Hola yop de nuevo recordando que estos hombres espectaculares no me pertenecen, son todos de kurumada yo solo los torturo en algunas de mis historias.
¿Qué si mi vida era fácil?, ¡claro! si fácil llamas a ser hermano de una persona idéntica a ti, que de paso tiene doble personalidad… es fácil. ¿Un día normal para mí? Ese donde me despertaba temprano para desayunar e ir a los entrenamientos en el coliseo, no sin antes toparme con el bipolar de mi hermano gemelo en la sala sosteniendo la escoba y mis bóxer de carita feliz—para arrojarlos justo en mi cara— junto a esa expresión de ama de llaves que adoptaba cada mañana, ¿estaba harto? … ¡Sí! Un poco más y la demencia contagiosa de Saga se me introducía por los poros, era tan irritante, extremadamente ordenado, quisquilloso con la comida, hogareño, delicado, pensándolo bien ¿Por qué mejor no tuve una hermana?... y eso mis amigos fue lo que me motivo a cometer tal error.
—Buenos días Kanon—me decía con su ceja levantada mientras arrojaba todo lo que podía en mi cara—creo que hay algo que se llama orden… cosa que tu desconoces, recuerda que compartimos este templo y mantenerlo limpio es de NUESTRA responsabilidad.
Continué mi camino suspirando profundo, esperando que mi forma de ignorarlo lo hiciera callarse… ¡pero NO! Continuaba con su sermón—que por un momento pensé, escribía para no olvidar ninguna palabra—mientras llegaba a la mesa y me servía el cereal, entonces otra regañada.
—Me impresionas…—dijo cruzando sus brazos sobre la escoba— ¿ni siquiera harás café o huevos? , pareces un bebé comiendo cereal, por eso estas…
—No lo digas—sentencie con mi cuchara en la mano.
—GORDO…—soltó victorioso.
Y es que si, era cierto que había ganado uno o dos kilos más después que la princesa Atena nos devolviera a la vida, pero no me pueden culpar, eran tiempos de paz y había días que me iba con Milo a la playa a ver chicas y tomar cerveza.
Decidí entonces irme al templo del escorpión bajo la mirada de Nanny Mcphee, solo para evitar llegar a otra de nuestras matutinas discusiones sobre los buenos hábitos y las reglas del templo de géminis, mientras subía pude ver a Ángelo sentado en la explanada de su templo con su espalda recostada en uno de los pilares que marcaban la entrada y un cigarrillo en su boca, de vez en cuando lo quitaba y hacia pequeños círculos en el aire, me senté a su lado en silencio, mi hermano era molesto y algunas veces casi loco, pero Death Mask… ese era un demente.
— ¿De nuevo peleando con tu hermano?—pregunto clavándome sus ojos azules— deberías conseguirle una novia—soltó tras una carcajada.
Levante mis hombros y suspiré mientras asentía con mi cabeza, realmente no quería hondar el tema, ya suficiente tenía con despertarme todos los días literalmente a su lado, así que me levanté y seguí mi camino, pase por todas las casas restantes, pero algo llamó mi atención en virgo, era Shaka hundido en un libro que conocía perfectamente, de él había salido la receta con la que mi adorado enemigo Radamanthys y hasta el mismo y el carnero habían sido convertidos en bebés, estaba tan entretenido con su lectura que no reparó en mi presencia hasta que coloque una mano en su hombro.
— ¡Kanon!—gritó—me asustaste ¿que deseas?—preguntó ocultando el libro tras su túnica.
— ¿Que el patriarca no te dijo que quemaras ese libro?—pregunté recordando las palabras de Shion—yo puedo hacerlo por ti Shaka—sugerí, pero Buda lo oculto en su túnica y me dijo que él se encargaría, entonces… vino esa extraña idea en mi cabeza otra vez… y ¿si ese libro tuviera una poción para que Saga fuese mujer? ¿Sería que su carácter mejoraría? Tal vez no le importaría barrer y limpiar o cocinar, de todas formas a las chicas eso del orden les viene como un plus, sonreí y creo que todos los pájaros volaron al sentir mi malévolo cosmos.
… … … … …
Ese día paso entre entrenamientos y mandados al pueblo, confié a Milo mis planes y el confió en Camus, que me sentencio mil veces para no cometer esa locura, pero ya estaba decidido, esa noche robaría el libro de la casa de virgo y buscaría la famosa receta, nada perdía.
Cayó la noche y mientras caminaba con Milo a mi lado hasta el sexto templo, tuve ganas de echarme hacia atrás pero el escorpión no me dejaba, más atrás estaba Camus, quien levantaba una de sus gruesas cejas y me observaba.
Entramos sin ningún contratiempo, caminamos hasta su habitación y con delicadeza abrimos la puerta, caminamos a gatas hasta acercarnos a su cama, Shaka dormía como un bebé— tal vez el haberse convertido en uno la última vez no les había caído del todo mal.
Mientras Milo hurgaba en el ropero y Camus las gavetas, observé con terror que el libro ya hacia abajo su almohada, llame al bicho y le señale el escondite, con delicadeza jalamos el libro pero Shaka abrió sus ojos y me miró directamente.
Yo me inmuté, nos había descubierto, me tenía nervioso, no dejaba de mirarme, sus orbes azules con las pupilas dilatas, no parpadeaba
—¿Kanon?—preguntó un poco extrañado y adormilado
—No… esto es un sueño Shaka—dije con mi voz temblorosa—duerme… estas soñando que somos unas bailarinas de ballet—dije haciendo señas a los otros.
Ahogue mis carcajadas cuando Milo y Camus comenzaron a hacer poses como las de Hyoga antes de lanzar su polvo de diamantes, luego me les uní con el libro en mis manos.
—Creo que comí de más—lo escuche decir antes de caer de nuevo en un profundo sueño.
… … … … …
Corrimos hasta la casa de Camus, que hasta ese momento no sabía por qué nos ayudaba, Camus era todo un ejemplo de intelectualidad y obediencia, así que su mejor escusa era que lo que hacíamos abarcaba esa parte de la ciencia que le interesaba profundizar y aparte no quería que su mejor amigo saliera lastimado por mi culpa—como no— así que mientras no dijera nada, era un buen cómplice, topamos con suerte pues era una especie de conjuro rápido y sencillo, más como un conjuro que otra cosa.
Regresé victorioso al templo y con mi otra dimensión tire en el libro en la habitación de Shaka, saber dónde había caído pero… ya que, tenía lo que deseaba.
Luego ingrese a la habitación de mi hermano y me arrodille a su lado, recite el poema que había copiado en un papel, esperé, esperé, esperé, me dormí, y cuando desperté, algo definitivamente no estaba bien
continuaraaaa
continuaraaaa
muchas gracias por leer otra de mis locuras, el libro que que le roban a Shaka es el culpable de NIÑO A NIÑERO una de mis historias
