular

-"Uy! El pequeño Ban tiene una cita… ¿Con cuál de todas te verás?"- Con el tono más pícaro y seductor que tenía la morena, mientras se acercaba con curiosidad a Ban.

-"Con tantas novias vas a enloquecer un día"- Dijo Paul en tono burlón

-En tono irónico- "Ja ja ja, muy graciosos"- Les sonrió- "Los veré luego"

Salió de la Sala de Juntas y se dirigió a ascensor, en su recorrido pudo sentir a mirada de las empleadas, al fin y al cabo era el gran Ban Mido ¿no?, era normal que causara esa sensación, rió para sus adentros, su padre era tan mujeriego como él así que no era sorpresa que la mayoría fueran mujeres y era aún más divertido verle las caras cuando Ginji lo acompañaba, casi sin decir nada se les tiraban encima. "Demonios" pensó, recordó que Ginji le había pedido que por favor buscara a su hermano en la escuela ya que ese día tendría una competencia de surf. Revisó su reloj, "Aún tengo tiempo". El ascensor se detuvo en el piso 6, buscó una de las oficinas que estaba a la derecha, en realidad era una mini oficina comparada con otras y se leía un letrero que decía "Himiko Kudo- Pasante", abrió la puerta, la oficina era pequeña en ella solo había una biblioteca muy modesta, un escritorio, y ahí estaba ella, arreglando la comida que había pedido para los dos en una pequeña mesa que había cerca del escritorio. Maria Noches había decidido tomarla como su aprendiz, creía en ella, además de hacerlo como un favor a Ban. Al ver que la chica no se percató de su presencia cerró con cuidado la puerta y la abrazó por la espalda.

-"AHHH…"- El sonido del grito fue ahogado por la mano de Ban- "¡No hagas eso!"- Mientras le golpeaba de manera juguetona en el brazo

-"No lo pude evitar"- Sonriendo- "La reunión fue una tortura"- Mientras sacaba un cigarrillo

-"Lo sé"- Quitándole el cigarrillo y botándolo en la basura- "La señora Noches dijo algo parecido"

-"…"- Concentrado y con ojos llorosos observando el cigarrillo que estaba en la basura

-"No me mires así"- Ban la miraba con ojos de perrito suplicante- "No me gusta que fumes en mi oficina"

Lo observó y vio como su mirada cambió, conocía esa mirada, sonrió… El chico la observó de pies a cabeza, amaba esa expresión, le encantaba sentirse deseada por él aunque en el fondo solo obtuviera eso y no el deseo de su corazón. Por su parte Ban sólo la estudiaba, era una chica atractiva y no podía negarlo… "Gracias Dios porque las faldas existen" pensó, ya que la chica llevaba puesta un falda color azul oscuro que mostraba sus perfectas piernas, arriba una camisa de vestir de tiras pero azul celeste y unos botines de tacón negros. Crecieron juntos, eran grandes amigos, hasta que esto se convirtió en un juego... Si… Un juego, esto era lo que significaba para él, un simple juego.

-"Estás hermosa"- Mirándola intensamente

-"Gracias"- Sonriendo- "Pedí comida china"- Mientras buscaba las cosas para servir

-"¡Qué cosas!, yo estoy antojado de otra comida"- Sonriendo pícaramente

-"¿Qué?"- Sorprendida- ¡Pero si…"

La frase no la pudo terminar ya que los labios de Ban sellaron los suyos, el beso se fue tornando cada vez más pasional, el roce de sus lenguas, la agitación de sus respiraciones… Ella sabía que estaba mal, estaban en el trabajo pero tampoco podía resistirse a él, sintió como la mano de su acompañante bajaba hacia sus glúteos y besaba salvajemente su cuello, gimió; su simple toque la hacía perder el control, sabía cómo satisfacerla, era adicta a Ban Midou.

En el distrito de Shinjuko el sitio nocturno por excelencia era el Honky Tonk, de entrada elegante y sencilla una vez pasada la puerta en el primer piso se observa una gran sala con algunas mesas de billar, otras para jugar póker, otras simplemente para sentarse a tomar, a la izquierda una gran barra y a la derecha los baños, era atendido por puras mujeres vestidas de sirvienta pero de manera muy sensual. El aire estaba contaminado de humo de cigarrillo y alcohol, la decoración era simple pero no por ella menos lujosa sin embargo la luz era tenue, en el local había una variedad de personas. A pesar del ruido que reinaba en el lugar se podía escuchar el leve sonido de la música que provenía del sótano, la puerta (que siempre permanecía abierta) a éste se encontraba al fondo del primer piso, al bajar las escaleras de hierro podías sentir el cambio de ambiente, las luces eran de colores e intermitentes, al fondo había una tarima que tenía de su lado izquierdo un tubo de pole dancing, así como otros dos ubicados por la sala, la decoración consistía en varios espejos y posters de todo tipo, las paredes eran color blanco y perfectamente amueblada, por el lado derecho una mini barra y cercana a la tarima otra puerta que daba a pequeñas habitaciones con sofás; en el ambiente estaba lleno de lujuria, las mujeres tenían muy poca ropa (si es que vestían algo), un sitio donde el placer y el disfrute era el dueño.

-"¡Esta mano es mía!"- Un glorioso Emishi- "Lo siento Midou, pero perderás tu apreciado Ferrari"

El pasatiempo favorito de estos chicos era jugar póker, era una especie de ritual para ellos, al menos tres veces a la semana jugaban Haruki Emishi dueño del Honky Tonk, lo abrió por diversión ya que sus padres se rehúsan a que trabaje, le dan todo aquello que desee, vestía de la manera más sencilla, unas bermudas naranja, unas sandalias marrones y una camisilla blanca. La despampánate Heven, sus rubios cabellos estaban recogidos en una coleta alta, vestía un mini vestido color rosa pálido con un escote muy pronunciado en el busto y la espalda, era la Madame de las chicas, cualquier cosa que necesitasen, cualquier queja o lo que fuera tenían que hablar con ella primero, era la encargada de seleccionar a las chicas que trabajarían en el local, social y amigable pero muy de armas tomar.

-"¿Qué tal estuvo tu competencia Ginji?"- Paul preguntó observando cuidadosamente sus cartas- "¿Natsumi te acompañó, no es así?"

-El rubio muy entusiasmado- "Muy bien, quedé en el quinto puesto, las olas estaban muy rudas esta vez… Si, Natsu me acompañó"- Tomando otra carta del mazo

-"Jajajaja… Natsumi te distrajo seguramente y por eso no ganaste"- comentó la rubia muy divertida

-Muy sonrojado- "Esto… mmm… No, no fue así"

Se forma una gota colectiva

-"Ban-chan ayúdame"- un chibi Ginji se sube a su regazo.

Sólo se escucha un golpe seco, acto seguido a chibi-Ginji con un chichón en su cabeza y en su asiento.

-Con la vena de la frente brotada- "Cuidado con mi traje… Hablando de eso"- Toma un sorbo de su whiskey- "¿Dónde está el chico hilandero?

-"Hasta donde se está trabajando en su nueva colección"- Emishi muy seguro- "Fue a Italia a buscar unas telas, regresa mañana"- Enciende otro cigarrillo

-"Hablaré con Katsuki para que me haga modelo en su próximo desfile"- Con estrellas en los ojos y muy convencida.

-"¿No estás muy vieja para eso?"- Con una gran sonrisa irónica mientras limpiaba sus anteojos.

Ban, Emishi y Ginji dejaron de respirar, si hay algo que NO debes decirle a Heven es la palabra "vieja". Cómo era de esperarse la rubia parecía una leona gruñendo y gritándole a Paul por su comentario atrevido mientras él reía a carcajadas. Las risas cesaron cuando Kagami entró al local, era extraño verlo ahí además se dirigió directamente a la mesa donde ellos se encontraban.

-"Me retiro caballeros"- Levantándose elegantemente- "Tengo un asunto de negocios con el caballero"

-"Vaya, veo que se divierten"- Mostrando su sonrisa al llegar a la mesa- "Señorita Heven"- Tomó su mano y la besó.

No los perdieron de vista hasta que ya no se veían.

-"Hipócrita"- Dijo Ban entre resoplos

-"¡Asco! ¿Cómo la señorita Heven puede tratar con él?- Como expresión como si fuera a vomitar- "Hay hombres mejores"

-"Habló de negocios, recuerda que él es socio de esa parte del local"- Dijo Emishi

-"Pero si es de negocios… ¿No debería hablar contigo?- Un Ban muy serio

-"No cuando de chicas se trata"- Se quedó pensativo- "Seguramente traerá una nueva"

-"Seguramente la nueva adquisición de tu padre"- Paul miró seriamente a Ban- "Gané"- Bajando su mano de cartas

Luego de esto se escucharon las quejas de Emishi y los lamentos de Ginji, ya que los principales afectados de la apuesta eran ellos. Clamaban por la revancha pero Paul reía y decía que tenían que aprender a ser buenos perdedores. Luego del comentario de Paul, Ban se mostró poco interesado en la apuesta y su curiosidad aumentó, se preguntó quién sería la chica ya que su padre no era muy benevolente con sus amantes. Se escucharon unos pequeños disturbios en el sótano pero fueron rápidamente silenciados, a los pocos minutos por la puerta del sótano sale un muy molesto Shido cargando a otro hombre histérico lanzando puñetazos y ver cómo es sacado del sitio como si fuera basura.

-"¿Ése es el nuevo guardia de seguridad"- Pregunta el rubio con asombro

-"Si, lo contratamos ayer"- respondió Emishi- ¿Por qué te sorprende tanto?

-"(O_O)"- El rubio sólo tenía esa expresión, mientras Ban reía

-"Jóvenes, me voy… Mañana tengo una reunión importante"- Se levanta- "Ginji, ¿dormirás en casa o te quedarás con Ban?

-"Me quedaré con Ban"- Sonriente

Eran alrededor de las cuatro de la madrugada cuando Ginji y Ban llegaron a la mansión, el rubio venía casi dormido de la borrachera con ayuda de los sirvientes lo llevaron a la habitación de huéspedes. Por otro lado el ojiazul fue mucho más lento en subir a la habitación, no fue por la ausencia de luz si no que escuchó ruidos… Ruidos que le eran familiares. Sin duda, Der Kaiser tenía compañía y disfrutaba de ella, los gritos de placer, los gemidos, inundaban el piso superior de la mansión y eso significaba que no dormiría hasta que su padre se fuera a la empresa. Y eso lo odiaba, entendía que su padre tuviera necesidades como hombre pero no tenía que ensuciar la cama donde una vez durmió su madre, tanto dinero con el que podría pagar un hotel y por tacaño no lo hace.

-Cerrando la puerta de su habitación- "Qué curioso, mientras la cama de mi padre se ha vuelto un burdel, la mía permanece la de un monje… Los hoteles son más divertidos"

Fin del Capítulo

Mis queridos lectores y lectoras! Espero que les haya gustado este 1er capítulo… Aún falta la aparición de Katsuki, Jubei, Akabane y MakubeX, no se desanimen y sigan leyendo… A medida que la historia se vaya desarrollando las escenas se pondrán más fuertes, así que no será apta para menores, no todo es color de rosa y todos queremos esconder algo. Déjenme sus comentarios, quejas, opiniones, etc.!

Hasta la próxima.