¡Hola! Estoy aquí otra vez más rápido de lo que pensé. Antes que todo, quiero dejar en claro que esta no es la continuación de "Una luz en medio de la oscuridad", sino una recopilación de pequeños one-shots sobre sucesos que acontecen entre ese fic y el siguiente. Me di cuenta de que era necesario explicar algunas cosas, sobre todo porque transcurre una gran cantidad de tiempo (un poco más de un año) y "El sordo latido de tu corazón" (que será la continuación) ya estará plagado de flash-blacks y realmente sería muy cansado (tanto para ustedes como para mí) tener que incluir más, únicamente para explicar cómo se construyó la relación de Darcy y Loki.

Ahora, como ya lo dije, son one-shots, pequeños instantes que probablemente no parezcan importantes, pero que son la base del siguiente fic. Algunos serán cortos, otros largos. Espero que los disfruten.

Disclaimer: Nada de esto me pertenece. Todo es propiedad de Marvel. La canción es Come back… Be here de Taylor Swift (me parece perfecta para Jane y Thor).


Amigos

Caminaba por los pasillos de la reconstruida Torre Stark tarareando la canción que emanaba de los audífonos de su iPod. Era su hora de salida, lo cual implicaba que pronto estaría en su casa, frente a su televisor, relajándose. El trabajo en Stark Industries sin lugar a dudas era más demandante que ser la asistente de Jane. Responder llamadas de inversionistas, reuniones con los socios, preparar conferencias de prensa, ser molestada por Tony Stark vía Skype. Agotador, pero gratificante. Esto se apegaba más a lo que había estudiado y si seguía por buen camino y llamaba la atención de Potts, posiblemente le permitirían en un futuro ir a los encuentros semanales en Washington o a la próxima reunión de la ONU como parte de la comitiva de Stark Industries.

Oprimió el botón para llamar al ascensor y esperó unos cuantos segundos a que la puerta se abriera de par en par. Se introdujo en el aparato y presionó el número de piso en el que se encontraba el laboratorio de Jane. Lo más seguro es que la astrofísica siguiera trabajando y si no la sacaba ahora del edificio terminaría marchándose a su casa hasta media noche o peor, se quedaría toda la noche.

- This is falling in love in the cruelest way – murmuró Darcy siguiendo la voz de Taylor Swift en sus oídos - This is falling for you and you are worlds away – las puertas se abrieron y Darcy salió del elevador dirigiendo sus pasos al laboratorio de su amiga - New York... be here – los demás laboratorios estaban vacios, con excepción de los encargados de limpieza, quienes saludaban a Darcy con un sonrisa en los labios - But you're in London and I break down – llegó ante la puerta de cristal de la zona de trabajo de Jane, la cual se deslizó a un lado cediéndole el paso - 'Cause it's not fair that you're not around

La muchacha ingresó a la habitación y su vista instantáneamente se posó en Jane. Su amiga observaba la pantalla de su computadora con la vista perdida, lucía devastada y a punto de explotar en un mar de llanto.

- ¿Jane? – la nombró Darcy dudosa. La aludida alzó su cabeza y comenzó a llorar desconsoladamente.

Darcy se quitó sus audífonos, los guardó en su bolsillo, se aproximó a Jane y la rodeó con sus brazos. Pasaron un buen tiempo así abrazadas la una a la otra hasta que Jane se tranquilizó un poco.

- Regresa mañana a Asgard – anunció Jane entre sollozos. Thor, por supuesto; él era el único capaz de hacer que la fuerte Jane Foster se convirtiera en un mar de lágrimas – Hoy terminaron con la reconstrucción en Londres, ya no hay nada más que hacer aquí, así que Odín mandó a sus soldados para que lo escoltaran de regreso a su mundo. ¡A penas y podré despedirme de él!

- Que mal – comentó Darcy acariciando la espalda de la mujer.

- ¡Y todo es culpa del bastardo de Loki! – exclamó Jane antes de romper en llanto otra vez.

Darcy suspiró cansada. Si alguien encabezaba la lista de personas menos favoritas de Jane, ese era Loki. No había día que la astrofísica no explotará en contra del Dios del Engaño y la situación hacía sentir incomoda a Darcy. Meses atrás no había tenido problema con el odio de la mujer, es más, solía unírsele, sin embargo, después de conocer a Loki, todo era diferente. El hombre tenía sus pros y sus contras y sus acciones eran parte de las miles de razones por las que la relación de Jane y Thor no era la mejor del universo, mas Darcy ya no podía verlo con odio, mucho menos cuando recordaba las dos veces que le salvó la vida y cómo prácticamente resucitó a Jane.

Escuchó a Jane despotricar contra en Dios del Engaño en total silencio y asintiendo en apoyo de vez en cuando. Pasaron un poco más de media hora en el laboratorio hasta que Jane se sintió mejor. Ambas abandonaron la zona de trabajo, salieron de la Torre Stark, se despidieron y cada una tomó un taxi en dirección a su respectivo departamento.

Al llegar ante la puerta de su apartamento, Darcy se extrañó al escuchar que la televisión estaba prendida. Ella nunca se olvidaba de apagar el aparato. Sacó sus llaves de su bolso, cogió su taser que colgaba de su cinturón y abrió la puerta lista para electrocutar al idiota que decidió que era un buen día para entrar a robarle.

Casi tira el arma al suelo al encontrarse con la imagen de Loki sentado en su sillón, con sus largas piernas extendidas sobre la mesita de noche y el control remoto en sus manos.

- ¡No juegues! – exclamó Darcy cerrando la puerta - ¿Acaso es muy difícil avisar cuando vas a aparecerte en mi departamento?

- Eso le quitaría el atractivo a mis visitas, señorita Lewis – indicó Loki con una traviesa sonrisa en sus labios.

Darcy rodó sus ojos, mientras dejaba sus cosas sobre la barra de la cocina. Tras su aparición en la terraza del edificio dos meses atrás, Loki había hecho una costumbre aparecer de la nada en su departamento cuando, según Darcy, el hombre se aburría de lo que sea que estuviera haciendo. No era un hecho diario, pero se repetía de una a dos veces por semana y Darcy estaba comenzando a acostumbrarse. Aunque eso no evitaba que se sorprendiera cada vez que ocurría.

Caminó hacia el sillón y se sentó en él a una considerable distancia del asgardiano. Cogió el teléfono que reposaba sobre la mesita de centro y marcó el número del restaurante italiano que vendía su pasta favorita. Esperó a que le respondieran mientras le hacía señas a Loki para que se detuviera en cierto canal donde estaban transmitiendo una de sus películas favoritas. El Dios del Engaño accedió a su petición y dejó el control remoto sobre el sillón, al parecer cansado de buscar algo de calidad para ver. Una taciturna voz le dio las buenas noches y le preguntó por su orden. La mujer pidió dos pastas y colgó el teléfono.

- Esto no puede continuar así - indicó Darcy quitándose los insoportables tacones que le obligaban a usar. Loki ladeó ligeramente su cabeza en su dirección - Hoy tuve que soportar a Jane hablando pestes de ti durante horas y estuve a nada de abrir mi bocota y defenderte – se deshizo de su saco y se estiró - Porque… está bien… hay ciertos temas en los que eres completamente indefendible, pero muchas de las quejas de Jane son ridículas. ¿Comprendes mi dilema?

- Sinceramente, no - señaló Loki regresando su vista a la televisión - y yo no necesito que me defiendan ante nadie.

- Por supuesto que no, señor Cubo Mágico – apoyó Darcy - pero eso es lo que hacen los amigos. ¿Ok? Los amigos defienden a sus amigos cuando alguien más habla mal de ellos. Y ya me canse de escuchar a Jane culpándote de cada desgracia que sucede en su vida. No me malinterpretes, adoró a Jane, en verdad la amo, pero a veces es tan insoportable cuando se trata de Thor. Y no puedo abrir mi boca porque se supone que estoy de su lado y no te he visto desde que hiciste "puff" del cuartel de S.H.I.E.L.D. ¿Sabes lo frustrante qué es?

Volvió su cabeza hacia Loki en espera de una respuesta, mas el Dios del Engaño tenía la mirada perdida en el televisor.

- ¿Oíste lo que dije? – preguntó Darcy. Al no recibir ninguna reacción de parte de su acompañante, la muchacha bufó molesta y optó por callarse y prestarle atención a la película. Realmente no sabía que era peor: si Jane con su perpetuo estado de mal humor o Loki con su montaña rusa emocional – Voy a decirle a Jane sobre esto, sobre tus visitas.

Loki giró rápidamente su cabeza hacia ella, saliendo de su letargo.

- ¿Por qué? – inquirió Loki. Presentía que la respuesta a esa pregunta estaba en los últimos segundos de su conversación, sin embargo había dejado de oír a la mujer después de la palabra "amigos". Darcy lo consideraba un amigo, un amigo lo suficientemente importante como para defenderlo ante la patética de Jane Foster, la cual ostentaba el título de su mejor amiga. ¿Por qué? No había ninguna razón para establecer que entre ellos dos existía algún tipo de relación. Darcy únicamente era una distracción, nada importante. ¿Por qué ella pensaba diferente?

- Porque ya me cansé de ocultarlo – respondió Darcy – Cuando ocultas las cosas es porque lo que estás haciendo es malo y yo no le veo lo malo a esto. Jane es mi mejor amiga y no me agrada guardarle secretos.

- Si deseas que te dé su visto bueno, lamento informarte que eso no pasara – apuntó Loki sintiéndose inexplicablemente incomodo. Darcy resopló divertida.

- Lo que piense Jane no me interesa – expresó Darcy – Sólo quiero ser honesta, a menos de que el señor tenga algún problema con ello.

- Puedes hacer lo que te plazca – estableció Loki cortante. Acto seguido, desapareció.

Darcy suspiró cansada, mientras se recostaba a lo largo del sillón.


- Tengo que contarte algo – dijo Darcy con seriedad.

Jane y ella se encontraban en la cafetería de la Torre Stark aprovechando la hora de descanso de la muchacha para comer. Jane levantó su cabeza de su cuaderno de apuntes.

- Y probablemente no te guste – añadió Darcy.

- ¡Oh, por Dios, Darcy! ¿Ahora qué hiciste? – soltó la mujer alarmada.

- ¡Hey! No es nada grave – indicó Darcy en tono tranquilizador.

- ¿Entonces? – cuestionó Jane más relajada.

- Veo a Loki – confesó Darcy. Jane abrió los ojos desmesuradamente – No muy seguido, pero a veces.

- ¿Qué? – pronunció Jane incrédula.

- Platicamos, comemos y vemos la televisión – expuso Darcy. Jane hizo el ademán de hablar – Sé lo que vas a decir, así que te ahorraré el esfuerzo. No sé lo que él piense y sinceramente no me importa, pero somos amigos, y eso no va a cambiar aunque tú y el mundo enloquezcan. Sé lo peligroso que es, sé que puede matarme en un pestañeo, sé que es el Dios de las Mentira y todas las cosas malas, sin embargo me cae bien y creo que yo también le caigo bien o por lo menos me encuentra medianamente tolerable y divertida. Así qué… ¿alguna pregunta?

Jane separó sus labios, mas ninguna palabra brotó de ellos. Se puso de pie, colocó su cuaderno debajo de su brazo izquierdo, cargó su bandeja de comida y salió de la cafetería sin dirigirle la mirada a la más joven de las dos.

- Bueno, eso salió mejor de lo que esperaba – opinó Darcy continuando con su almuerzo.

- Hola – saludó Steve sentándose frente a ella, donde segundos atrás estuviera Jane. Rogers contemplaba una tableta electrónica con una ceja arqueada y una sonrisa de derrota en su rostro.

- Hola, capi – regresó el saludo Darcy feliz. Ver a Steve de carne y hueso era mil veces mejor que a través de Skype - ¿Algo interesante?

- Estoy comenzando a dudar que tan buena idea fue presentar a Bucky con Tony – habló Steve abandonando la tableta sobre la mesa - ¿Y tú? Me topé con Jane en la puerta y no lucía muy feliz.

- ¿Te enteraste de la operación "Virgen a los 90"? – preguntó Darcy al borde de las carcajadas.

- ¡¿Tú también?! – exclamó Steve atónito. Darcy comenzó a reír histérica – No es gracioso. No lo era hace 70 años y no lo es ahora.

- Sólo queremos que seas feliz, Steve – se excusó Darcy sin poder dejar de sonreír. Steve negó con la cabeza dándose por vencido.

- Bueno, por lo menos me alegra que Bucky haga amigos – admitió Steve - ¿Y bien? ¿Qué pasó con Jane? – inquirió. Darcy se encogió de hombros, al tiempo que la sonrisa en sus labios desaparecía.

- No le gustó la idea de mi amistad con Loki – explicó Darcy. La palabra sorpresa se posesionó del rostro del soldado – Si, Loki me visita a veces, no sé porque lo hace, pero lo hace.

- ¿Y son amigos? – cuestionó Steve.

- Supongo – dijo Darcy – No lo sé. Yo lo consideró así.

Steve asintió en comprensión.

- Está bien – aceptó Steve – Sólo recuerda que, si cualquier cosa pasa, hay una torre a unas cuantas calles de tu edificio repleta de superhéroes.

- Lo mantendré en mente – sonrió Darcy.


Lo reflexionó mucho antes de tomar la decisión de regresar a la casa de Darcy. Un mes técnicamente. Tras analizarlo, el hecho de que Darcy lo viera como un amigo no resultaba ser tan extraño. Le salvó dos veces la vida, la trataba mejor que al resto de los miembros de su raza y las actividades que realizaban juntos eran las características de una relación de amistad. No tenía ningún problema con ello y no planeaba sacar a Darcy de su error. Si quería pensar que eran amigos, estaba bien.

Lo que realmente lo molestaba era Foster. Darcy podía decir lo que quisiera, sin embargo, era una realidad que la mascota de Thor era muy importante para ella y, por lo tanto, su opinión también. A eso había que sumar la reacción de los Vengadores, en especial la del Capitán América, que con seguridad también habían sido puestos al tanto de la situación.

Visto desde cualquier perspectiva, Loki apareció en el departamento de Darcy preparado para los peores escenarios: desde que la muchacha le pidiera que ya no la volviera a visitar, hasta que la muchacha ya no viviera allí o que un comando de S.H.I.E.L.D. estuviera aguardándolo. Estaba listo para todo, menos para la realidad.

Darcy se hallaba en el sillón cenando lo que parecía ser comida china y viendo una de las tantas series que seguía religiosamente. Dirigió su vista al asgardiano y Loki sintió un placentero calor en su pecho al ver como los ojos de la castaña se iluminaban. Le hizo una seña para que se sentara y se mantuviera callado. El Dios del Engaño rodó los ojos y tomó asiento en el extremo opuesto del sillón a la derecha de la muchacha. Transcurrieron alrededor de diez minutos en relativo silencio, con Darcy lanzando esporádicamente improperios contra uno de los personajes. Finalmente, cuando los comerciales iniciaron, la mujer volvió su cabeza para verlo.

- ¡Hey! ¡Sigues vivo! Estaba empezando a pensar que algo malo te había pasado – expresó Darcy con una inmensa sonrisa en sus labios. Loki la volteó a ver confundido ¿En verdad se preocupaba por él? - ¿Quieres? – le ofreció Darcy del contenido de su plato.

- No, gracias – negó Loki devolviendo su mirada al frente – ¿Cómo te fue con Foster?

- Me hizo la ley del hielo una semana – contestó Darcy –, Erick me expuso las mil y un razones por las que no debería ni hablarte, Fury me regañó, mas eso no es nuevo, Clint me ve como si fuera algún tipo de traidor y Tony hizo sus conocidos chistes – metió un pedazo de carne a su boca, lo masticó y tragó – No fue tan malo.

- Interesante – pronunció Loki sintiéndose ligeramente culpable.

No le gustaba ser el causante de tantos problemas para la joven. Aunque, si lo racionalizaba, la única culpable de sus problemas era ella. Su vida sería más simple si hubiera mantenido su relación como un secreto o si sencillamente terminara con su "amistad".

Los anuncios concluyeron y la serie continuó. Por más que lo intentaba, Loki no recordaba la última vez que alguien se había tomado tantas molestias para ser su amigo.