Disclaimer: Sólo el drabble me pertenece.

Claim: Jasper.

Summary: — ¿Quieres acompañarme, preciosa?— tu voz suena grave, enronquecida por la sed de sangre. Ella asiente y no sabe el error que acaba de cometer...

Palabras: 500; (Sí, exactas)

Notas: Para el Reto del foro LOL: Al César lo que es del César.


Placer

- I -

Es de noche, sales a cazar. Sabes que hoy no será el día en que no encuentres lo que buscas.

Tus pasos resuenan tenuemente en el concreto de la acera. Nadie te escucha, pero tú escuchas a todos.

Entras al bar y varias miradas se dirigen hacia ti. Todo te está resultando fácil, demasiado fácil.

Paseas la mirada por el lugar y te sientas cerca de la barra, pides un trago para disimular. Cierras los ojos y aspiras el aire atestado de cigarrillo.

Y encuentras ese aroma, un aroma dulce y sensual. Huele a melocotón con naranja y te hace agua la boca.

Sin dudar caminas hacia la chica. Tiene cabello negro como la noche y ojos azules como los mares, su piel es morena y sus labios carnosos.

Llegas frente a ella y le sonríes, ella te sonríe de vuelta. Preguntas su nombre y ella te responde, más no la escuchaste, tu objetivo no es conocerla. Te pregunta cómo te llamas y se lo dices, más ella no te escucha, ella sólo quiere que hagas la pregunta clave. Y entonces lo dices, de manera natural y, a la vez, sexual.

— ¿Quieres acompañarme, preciosa?— tu voz suena grave, enronquecida por la sed de sangre.

Ella asiente y toma su abrigo color negro. Se dirigen fuera del lugar, hacia la oscura y fría noche.

No pierdes tiempo y la llevas a un callejón, ella sólo piensa en que le estás besando el cuello. Tan cerca de morir y tan feliz que se está sintiendo.

Desgarras sus ropas, más a ella no le importa, está perdida en su propio placer. Emana lujuria por los poros y, aunque no lo quieras, te contagia.

Tocas su cuerpo avariciosamente, ella gime de placer. Te adueñas de sus caderas y sus muslos, tocas sus pezones y lames su vientre ella chilla de placer.

Diriges tus dedos a su intimidad, ella respira pesadamente y sientes claramente lo que ella está sintiendo: Anticipación.

Tus dedos bombean dentro de ella mientras la besas agresivamente. Ella está tan concentrada en el placer que no se da cuenta de que estás siendo muy brusco con ella, estás tratándola de manera animal. Es sexo animal.

Ella te suplica que entres en ella y lo haces, penetras violentamente en su interior y ella grita, está tan cerca del cielo. Si ha sido buena, está más cerca de lo que imagina.

Tus embestidas son cada vez más rápidas y violentas, la estás lastimando y no te importa.

—Me la-lastimas. — dice ella entre sollozos.

No respondes, ella grita y se convulsiona al sentir el clímax.

Y entonces es que viene tu parte favorita, muerdes su cuello y ella chilla de dolor.

Bebes, chupas y la dejas seca. Seca y sin vida. Sus ojos no tienen luz y parecen un océano contaminado, negruzcos y opacos.

Te sientes bien. No hay culpa, nada de culpa. No te sientes como un monstruo.

Ahí es cuando experimentas tu propio tipo de placer.