Disclaimer: Todo Harry Potter pertenece a Jotaká. Si fuera por mi, estos dos estarían felices comiendo perdices. En fin, que por algo una escribe.
Este fic participa en el reto #30 "Estaciones al azar" del foro "Hogwarts a través de los años" (Primavera)
Un mirlo se posa en la ventana.
Es su animal favorito, el pájaro de Merlín que anuncia la primavera. Su esposo tiene talento para las aves y a ella le sorprende que haya quien se atreva a cuestionar su magia. Su casa suele estar rodeada de avecillas por las mañanas porque los encantamientos de Ted las atraen para despertarla con una sonrisa.
O al menos lo hacían.
Desde que Ted huyó del Ministerio, ya no hay cantos mañaneros. Su jardín está vacío y su casa atiborrada. Dora y Lupin hacen dos, tres con el bebé en camino; las dos brujas de pilón y Sirius, otros tres. Y ella misma, por supuesto.
Pero le falta Ted.
Esa mañana, cuando Sirius regresa, después de una noche trabajando para la Orden, el canto del mirlo no suena a primavera.
—Es sobre Ted, Andrómeda. Lo siento mucho.
No hay tiempo de llorar, porque el mirlo tiene el ala rota.
Últimamente todo lo que escribo sucede en el mundito de ese otro fanfic que tengo por ahí, encerrado en el cajón de los borradores. Por eso Sirius está vivo y hay otras dos brujas viviendo con ellos. Debe ser mi subconsciente diciendome que lo publique aquí. Supongo que terminaré haciéndole caso, no puedo discutir conmigo misma.
