Autora: Spark Clutches
Advertencia: Lime (NC-17)
Pareja: Violate x Aiacos
Comentarios: Creo que mi espectro favorito es Violate (o Violeta en español) la amo realmente! Y en el foro de saint seiya yaoi, hay una competencia de drabbles por lo que participe como mi primer fanfic hetero *w* solo porque realmente la amo, y creo que es la única (mejor) pareja que me gusta – hetero.
Está bien, espero lo disfruten n_n
Antes de la misión
De sus aposentos, entró a la habitación de las termas. Termas que eran calentadas por los ríos de lava que corrían por el inframundo, termas que le revitalizaban, le excitaban pensando en volver al campo de batalla, esta vez, para la misión más importante.
Una misión con Él.
Hizo un ademán para que las monjas de negro la dejaran sola, se recostó con sus brazos fuera de la terma, dejando sus firmes senos fuera del agua. Respiraba con sus ojos cerrados, dejando que las propiedades de las rocas calizas y el azufre humeante le reconfortaran antes de la batalla decisiva.
Escuchó el sonido del agua, alguien entrando al agua. Molesta, no dejaría con vida al estúpido que se atrevía a entrar. Eso tenía en mente antes de lograr verlo. Violate bajó su cabeza, en una pequeña reverencia.
– Señor…
– Shh… se acercó para tomarla de la barbilla. Observó con deleite aquel rostro, sorprendido, apenado, sonrojado.
Sin soltarle el rostro, se agachó para unir sus labios, un beso desenfrenado, un poco lento al principio, con caricias en el cuello, jalones de cabello, jadeos entre pequeñas pausas, gemidos entre mordidas. Fuertes mordidas, en sus endurecidos pezones, en su cuello, en todo su cuerpo marcado, con el fin de dejarle más marcas, distintivas de garuda.
Se unieron bajo el agua, Aiacos sosteniéndole las caderas mientras era enredado entre las fuertes y marcadas piernas de Violate, marcas rojas de manos y aruñones. El vaivén incrementaba su velocidad así como la fuerza, y los gemidos de ambos, las mordidas en el hombro y los aruñones en la espalda de Aiacos.
– Si, márcame, deja toda evidencia que soy tuyo, y que tú eres mía –
Y ambos llegaron al clímax.
Sin decirse nada, recuperaron su ritmo cardíaco, se lavaron con el agua, sonrieron cómplices, y Garuda se fue como había llegado. No sin antes depositarle un suave y pausado beso en los labios de Violate.
Fin
Actualización: 08 de Junio de 2013.
