Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.R.R: Tolkien
Ya no duele…
El día en que nuestras miradas se cruzaron…
El día en que mis heridas cicatrizaron al fin…
Ese día ,bajo el suave murmullo de la fuente, contemplando aquella fría mañana, tu suave mano calentó mi corazón.. y mi alma.
Tú, el menor de dos hermanos, tú, despreciado por aquel al que más amabas, precisamente tú barriste de mi cuerpo aquellos pedazos de corazón roto, liberaste mi espíritu de aquella jaula auto impuesta, sus barrotes ya no resonaron mas en mi cabeza, ahogándome… porque tú… tú me amas.
Sueños rotos de una niña caprichosa, vanas ilusiones de una pequeña que siempre estuvo sola… Quise aspirar a lo más alto, me dejé cegar por el esplendor de un linaje, por los cantos de batallas pasadas, quise ser algo más que la última esperanza de un pueblo acabado, algo más que una mujer condenada a servir hasta su ultimo aliento….vi en él la salvación.. mi salida de aquel agujero….no me di cuenta de la fantasía que había creado mi propia mente hasta que el mismo dueño de mi corazón me lo anunció… El no me quería.
Con la excusa del honor y la gloria me encaminé a la batalla y en un intento suicida por demostrar mi valía arriesgué mi vida junto aquellos hombres que nunca me miraban, que nunca escuchaban mis palabras, me sentí verdaderamente libre por una vez. Mi cuerpo ya no era mi cuerpo, mi mente divagaba entre sangre, gritos y llanto…
Desperté en este lugar, traída de vuelta de las estancias de Mandos por las mismas manos sanadoras que un día me rechazaron…
Lo maldije una vez más, ¿Por qué se empeñaba en atormentarme?, yo tan solo quería dejarme morir, descansar rodeada de la gloria que yo misma me había labrado… nada quedaba en el mundo para mí…
Entonces te vi…. Recortado detrás de aquella columna, tus ojos no dejaban de mirarme con curiosidad, como haces siempre con las cosas que no conoces. Al instante vi un reflejo de mi alma atormentada en tí, pude ver las mismas cicatrices en tu cuerpo, las mismas marcas ensombrecían tus pupilas…marcas de rechazo y soledad.
Pude apartar la vista indignada y entrar en mi cuarto… pero no lo hice.
Pude ignorarte y herir tu corazón ya malherido… pero no fui capaz.
Pude mostrarme dura e insensible, ahuyentarte con mi perenne muro de piedra… pero una simple mirada… un roce de manos…. Y sentí como mi fortaleza rocosa se deshacía en mil pedazos.
No eras el rey que yo había soñado de pequeña, pero tenias una grandeza aun mayor, la grandeza de tu corazón y la de tu mente… nada más besarte entendí lo necia que había sido todo ese tiempo anhelando una simple ilusión…un espejismo…
Pero ahora ya no me duele…
Porque se que eres el rey que he estado esperando todo este tiempo…
Tuya para siempre
Eowyn
