¡Hola a todos

¡Hola a todos!

Se que desde hace mucho tiempo no subo ningún fic, y realmente lo siento. No sólo porque he dejado a medias "Yellow Moon" y "Momentos", sino porque también

siento mucha nostalgia de sentarme frente al ordenador, poner alguna canción romántica de fondo y empezar a escribir.

El día de hoy, sin mayor explicación, tuve una pequeña idea y salió este oneshot. Dudo que sea el mejor de mis fics, mas me encuentro en un momento de mi vida

donde pensamientos como estos invaden mi mente xD.

En fin, espero que les guste. Siéntanse libres de cualquier comentario, crítica o etc.

¡Saludos!

Edit: Adazmerize, ¡miles de gracias por los consejos! Ya están corregidos los errores de puntuación ;D.

.:.

"Helada"

La brisa era fría, aquella tarde a las 6.

Mis delgados dedos congelados, mis labios entreabiertos y temblorosos.

El sonido del viento golpeando las copas de los árboles.

El perpetuo silencio en medio del campo.

"¿Dónde estás?"

El vacío en mi corazón...

La lentitud del tiempo...

Caminé unos cuántos metros más, hasta llegar a aquella estación donde alguna vez te vi partir.

- ¡Estás loca! ¿Piensas que algún tren vendrá aproximándose una helada?- dijo mi abuela.

No respondí. Sólo tomé aquel saco de mi madre y salí.

El viento seguía resoplando con fuerza.

Mi cuerpo temblaba; mientras mis manos, completamente congeladas, buscaban un poco de calor dentro de los estrechos bolsillos del saco.

En vez de tomar asiento en una de las bancas de madera, preferí caminar de un lado a otro.

Sabía que de hacerlo, el frío me habría consumido totalmente.

De pronto, pequeños copos de nieve comenzaron a caer sobre los prados, cubriéndolos con una hermosa capa blanca.

"¿Dónde estás?"

La estación seguía vacía.

Los carriles del tren cubiertos de nieve.

"No importa cómo, ni cuándo, pero volveré".

Palabras...

Tus palabras...

El calor que permitía mantener mi cuerpo de pie.

Seguí caminando de un lado a otro de la estación, mientras el eco de tu voz perpetuaba mi mente.

Mis piernas me dolían...

Mi respiración se agitaba...

Mi fe permanecía...

Totalmente agotada, decidí sentarme por un momento.

Pasaron 1...2...3 horas...

A partir de allí, perdí total noción del tiempo.

Extrañamente, mi cuerpo no sentía más dolor...mas bien, no podía sentirlo en lo absoluto.

Poco a poco, la vista de la hermosa y blanca nieve sobre los prados se hacía más y más borrosa...

Mis párpados pesaban.

Creí escuchar fuertes pisadas acercándose hacia mí.

- ¡Winry! ¡Winry! ¿Estás bien? ¡Respóndeme! - dijo a lo lejos una voz.

Mis labios, totalmente congelados, incapaces de responder.

Los suaves latidos de mi corazón.

.:.

El sonido del viento golpeando las copas de los árboles se había convertido en un relajante silencio.

El calor en mi cuerpo se había incrementado.

Mis párpados ya no pesaban.

Mis manos habían recobrado su temperatura.

Lentamente, abrí los ojos.

La hermosa y blanca nieve, los prados bajo ésta, y los rieles del tren que te traerían de vuelta habían desaparecido.

A mi lado, la figura de un guapo y esbelto joven se vislumbraba.

Sus fuertes y firmes brazos rodeaban mi cuerpo.

Sus rubios y suaves cabellos se confundían entre los míos.

Su penetrante mirada...sus ojos ambarinos...

Su apuesto rostro...su cálida sonrisa.

"No importa cómo, ni cuándo, pero volveré".

- ¿E-Ed...? - alcancé a decir, mientras numerosas lágrimas corrían por mis mejillas.

- He vuelto - respondiste, sin dejar de sonreír.

FIN