Diclaimer: Naruto y sus personajes no me pertecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.
Nota: La historia a continuación es solo ficción, cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.
Summary: Con lo dura que la vida ha sido con ella, Sakura Haruno ha decidido cerrar las puertas al amor para evitar ser lastimada de otra manera pero como siempre, la vida misma le lleva la contaría y coloca en su vida a un hombre que le hace cambiar de opinión en cuanto al amor y la lleva hasta al borde de la curiosidad por saber qué tanto se puede llegar a amar.
Capítulo 1: Donde nace la esperanza.
Mientras caminaba por la acera miraba en dirección a los niños que jugaban alegremente bajo los arboles en el parque frente a ella, todos gritaban al mismo tiempo que iban de un lado a otro con una pelota de color azul; todos bajo el cuidado de sus padres que los observaban a una distancia prudente sentados en unos bancos de concreto.
Se recordaba a si misma jugando así, tan alegre junto a otros niños mientras sus padres le gritaban a cada rato que no corriera porque se podía tropezar y caer.
Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar aquello.
Como le gustaría poder retroceder el tiempo y poder correr por todo ese parque sin importarle si se caía y se lastimaba las rodillas. Hasta ahora mismo, en sus veinte años, le encantaría poder hacer toda clase de actividades que hacían esos niños.
Una ráfaga de viento frío la hizo reaccionar sacándola de sus pensamientos y haciéndole darse cuenta que unas nubes grises empezaban a agruparse tapando el sol. Lo mejor seria caminar rápido hasta su casa antes de que empezara a llover.
Antes de continuar su andar le echó otro vistazo hacia donde estaban los niños, ahora sus padres los llevaban de la mano caminando hacia los autos que estaban a unos metros estacionados para irse a casa. Ajustó su bufanda de color gris con algunos detalles de pétalos de cerezo y se puso la capucha de su suéter sobre su cabeza.
A veces le resultaba gracioso taparse de esa manera, ya que otras chicas lo hacían solo para que el viento o las gotas de lluvia no pudiera arruinar sus peinados. Pero Sakura, a diferencia de esas chicas, no tenia tanto que el viento le arruinara ya que su cabello era tan corto que no le llegaba ni siquiera por sus hombros, era prácticamente como el corte de cabello de un chico, y la gente no la confundía con uno gracias a su llamativo color de cabello: Rosa, ta rosa como el de los arboles de cerezo. Bueno, su madre no se esforzó tanto al escoger su nombre ¿No? Cerezos y cabello rosa = Sakura. ¡Vaya ingenio!
Empezó a caminar a paso rápido con sus manos metidas en los bolsillos de su suéter pero tan solo unos diez pasos sintió como si su cabeza empezara a dar vueltas y su estómago empezó a revolverse.
— Oh por favor, no ahora —Dijo mientras se sostenía la frente en un intento inútil de parar el mareo.
Bajó la cabeza y cerró los ojos, rogando porque el mareo se le pasara y en cuanto abrió de nuevo los ojos vio que en el suelo de concreto había una pequeña gota de sangre.
— Oh no...
Se llevó una mano a su nariz y palpó suavemente con la punta de sus dedos sus orificios nasales y luego se miro las manos. Comprobó que estaba empezando a sangrar.
El susto la hizo tambalearse sobre sus talones, ahora el mareo se hacia mas pronunciado y sentía como su vista empezaba a hacerse borrosa. Cada segundo que pasaba le costaba más mantenerse en pie. No podía, simplemente no podía mantenerse mas en pie.
Sus rodillas empezaron a temblar y a debilitarse haciéndole caer arrodillada en el suelo, desde ese momento todo se volvió completamente negro. Había perdido la conciencia por completo.
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Abrió los ojos lentamente para acostumbrarlos poco a poco a la luz de aquella habitación. Por el techo raso de color blanco se dio cuenta de que aquella no era su habitación, estaba muy confundida, no sabia claramente que había pasado ni en donde estaba.
Se agarró la cabeza con su mano derecha ya que aun sentía un leve mareo, se dio cuenta de que en su mano estaba conectado una intravenosa. Ahora lo recordó con claridad, iba caminando por la calle, luego se mareó y empezó a sentir leves náuseas, el sangrado nasal, la perdida de equilibrio. Si, de seguro se había desmayado en plena calle y ahora se encontraba en algún hospital, pero ¿Como había llegado hasta allí? si bien recordaba, toda la calle estaba desierta debido a la lluvia que se acercaba.
— Hasta que al fin despierta.
Escuchó una voz en algún lado de la habitación, era una voz muy bonita; grave. Sin duda la voz de un hombre.
Sorprendida se quitó la mano de la cabeza y miro hacia su lado, en una esquina de la habitación se encontraba sentado un hombre que por su aspecto elegante y pulcro le calculaba que tenia unos veintisiete años o por ahí iba.
Pestañeó en reiteradas ocasiones ya que no sabia si de verdad estaba viendo lo correcto. Lo primero en lo que había fijado su vista era en el traje negro impecable que llevaba aquel hombre pero al mirar a su rostro dudó que estuviera en la realidad. El rostro del hombre era hermoso, no había otra palabra para ella al describirlo, su piel era blanca y cremosa, de rasgos finos y sus ojos... Sakura nunca había visto unos ojos tan negros como los de él, tenia el cabello de color azabache, un poco largo y algo alborotado, sin exagerar, de igual manera se veía completamente elegante.
Simplemente no podía apartar la vista de él, estaba como paralizada en su sitio tratando de descubrir qué hacía un hombre tan guapo y elegante en la misma habitación que ella, de hecho jamas se imaginó a un hombre así ni a un metro de distancia cerca de ella. Sin duda él no era su doctor, ya que no vestía como uno. Lo único que se le pudo ocurrir y lo mas coherente para la situación.
— No puede ser... —Susurró bajo la confundida mirada de él— No puede ser ¡¿He Muerto?!
Apartó la sábana que la cubría con un solo movimiento e hizo ademanes de levantarse de la cama pero para su sorpresa el hombre desconocido se levantó rápido de la silla y la sujetó de los hombros, privándole levantarse.
— ¡¿Oye que haces?! No debes estar moviéndote así —Ordenó él.
Sakura obedeció de inmediato, sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas y estiró su brazo en dirección al rostro de él para tocarlo.
— Si ya morí... Entonces ¿Eres mi ángel? —Susurró de nuevo, acariciando la mejilla de él.
Él la miro confundido.
— No tengo la mas mínima idea de que rayos estás diciendo —Apartó la mano de Sakura y dejó de hacer fuerza en sus hombros— Yo no soy ningún ángel, solo te traje hasta aquí.
La pelirosa no dijo nada, se lo quedó mirando unos segundos mientras procesaba las palabras que él había dicho: "Solo te traje hasta aquí". Entonces él fue quien la trajo al hospital, no era ningún ángel ni tampoco ella había muerto.
Sintió como sus mejillas empezaban a calentarse, estaba segura de que ya estaría tan sonrojada que se podría comparar con el rosa de su cabello. Estaba avergonzada por hacer dicho aquella estupidez delante aquel hombre. De seguro él pensaría que ella estaba loca.
— Yo... Yo, lo siento —Dijo
Él la miró sin ninguna expresión en su rostro.
— ¿Te sientes bien? —Cuestionó, refiriéndose a su estado de salud.
Pero Sakura pensó que se refería a su estado mental.
— ¡Si! Me siento bien, no pienses que estoy loca o algo parecido es solo que me han pasado tantas cosas...
— Me refiero a tu salud —Interrumpió— Te veo muy pálida
— Eh... Sí Susurró— Me siento un poco mejor... Algo mareada pero no como antes de perder la conciencia.
Él dio un corto paso hacia atrás y se metió ambas manos en los bolsillos de su pantalón.
— Vi como caíste desmayada en la acera y te traje a este hospital ya que era el mas cercano, tu nariz estaba sangrando mucho, perdiste mucha sangre así que te tuvieron que hacer una transfusión —Señaló la bolsa de sangre.
Sakura miro hacia donde el señalaba y comprobó que si le habían hecho una transfusión de sangre y ahora su intravenosa estaba conectaba a un suero.
— Aun los doctores no me han dicho que fue lo que te paso pero cuando te traje aquí parecía que ellos te conocían. —Continuó él.
Ella quitó su mirada de él.
Claro que la conocían en ese hospital, casi pasaba la mayor parte de su tiempo ahí. Exámenes, tratamientos, entradas de emergencia... ¿Como no la iban a conocer? Recorría esos pasillos mas de diez veces en un mes.
— Si me conocen... Me trato mi enfermedad aquí
No lo estaba mirando pero pudo adivinar que él puso un rostro confundido.
Antes de decirle cual era aquella enfermedad lo miró directamente a los ojos, quería mirarlo cuando le dijera, quería ver también el rechazo y en sus ojos.
— Tengo Leucemia.
Por primera vez desde que padecía la enfermedad no hubo ni un rastro de rechazo o lástima en los ojos de alguien al que le dijera su condición. A diferencia de otros él solo se mostró sorprendido y después de asimilar la confesión con un suspiro se alejó un poco de ella para tomar la silla donde hace unos minutos estaba sentado. Colocó la silla al lado de la cama y se sentó junto a ella.
— ¿Qué edad tienes? —Cuestionó él.
— Veinte ¿Y tú?
— Veinticuatro —Contestó.
Sakura se mostró sorprendida, cuando lo miró de primer momento pensó que él tendría unos veintisiete pero era mas joven de lo que pensaba.
— Oye disculpa pero... Aun no me has dicho tu nombre —Mencionó Sakura.
Él mostro una pequeña sonrisa de medio lado y pensó que mucho había tardado esa chica en preguntárselo, ya empezaba a creer que iba por ahí en la calle hablando con extraños sin importarle siquiera un poco como se llamaban.
— Me llamo Sasuke Uchiha.
Sakura mostro una sonrisa que dejó ver sus alineados dientes prueba de un largo tiempo usando Brackets.
— Mucho gusto, Yo me llamo Sakura Haruno —Dijo ofreciéndole la mano a Sasuke.
Él aceptó el saludo aunque ya sabia el nombre de ella gracias a los doctores.
— Gracias por traerme aquí —Siguió ella— En serio no se que me hubiese pasado si tu no me hubieras encontrado, creo que probablemente estuviera en coma o quizá muerta.
A pesar de nombrar las horribles causas sobre qué hubiera pasado si él no la encontraba, Sasuke notó que no había ni un pequeño rastro de nostalgia en su voz. Él no era un hombre que viviera rodeado de personas con enfermedades terminales, probablemente solo había conocido a unas tres o cuatro personas en la misma situación de Sakura, pero tenia muy claro que cuando padecían éstas enfermedades así siempre se volvían personas tristes y aisladas, sin embargo, se dio cuenta de que ella aún y con esa horrible enfermedad era una chica muy alegre. Ella le agradeció con una gran sonrisa y mencionó una posible muerte qué él agradeció a todos los cielos porque no resultó así. Demostraba a simple vista que era una chica fuerte.
La puerta de la habitación se abrió y dejo ver la figura de una mujer de estatura mediana y cabello corto y negro. La reconoció de inmediato ya que ella fue quien atendió a Sakura apenas llegaron.
— Sabes qué no me gusta reprenderte Sakura —Comenzó la doctora— Pero me gustaría saber las razones por las cuales no llevas tu brazalete.
— Shizune-San yo...
Sakura trato de excusarse pero la doctora le lanzó una mirada tan severa que a la pelirrosa le provocó taparse hasta su cabeza con la sábana.
— Gracias a que tú no portas el brazalete con el numero de tus padres ni el joven aquí presente ni nosotros hemos sidos capaces de ponernos en contacto con tus padres. Eso es un acto muy irresponsable de tu parte Sakura Haruno —Concluyó
Sasuke se mantuvo en silencio durante el pequeño discurso de la doctora y notó que la mujer parecía tener mucha autoridad sobre Sakura ya que esta solo se mantuvo cabizbaja como una niña cuando le regañan por hacer una travesura.
— Lo siento mucho —Dijo, cabizbaja.
La doctora le puso a su alcance una hoja blanca y un lápiz y le ordenó que anotara allí en numero de sus padres, ella le obedeció sin decir nada. Anotó y le entregó el papel a la doctora.
— Señor Uchiha le agradezco que haya traído a Sakura hasta aquí pero no hace falta que se quede, en unos minutos sus padres llegaran y de seguro usted tiene asuntos personales que atender.
— Si... Ya me iba. —Dijo pero no se levantó de la silla.
La doctora shizune asintió y se despidió de él con una reverencia. A continuación la pelinegra salió de la habitación dejando entre Sasuke y Sakura un silencio bastante incómodo.
— Pero que tonta soy... —Dijo ella, rompiendo el silencio. Sasuke la miró— Tu de seguro eres un hombre muy importante y yo te hice perder todo tu tiempo.
Él le hechó un vistazo a su reloj de pulsera.
— De hecho me hiciste perder dos horas, cuando te encontré era pleno medio día y ahora son exactamente las dos de la tarde. Pero de igual forma no tiene importancia, no tenia mucho trabajo que hacer hoy.
De todas formas Sakura se sintió culpable por haberle hecho perder el tiempo, mucho hacía él con haberse quedado con ella mientras estaba inconsciente. Con la pinta que se traía, Sakura estaba segura de que sería alguien importante, con una agenda ocupada y un tiempo limitado.
— En serio lo siento mucho —Con cuidado se levantó de la cama y quedó sentada en la orilla de ésta, de frente hacia él— Te juro que si te causé problemas haré todo lo posible por ayudarte, puedo hablar con tu jefe y rogarle que no te reclame...
El le interrumpió haciéndole una seña con la mano para que se detuviera.
— Ya te dije que no importa, no tienes que hablar con nadie ni rogar nada. Mi padre es mi jefe, él no tendrá ningún problema porque me pierda dos horas.
Sakura se sintió mas tranquila, al menos no le había causado algún problema. Y ahora que se ponía a pensarlo bien, no había estado equivocada cuando pensó que Sasuke era un hombre importante. Bueno, si su padre era su jefe era porque debía dirigir algún negocio o algo así.
— No sabes el alivio que siento al oir que no te he causado ningún problema, aunque de igual forma me disculpo por hacer que me trajeras hasta aquí y te quedaras durante todo el rato que estuve inconsciente... Me gustaría agradecerte de alguna manera.
Sasuke se sorprendió y enseguida negó con la cabeza y le dijo a la pelirosa que no debía agradecerle nada.
— ¡Ya sé! —Dijo ella emocionada como si acabara de tener la mejor idea del mundo
Con cuidado se levantó de la cama y se acercó un poco mas a él, se inclinó hacia adelante quedando muy cerca del rostro del pelinegro y sin previo aviso le dio un cálido beso en la mejilla.
— Gracias por salvarme la vida.
Él se quedo pasmado en su lugar, si no conociera sus propias reacciones pensaría que justo ahora estaba completamente sonrojado. Claro que no era la primera vez que una mujer lo besaba o le daba un pequeño beso como el que le terminaba de dar Sakura, pero todos y cada uno de los besos dados por las mujeres sensuales que conocía estaban muy lejos de ser como el de Sakura. Ese era un beso corto y lleno de inocencia, sin ningún rastro de seducción.
Aun no lograba encontrar que decirle a la pelirosa, solo la miraba.
— Oye no te quedes así, no te voy a pegar nada —Sonaba como un reclamo pero la sonrisa en su rostro decía que no lo era.
— Yo... No tenías porque agradecer —Logró articular, aunque lo que dijo no era exactamente lo que quería ¡Ni siquiera se le había ocurrido nada que decir! Solo fueron palabras que salieron de su boca sin pensarlas antes.
— Ya lo hice así que no entra en discusión.
Sakura volvió a sentarse en la orilla de la cama.
— Ahora... ¿Te molesta si te pregunto de qué trabajas Sasuke-kun? —Cuestionó ella.
Sasuke levantó una ceja.
— ¿"Kun"? —Devolvió la pregunta.
— Lo siento, es que no resistí llamarte así
Él asintió, pensando que la pelirosa, ademas de tener un pequeño problema con repetir a cada momento la frase "Lo siento" y ser algo parlanchina, también era una chica que se tomaba mucha confianza. Pero ya que su forma de hablar era tan desenvuelta cualquiera le dejaría pasar ese detalle, a Sasuke nunca le gustaba que lo trataran ni se dirigieran a él como si fuera un niño, pero ahora que ella le dijera "Sasuke-kun" le pareció extraño que le diera igual.
— Lo siento -Dijo cabizbaja.
«Ahí va de nuevo con las disculpas» pensó Sasuke.
— No importa, no me molesta que me digas así —A el mismo le pareció extraño dar tal permiso— Y trabajo como administrador en la empresa de mi padre.
— Vaya, entonces si eres alguien importante —Confesó Sakura.
La puerta de la habitación sé abrió de nuevo, ahora de manera mas violenta y por ella entraron dos adultos, asustados y nerviosos. Sasuke pudo deducir que se trataba de los padres de Sakura, ya que casi se lanzaron sobre ella para darle un abrazo.
— ¡Por dios cariño, me preocupé tanto cuando la doctora Shizune me llamo! —Dijo la preocupada mujer, casi asfixiando a la pelirosa con el abrazo.
— Ma-Mamá... Ya sueltame, no me dejas respirar —Pidió.
En cuanto la mujer la soltó fue el turno de su padre para darle un abrazo, solo que este mas calmado y suave que el de la mujer.
— ¿Te sientes bien, hija?
— Si Papá... Estoy bien gracias a él —Señaló al pelinegro.
La pareja al fin se dio cuenta de la presencia de Sasuke en la habitación, habían estado tan preocupados por ver que Sakura estuviera bien, que no se percataron que había alguien más.
El padre de Sakura deshizo el abrazo y se volteo a mirar al pelinegro, mientras que la madre, que estaba a su lado, lo miraba de la misma manera que lo hacia la pelirosa cuando despertó.
— Estoy muy agradecido con usted joven —Dijo el padre de Sakura.
— No me agradezca.
Sakura miro a Sasuke y de nuevo le sonrió.
— Mamá, Papá. Él es Sasuke Uchiha, fue quien me trajo aquí y se ha quedado conmigo hasta ahora —Presentó— Sasuke-kun, ellos son Kizashi y Mebuki, mis padres.
El pelinegro se levantó de la silla para presentarse formalmente con los señores, les saludo con un apretón de manos y se quedó de pie.
— ¿Ustedes se conocen? —Cuestionó Kizashi, no muy convencido de la presencia de Sasuke.
— No nos conocemos —Contestó Sakura— pero estuvimos hablando desde que desperté hasta que ustedes llegaran.
— ¿Hablando de qué? —De nuevo lanzo otra pregunta el señor Haruno.
— Cariño, calmate —Intervino Mebuki— El joven Uchiha solo fue caballero...
Kizashi se acercó al oído de su esposa.
— Yo fui cabellero contigo y luego, nueve meses después nació Sakura —Susurró.
La Mebuki le dio un leve golpe en el hombro. Y luego se le ocurrió una ecelente idea para calmar la leve tensión que creó su esposo y también para agradecerle a Sasuke por salvar a Sakura de morir en la calle por falta de atención.
— Joven, no sabe lo agradecida que estoy con usted —Se dirigió a Sasuke— no encuentro otra manera para agradecerle que invitándolo a cenar en mi casa.
Sasuke se quedo en silencio ante la petición de la mujer.
— Mamá, Sasuke es un hombre de negocios, muy ocupado. No tiene tiempo para estar cenando con nosotros. —Intervino Sakura.
— Bueno, entiendo que no pueda ser hoy pero quizá mañana sábado si tiene algo de tiempo.
Pensándolo bien, no. El día de mañana no tenía ningún compromiso y de hecho hoy tampoco lo tenia, pero lo mejor era irse a casa a descansar un poco.
— Acepto su invitación señora Haruno —Respondió, mirando a Sakura en vez de a Mebuki.
La mujer junto ambas manos en su pecho mientras sonreía emocionada y avisó sonriente que lo esperarían a las 8. Pero a diferencia de ella, Kizashi se mantuvo en silencio, serio. No es que le hubiera caído mal la presencia de Sasuke, pero era extremadamente posesivo con Sakura; siempre decía que era su mas preciada frorecita y, aunque ya era toda una mujer, no le gustaba que ningún hombre se acercara a ella sin una buena intención y ya que no conocía nada de Sasuke, no se fiaba de él.
— Eh, nosotros iremos a la recepción un momento, iremos a firmar algunos papeles para que te den de alta hoy mismo —Dijo Kizashi.
Mebuki asintió y después de un "volvemos en un minuto" ambos salieron de la habitación.
— Por favor disculpa a mi padre, el no es así pero de verdad no sé que le pasó hoy.
Sasuke agitó la mano en señal para que ella le restara importancia.
— Creo que es ya es hora de irme.
— ¿De verdad quieres cenar con nosotros mañana?
— Por supuesto. Pero no creo que llegue si no me dan una dirección.
Sakura se dio un golpecito en la frente con su mano al recordar que la despistada de su madre le hizo una invitación a Sasuke y se fue sin darle la dirección de su casa. Miró por todas parte para ver si tenia la suerte de encontrar algún papel por allí cerca para anotar la dirección pero no había ni uno.
— ¡Rayos! no tengo un papel.
Sasuke metió la mano en el bolsillo derecho de su pantalón y sacó su celular.
— Anota aquí —Le extendió el celular.
Con una sonrisa tomó el aparato y fue directamente a "notas". Escribió la dirección de su casa. Una vez terminado le entrego el celular al pelinegro y él lo guardó donde antes.
— Entonces... —Comenzó ella— nos vemos mañana.
— Claro, ahí estaré
Y sin más el pelinegro se despidió de ella con un simple "adiós" y salió de la habitación. Sakura lo siguió con la mirada hasta que él cerró la puerta y despues de ello se quedó aun con la vista ahí, preguntándose si de verdad eso le estaba sucediendo, si de verdad había estado sola hablando con un hombre guapísimo que le había salvado la vida.
Apretó la sabana muy fuerte con sus manos y se tumbó de nuevo en la cama, tapándose el cuerpo completo y sonriendo como una adolescente de quince años cuando le dan su primer beso.
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De camino a su casa, porque no tenia pensado ir a la empresa, estuvo pensando solamente en aquella pelirosa de ojos verdes que salvó hace unas horas, esa chica era algo parlanchina y para él eso le resultaba molesto, sin embargo esa manera tan animada con la que hablaba podia hacerle olvidar lo mucho que le fastidiaba. También le agradaba la manera tan tranquila que ella llevaba su enfermedad, no le temía hablar sobre su enferermedad ni sobre la muerte. Una chica con una valentía admirable.
«Y muy bonita, te gustó a primera vista»
Le dijo una vosecilla maliciosa en su mente.
¿Pero qué estaba pensando? Él era un hombre comprometido y ademas no debería andar pensando en una jovencita como Sakura. Bueno, ni tan jovencita, ella solo era cuatro años menor que él pero es que la inocencia que desprendía ella la hacia lucir como una adolescente de secundaria. Pero dejando eso a un lado, de nuevo se cuestionó ¿Qué estaba pensando? Sakura era una muchacha muy linda, si, pero de allí no debía tener otros pensamientos. Ella solo era... Una chica a la que ayudó y que le cayo muy bien en parte.
«¿Entonces porqué aceptaste cenar con ella y sus padres mañana? Tu no eres de esos, Sasuke Uchiha»
De nuevo esa vosecilla en su mente.
Era la primera vez que su subconsciente le trabajaba de esta forma, normalmente nunca tenia esas "vocesillas" contradiciendole a cada rato.
Ya iban a ser las 3:00pm cuando llegó a su casa, estacionó su auto y bajo de él, encontrándose al auto de su hermano cruzando la reja de entrada. El auto se detuvo al lado del suyo y luego vio que se bajaba su hermano y su esposa.
— ¿Qué tal? Sasuke —Saludó su hermano.
— ¡Hola Sasuke! —Ahora fue su cuñada quien lo saludó.
— Itachi, Izumi. Pensé que llegarían mas tarde —Como de costumbre del pelinegro no saludó a los recién llegados.
Los tres caminaron hacia la puerta principal de la mansión Uchiha.
— Quizás llegamos temprano porque no llegamos a la empresa después del almuerzo —Comentó Itachi, mirando de reojo a su hermano.
Y como lo esperaba, Sasuke le lanzo una mirada fulminante por el comentario
— Estuve ocupado en otro asunto. —se excuso.
Izumi, al sentir la tensión un poco pensada entre los hermanos y ajena a la discusión pasó rápido a la casa apenas el mayordomo abrió la puerta y dejó atrás a su esposo y cuñado.
— Y dime Sasuke ¿ese asunto tiene que ver con un hotel, una cama y Karin?
Sasuke frunció el ceño y miro a su hermano de frente, si ese era el asunto o no ¿A él que le importaba?. Podía salir de la empresa cuando él quisiera y hacer lo que él quisiera, no le daba explicaciones a su padre porque este no se las pedía así que menos se las daría a su hermano.
Para no caer en discusión prefirió que la conversación terminaba ahí. Siguió caminando en silencio sabiendo que su hermano iba tras el, entraron al salón principal y ahí se encontraron a su madre: Mikoto Uchiha. La mujer estaba sentada en una gran sofá en forma de L y leía un libro. Al mirar a sus dos hijos sonrió y dejó el libro a un lado para levantarse y recibir a los pelinegros.
— Han llegado temprano— Les dio un beso a cada uno en la mejilla— no los esperaba a esta hora.
Mikoto e Itachi tomaron asiento en sofá donde estaba la Uchiha mientras que Sasuke se sentó en un sofá mas pequeño frente a ellos.
— Yo vine temprano porque necesitaba que el administrador de la empresa me enviara unos balances muy importantes pero ya que no estaba yo no tendría nada mas que hacer, así que me vine.
Sasuke entendió la indirecta y le molestó bastante, odiaba las indirectas y sobre todo si eran tan directas como las de su hermano Itachi.
— ¿Cual es tu problema? —Cuestionó Sasuke.
Mikoto miro confundida a su hijo menor, que se levanto muy enojado del sofá y se fue del la sala.
— ¿Que le ha pasado? —Preguntó Mikoto.
— Anda que ni se le puede ver. Pero el asunto es que justo hoy lo necesitaba en la empresa y Sasuke no se apareció después del almuerzo. Sé que le molesta que le reclame pero es mi deber hacerlo.
— Que extraño, Sasuke nunca falta a su trabajo, siempre es muy organizado con su agenda. —Mencionó la mujer, mirando el camino por donde se había ido su hijo menor.
Llegó a su habitación y cerro de un portazo tras si, decir que estaba furioso se quedaba corto, hoy sin duda no soportaría los comentaros fuera de lugar de Itachi, que él pensara lo que le diera la gana sobre su ausencia en el trabajo, no le importaba, si hoy se le paso por alto alguna cosa pues lo arreglaría el lunes, listo, problema resuelto.
Se desabrochó lentamente los dos botones de su saco, se lo quito y lo lanzo a la cama. Luego empezó a desabrochar los botones de su camisa y cuando iba a la mitad de esto se detuvo y miro bien que su saco en una orilla de las mangas tenia una mancha oscura. Agarró de nuevo el saco y miro de cerca la mancha, era sangre y ahora que se fijaba bien, era una mancha bastante grande. Un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar el motivo por el cual se había ensuciado, esa sangre era de ella, de Sakura, seguro debió haberse manchado cuando le sostuvo el rostro a ella.
Dejó la prenda otra vez sobre la cama y empezó a quitarse toda la ropa. Se dio un largo baño de agua tibia luego se ocupo de algunas cosas en su ordenador y cuando ya iban a ser las 6:00pm bajó hasta la sala comedor de la mansión, ahí se encontró con toda su familia sentados en la mesa conversando, esperando a que sirvieran la cena.
— Cariño, ya iba a mandar a una de las sirvientas a preguntarte su bajarías a cenar. —La dulce voz de su madre lo recibió en la sala.
Saludó a su padre y se sentó en el mismo puesto que siempre ocupaba.
— ¿Adonde saliste hoy en la tarde Sasuke? —Preguntó Fugaku, su padre.
Le obstinó otra vez la misma pregunta, cualquiera pensaría que era un niño de diez años que se escapaba de la escuela.
— Estuve ocupado en otra cosa.
— Ya. —Fugaku asintió— para la próxima por favor avisa que no estarás presente en la empresa.
Bueno, al menos su padre no se puso inquisidor como Itachi.
La familia Uchiha cenó tranquila, hablando sobre cosas triviales y escuchando algunos relatos de Izumi sobre su viaje a Francia en visita a sus padres. Luego de comer y retirarse con un educado "Permiso y buenas noches" Sasuke se retiró de la sala y regresó a su habitación, una ves en ésta le presto un poco de atención a su celular que descansaba sobre una de las almohadas en su cama. No había tocado el aparato móvil desde que se lo tendió a Sakura para que ella anotara la dirección de su casa, quizá y tenia aproximadamente unas 20 llamadas perdidas de Karin y unos 15 mensajes.
Agarró el aparato y aunque no acertó estuvo muy cerca, en realidad habían 15 llamadas perdidas y 5 mensajes. No le sorprendía toda la insistencia de su prometida, era normal en ella.
Karin: Amor ¿Almorzamos juntos?
Karin: Contesta cuando puedas.
Karin: *Esperando a que me devuelvas las llamadas
Karin: ¿Sasuke?
Karin: ¿Se puede saber en donde demonios te has metido? No contestas ni el teléfono de tu oficina ¿Sera que hoy no tienes ni un minuto para tu novia?.
Bufó al mismo tiempo que ponía los ojos en blanco y borró los mensajes. Mañana Karin se pondría como fiera al ver que él había leído todos su mensajes y no le respondió pero si quería dormir relajado esa noche lo mejor seria no hablar con la peliroja.
Otra vez abandono el celular y se concentro en su ordenador portátil. Estuvo trabajando hasta pasado las 11:00pm y una vez terminado con lo que hacía se fue a la cama y quedo rendido en el sueño enseguida.
Después de salir del restaurante en donde había disfrutado de un delicioso almuerzo iba camino de vuelta a la empresa en su auto acompañado de la música que sonaba en el reproductor, se detuvo en el semáforo y se dio cuenta de que pronto empezaría a llover ya que el cielo empezaba a tornarse gris. Miró a ambos lados y vio a algunas personas caminando a paso rápido buscando algún lugar donde refugiarse para que la lluvia no los empapara, solo eran pocas personas las que andaban por el lugar todos desapareciendo al subirse a transportes públicos o entrando a comercios que estaban a los alrededores.
La única que quedaba aun por la calles era una muchacha que se encontraba sola frente al parque, de píe y mirando hacía el suelo. se pregunto que rayos hacía esa chica mirando hacia el suelo como tonta pero todos sus pensamientos se disiparon cuando vio a la chica medio tambalearse y mantenerse de pie a duras penas, aún así, no duro mucho de pie y cayo de rodillas, manteniéndose así solo por escasos segundos y luego cayó al suelo completamente desmayada.
Se alarmó al ver la escena y miro para todos lados comprobando que no había nadie por allí para que la pudiera auxiliar, de hecho se sorprendió al darse cuenta que era el único auto que pasaba por ahí y cuando miró que las primeras gotas de lluvia empezaban a caer fue cuando el miedo invadió su cuerpo. Se bajó de auto sin importarle que este quedara en medio de la calle y fue corriendo hasta donde la chica. Cuando estuvo cerca se dio cuenta de que a ella estaba teniendo una fuerte hemorragia nasal, entonces su miedo y desesperación aumento más, agarró el pálido rostro de aquella joven entre sus manos y comprobó el pulso de su cuello.
Nada.
La chica no tenia pulso.
Estaba muerta.
Se despertó de repente muy agitado y con su cuerpo empezando a perlarse del sudor. Su respiración era agitada y aun sentía el mismo miedo que sintió en el sueño.
— Fue solo una pesadilla —Susurró y se quitó unos mechones de cabello que se pegaban a su frente con el sudor.
Si, una pesadilla del momento en que vio a Sakura desmayarse en la acera solo que a diferencia de lo que paso en realidad, en esta pesadilla ella se encontraba muerta.
Frunció el ceño y salió de la cama en dirección al baño, cuando estuvo en este se miró al espejo y comprobó que había sudado bastante. Abrió la llave del lavabo y dejó correr el agua unos segundos, luego se mojó las manos y empezó a pasárselas por el rostro para refrescarse un poco. Debía admitir que ese sueño le había asustado bastante, esperaba que ella estuviera bien esa noche.
— Me estoy preocupando mas de lo que realmente debería —Susurró al mismo tiempo que cerraba la llave y se fue de nuevo a dormir.
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La mañana siguiente luego del "Pequeño" accidente en el parque Sakura se levanto con mas energía de lo que esperaba. No podía negar que parte de ese energía se debía a la emoción por la cena de ese mismo día.
Sakura comenzó el día ayudando a su madre a cortar algunos vegetales y pasándole todo lo que la Haruno mayor necesitara, pasó toda la mañana en la cocina.
— Vaya... Parece que hoy te sientes muy bien. —Comentó Mebuki.
Sakura hizo lo posible para ocultar su sonrojo. Sin embargo, su madre pudo notar esta reacción de ella.
— Bien, iré al supermercado un momento a comprar unas cosas —Empezó a buscar su cartera las llaves del auto— Si necesitas algo o te sientes mal le avisas a tu padre de inmediato.
Y ahí estaba la oración que podía bajarle el animo en un solo instante, como siempre no podían confiarle estar sola siquiera 10 minutos, siempre debían estar pendiente de ella como si se tratara de un bebé.
Cuando la noche cayó su madre tenia todo listo, ella le había ayudado a hacer la mesa y ahora se encontraba en su habitación terminando de arreglarse la ropa. Se estaba arreglando un poco su cabello cuando escuchó que su madre la llamaba a gritos.
— ¡Sakura baja ya!
Ella se miró al espejo una vez mas, bien, no estaba ni muy formal ni muy informal; tenia puesto un jean blanco ajustado a juego con un suéter verde claro y unas sandalias de tacón bajo.
Salió de su habitación y en cuanto llegó hasta la sala de estar se encontró con que Sasuke ya estaba allí, sentado hablando tranquilamente con sus padres.
— ¡Ah, Sakura hasta que al fin apareces! —Dijo su madre y se levantó del sofá para acercarse a ella y tomarle la mano— Sasuke-San llegó hace como quince minutos.
Mebuki la llevó hasta donde él y Sasuke se levantó también del sofá para ofrecerle la mano ¡Hasta para hacer ese simple movimiento tenia elegancia! Estaba vertido con un traje azul oscuro de esos que con solo mirarlos sabes que cuesta miles de dolares.
— ¿Como estás, Sakura? —Cuestionó Sasuke una vez que ella le tomó la mano. Parecía que la pelirosa estaba algo pasmada.
— Bi-Bien... —Titubeó— ¿Y usted?
Sasuke solo asintió, extrañado que ella lo tratara de "Usted" luego de que ayer hasta le dijo "Sasuke-kun".
— Pasemos a la mesa —Anunció Mebuki.
Al principio de la cena todos sé habían mantenido callados disfrutando de la deliciosa comida que había preparado Mebuki Haruno. No fue hasta la mitad de la velada que Kizashi decidió romper el silencio lanzando una pregunta a Sasuke.
— Dígame, Joven Uchiha ¿A qué se dedica?
Sakura y su madre primero vieron a Kizashi y luego a Sasuke.
— Trabajo como administrador en la empresa de mi padre —Contestó el muy seguro de si mismo— Y puede decirme solo Sasuke.
Kizashi asintió.
— Bastante joven para ser alguien muy ocupado.
— De hecho no, mi agenda está bien organizada para permitirme tener tiempo de sobra.
Kizashi asintió de nuevo, luego fue Mebuki quien habló.
— Sasuke-san, ayer no te preguntamos si el hecho de ayudar a nuestra hija te quitó tiempo en algo. Pido disculpas por eso.
Él miró a Sakura un momento, ella estaba con la mirada fija en su plato como suplicándole que no se le notara el sonrojo de su rostro.
— Su hija si me lo preguntó. Pero como le dije a ella, para mi no fue ninguna molestia. Solo espero no volver a encontrármela... De esa forma.
— ¡Oh no, por supuesto que no! —Se apuró a responder Mebuki— Ella ya me prometió que no iba a salir de casa si no se sentía lo suficientemente bien, y si no llevaba su brazalete. ¿No es así, Sakura?
— Si, mamá.
La cena continuó en conversaciones triviales, la mayoría entre Sasuke y Kizashi; la que menos hablaba en la mesa era Sakura, que solo decía algo cuando era necesario. Algo que de nuevo le pareció extraño a Sasuke ya que pensaba de ella que era muy parlanchina.
Al final de la velada cuando ya era la hora de irse para Sasuke este se despidió de los señores Haruno pero no lo hizo con Sakura ya que cuando estaba a punto de hacerlo ella dijo que lo acompañaría hasta afuera.
— Espero que no hayas tenido problemas en llegar hasta aquí —Dijo Sakura cuando ya estaban en el jardín.
— Para nada, me diste la dirección muy detallada.
Ella sonrió.
— ¿Te ha gustado la cena?
Ambos se detuvieron frente a la casa de Sakura.
— La comida estaba excelente, es tu madre una cocinera muy buena.
— Siempre se esmera mucho cuando se trata de la comida.
Ambos se sonrieron y luego se quedaron el silencio unos cuantos segundos.
— Entonces... Supongo que debo agradecerte de nuevo por salvarme de morir frente a un parque bajo la lluvia —Murmuró y su voz bajo un poco mas de todo al pronunciar lo último— Ya que no te veré de nuevo.
— ¿Qué vas a hacer el próximo viernes? —Cuestionó Sasuke tomándola por sorpresa.
Sakura se lo quedó mirando sin contestar nada... ¡Vaya! ¿Podía verse alguien tan guapo bajo la luz de la luna?
— He... Yo... —Negó rápido con la cabeza— Nada... No haré nada... Nunca hago nada.
Sasuke mostró una pequeña sonrisa de lado que volvió a dejar a Sakura perdida.
— Entonces pasaré por ti para que salgamos... Solos tu y yo... Si quieres.
Ella se mordió el labio para evitar que se le escapara un gritillo.
— ¡Por supuesto! No tengo problema.
Cuando apenas termino de decir esto se fijó que un lujoso auto gris se acercaba hacía donde estaban ellos y se estacionaba justo en frente, del auto bajo un chico que no pasaba de treinta años, de cabello naranja, alto, corpulento y con un traje negro impecable.
— Entonces pasaré por ti a... ¿Las cuatro de la tarde está bien?
Ella asintió.
— Entonces nos vemos el viernes. Adiós.
Se despidió de ella con un apretón de manos como lo hizo con sus padres, bueno, tampoco es que se esperaba que le diera un beso y un abrazo.
Sasuke caminó hacia el auto y el chico de cabello naranja le abrió la puerta trasera para que él subiera.
Una vez que vio el auto desaparecer en una esquina entró a su casa y se fue directo a su habitación. Cuando iba por las escaleras escuchó que su madre le preguntaba algo pero iba tan concentrada y emocionada por la cita que le propuso Sasuke que ni siquiera notó a Mebuki. Bueno, no sabia si era una cita lo que él propuso, no dijo la palabra "cita" en ningún momento pero de igual forma no podia dejar de sentir terriblemente emocionada por el hecho de salir con él. Era una experiencia totalmente nueva para ella.
Si mal no recordaba, la única propuesta de salir que tuvo por parte de un chico fue aquella vez cuando tenia doce años y estaba en la secundaria, que un chico llamado Rock Lee la invitó, sin embargo, lo rechazó porque no quería citas a esa edad. Luego las circunstancias no le permitieron siquiera que un chico la mirara con algo que no fuera lástima.
Pero con Sasuke le resultó diferente, aceptó por que no veía esa mirada en él, de hecho no podía ver nada en esos ojos. Pero su amabilidad y caballerosidad decían mucho.
Luego de cambiarse la ropa por un pijama se lavó los dientes y la cara, antes de irse a la cama se tomó su medicina y se echó un vistazo en el espejo de su baño. Ella nunca se considero una chica espectacularmente hermosa pero tampoco se consideraba fea. Incluso ahora que su piel no se veía de otro tono que no fuera pálido y su cabello era tan corto como el de un chico debido a los tratamientos de quimioterapia, ella no se consideraba una chica fea. Posiblemente ahora tenia la posibilidad de lo que era ilusionarse con un chico...
Antes de morir.
He aquí el primer capítulo de esta historia. Como dije al principio, este es un trabajo de ficción y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, con esto no busco hacer ninguna burla a otras personas ni mucho menos. He venido trabajando con todo el respeto que se les debe a las persona que vivan casos como el de la protagonista... Espero de verdad que les haya gustado y me lo hagan saber a través de un réview ¡y no se precipiten! Este fanfic tendrá muchas sorpresas.
Nos vemos en el próximo capítulo *_*/ besos.
