Notas de la Autora:

Inuyasha es propiedad de la mangaka: RumikoTakahashi.

Esta historia es de mi autoría y esta inspirada en la canción "Dos hombres y un destino" de David Bustamante y Axel, como es costumbre siempre se pone a Miroku Houshi de rival de KuranosukeTakeda...

¿Pero qué pasaría que fueran unos grandes amigos? y que al final se volvieran rivales por el amor de Sango Taijinya.

Espero dejen sus comentarios y sugerencias!

Su amiga, AnyaWhites n_n

Capítulo I: El encuentro con el destino

Cuando Miroku Houshi y Kuranosuke Takeda se conocieron ambos eran apenas unos niños de cinco años. Uno era pelinegro de ojos azules, sus padres habían sido unas personas humildes habia fallecido en un accidente y el quedo a cargo de un tio abuelo de su padre. Por el otro lado, él castaño de ojos grises, era hijo de un importante empresario ex militar, todos lo veian como el niño prominente, rico del barrio y bien portado con los ojos en la tierra y con una gran visión para los negocios. Al morir el tio que criaba a Miroku, él padre del castaño decidió adoptarlo, así que ambos chicos se criaron como hermanos y sin imaginar que con el pasar de los años su amistad se pondría a prueba con la llegada de una hermosa castaña.

Ese día una nueva familia se había mudado frente a su casa, era extraño era una zona muy cotizada en la cuidad de Tokio, mientras escuchaba los ruidos de los muebles, Miroku un joven de apenas diecinueve años abría sus ojos azules después de estar soñando con hermosas chicas; mientras que la chica a su lado seguía dormida y para no despertarla se levantó con sumo se levantaba coloco sus bóxer azules ajustados encaminándose hacia el baño para lavarse un poco su rostro, trataba de recordar el nombre de la chica rubia con la que había dormido, abrió la llave y hecho agua a su rostro, luego se secó con la toalla.

-Rayos, no recuerdo como se llama-regresando a la cama.

-Buenos días, Miroku- vestida y sentada esperándolo.

-Discúlpame pero no recuerdo tu nombre- tocándose la cabeza, para fingir una jaqueca.

-No te preocupes, es mejor así- se acercó a él y lo beso- Gracias por esa inolvidable noche.

Luego que se marchara, el joven pelinegro se apresuró a colocarse el uniforme y sintiendo aun la cabeza perdida por la fiesta de la noche anterior.

XXX

Mientras su mejor amigo lo esperaba en el automóvil, impaciente miraba el reloj y al levantar sus ojos se toparon con la silueta de una bella chica de cabellos castaños y su amiga.

-Buenos días, señoritas- sonriéndoles- Soy Kuranosuke Takeda, su vecino.

-Buenos, jovenTakeda- decía una castaña ruborizada.

-Un placer joven Kuranosuke, luego hablamos – mientras la azabache le sonreía.

Kagome tomo de la mano a su mejor amiga, sintiendo el flechazo de los castaños, sin pausa ambas chicas se marcharon platicando entre ellas, mientras los ojos del chico no apartaban la vista de la nueva vecina y como no hacerlo con ese rostro angelical. Luego de unos minutos sus pensamientos fueron interrumpidos por su amigo ingresando al automóvil.

-¿Todo bien, Takeda?-pregunto el ojiazul.

-Perfecto- suspiro el castaño.

- Nos vamos ya a la escuela… Takeda,¿Qué mosca te pico?

-Amigo, creo que acabo de conocer a mi futura esposa – suspiro y arranco el carro.

XXX

Una bella castaña de dieciocho años reía junto con su mejor amiga azabache caminaban rumbo a la universidad, sobre el breve encuentro con el guapo joven, era de esperarse ya que ambas siempre estaban juntas. El camión de la mudanza había llegado y la casera se haría responsable de supervisar que todas las cosas llegaran con bien.

Sango Taijinya, lucía una mirada triste, pero su amiga por fin había logrado animarla un poco con sus bromas, ella había estado bastante nerviosa porque debia obtener los mejores resultados para orgullecer a su familia; gracias que ambas habían ganado una beca para estudiar en el Instituto Tecnológico de Tokio dejado su pueblo natal y se habían instalado en aquella bella cuidad, viviendo en un apartamento cercano.

Luego de llegar a la escuela, la castaña tuvo todas las miradas de los chicos en sus curvas, sus grandes senos, en su largo y lacio cabello castaño que iba atado en una coleta, mientras su corta falda escolar mostraba unas bellas piernas torneadas y su amiga al lado no podía quedarse atrás su caballo azabache iba suelto, su esbelta figura resaltaba y sus pequeños senos resaltaban bajo esa blusa escolar. Llegaron al salón de clases, en donde fueron presentadas por el profesor mientras la mirada de unos ojos ambarinos de un joven peliplateado devoraba a la azabache y ella se sonrojaba tímidamente. Permanecieron atentas y siguiendo al pie de letra cada una de las indicaciones de cada profesor, al finalizar la sesión el chico se acercó para iniciar conversación con ella.

-Me llamo, Inuyasha Tashio- presentándose- Si gustan podría mostrarles la escuela.

-Nos encantaría- dijo la pelinegra sonrojada- Soy Kagome Higurashi y ella es mi mejor amiga Sango Taijinya.

-Encantada, Joven Tashio.

-Entonces, ¿me acompañan?- ofreciendo su mano.

-Por supuesto- dijo la pelinegra- Vamos, Sango.

-Yo te espero en la casa- despidiéndose- Un placer, joven Tashio… Kagome cuídate y no hagas algo que yo no.

La pareja se marchó, ella recogió sus cosas encaminándose para la salida de la escuela moviendo las caderas suavemente y apurando su paso sin voltear al frente, mientras un chico de ojos castaños se dirigía hacia ella, al final chocaron y ella se acarició la cabeza suavemente por el golpe.

-Lo siento, señorita- disculpándose.

-¿Joven Takeda?- sonrojada.

-Deja de llamarme así- poniendo las manos en la cabeza y sonriendo- Puedes llamarme Kuranosuke, y tú eres…

-Sango Taijinya- sonriéndole.

-¿Podría llevarte a tu casa?- sonriéndole.

-Por supuesto, Kuranosuke.

La pareja de castaños se encamino rumbo al vehículo del castaño, ambos sonreían y platicaban como si se conocieran de años, gracias a la presencia de la chica él había olvidado por completo a su mejor amigo que lo esperaba parado en el automóvil.

-Vaya, Kuranosuke- dijo molesto el ojiazul- Me tienes…

La boca del pelinegro cayo al mirar a la bella acompañante de su amigo, observo con delicadeza cada una de las curvas y paso suavemente su vista en el rostro angelical de la castaña de largo cabello.

-Ni te quejes, Houshi- dijo el castaño- No soy tu niñera.

Ignorando el comentario el ojiazul rompió el espacio a la castaña, tomo sus manos y se presentó con galanura.

-Miroku Houshi- dijo para sus adentros.

-Un placer, Sango Taijinya- sonrojada como tomate.

-Bella señorita, ¿No te gustaría tener un hijito conmigo?- siendo callado por un golpe de un pesado libro.

-Miroku, deja tus coqueterías- dijo rabiando su amigo.

Como si ese pequeño gesto a la castaña, bastará para declarar la guerra de una amistad de años por el amor de una bella dama. Los tres subieron al carro, dejando a la castaña en la puerta de su casa y ella se despidió de ellos con una sonrisa, para luego entrar a su casa. Miroku por su parte volteo la mirada del ojigris y rabio al notar el interés por la bella chica.

-Kuranosuke, amigo- dijo directamente- Te tengo una propuesta.

-¿Sobre que?- decía estacionando su coche.

-Es una apuesta- captando la atención de su amigo- Ganará aquel que tenga el corazón de Sango.

-¡Pero, qué demonios!- grito el castaño- Sango no es una chica para jugar con ella… Es para amarla toda la vida.

-¿Aceptas?

XXX

Kuranosuke se quedo pensativo unos instantes, sabia que era peligroso competir con el ojiazul, ya que siempre conseguia llevar a la cama a cualquier mujer y sin problema alguno. Durante años su mejor amigo se habia dedicado a ser un mujeriego y mientras el a estudiar para ser éxitoso como su padre. Luego de pensarlo por unos instantes apareció la figura de la castaña, con su largo cabello y sus curvas, su mente comenzó a pensar en los labios rosados de la chica soltando unos dulces gemidos y diciendo su nombre mientras él la hacia su esposa.

-Por supuesto acepto, Houshi- sonrio perversamente.

-Vaya pense que eras todo un caballero- burlandose y provocando rabiar al castaño, mientras apagaba el automovil.

-Ya te lo dije, Miroku Houshi- gritando- Soy rico, exitoso y además yo la vi primero... Yo se que ganaré esta apuesta y haré a Sango mi mujer usando cualquier recurso.

El castaño sonrio perversamente, petrificando al ojiazul, quien se sorprendió ante la mirada del castaño mientrás con el rabillo de sus ojos záfiros miraron hacia la casa de la castaña y ambos bajaron del vehiculo con prisa sin dirigirse la palabra.

XXX

Sango entro a su casa, dejo su mochila a un lado, mientrás buscaba con la mirada a su amiga y no parecia estar, todo por un chico nuevo y atractivo del colegio. Levanto su mano derecha observo el anillo de amistad que habian comprado ambas.

Flash Back

Kagome y Sango tenían quince años ambas se encontraban en la habitación de la azabache viendo una película, mientras ambas se ilusionaban con el príncipe de la trama besando a la protagonista y entre suspiros pensaban en el hombre de sus sueños.

-Sango, eres mi mejor amiga ¿verdad?- suspiro.

-Por supuesto... ¿sucedió algo?

-Bueno te diré- se levanto y pauso la pelicula, para tomar una pequeña cajita- Ayer mis padres me regalaron eso, son anillos de pureza, para guardar nuestra virginidad hasta el matrimonio y te compre uno.

La castaña abrió la caja y observó dos anillos de oro blanco, muy lindos y tenían grabado una flor de cerezo cada uno, quedo asombrada por el detalle. La chica tomo uno de los anillos y lo coloco en el dedo anular de su amiga y la otra imito lo mismo.

-Son preciosos, Kagome- sonrió.

-Por supuesto- dándose un abrazo- Los usaremos hasta encontrar al hombre nuestros sueños y es el símbolo de nuestra amistad.

-Amiga, ¿como van las cosas con Houjo?

-Hay Sango, el no es para mí y la verdad espero que pronto encuentre su felicidad.

Poco tiempo después Kagome rechazo la propuesta del chico, ambas con el apoyo de nuestras familias viajamos a Tokio para estudiar la Universidad.

Fin de Flash Back

-Kagome... Espero no hagas una tontería.

Unos toques en la puerta la sacaron de sus pensamientos, abrió la puerta y se encontró con uno de sus vecinos que la acompañaron a su casa, observo sus ojos zafiros y su cabello negro atado en una coleta sosteniendo entre sus manos un hermosa flor color rosa (su color favorito).

-Disculpa mi atrevimiento, Sango- apenado y dándole la flor- Quede asombrado ante tu belleza.

-Muchas gracias, jo...

-Llámame Miroku- sonrió y observó como la castaña se ponía nerviosa- Dime Sango, ¿ aceptarías ir a cenar como disculpa?

-Yo no pue...

- ¡Miroku Houshi!- gritaron y ambos voltearon, observando a la azabache y al peliplateado juntos.

-¿Kagome?- dijo confundido-Vaya como has crecido.

-¿Se conocen?- dijeron confundidos al mismo tiempo Inuyasha y Sango.

-Por supuesto- sonrió la azabache- El es mi primo hermano y dime ¿Que te trae por aquí?

-Quería invitar a Sango a cenar para que me disculpe...

- No digas más, primo- sonriéndole – Sango acepta encantada y por supuesto, puedes pasar por ella a las ocho.

Mientras la castaña la observaba petrificada y esperaba que la tierra se la tragara, mientras veía dudosa al chico de ojos zafiros.

XXX

Kuranosuke estaba realizando sus ejercicios de rutina, mientras trataba de pensar en como ganar aquella apuesta contra Miroku y sabia que el ojiazul era muy hábil ya habría dado el primer paso. Se detuvo unos minutos para tomar su celular y observar el mensaje de Shima (la mujer con la que su padre quería que se casará, que comparada con Sango era un cero a la izquierda).

-Te extrañe, mi amor- escribió la chica.

-No me molestes, Shima y hasta nunca.

-¿Por qué dime, Kuranosuke?-escribió en tono preocupada- Acaso, ¿no he sido bastante buena en la cama?

-Por supuesto, preciosa- suspiro al escribir y recordar las intensas noches de pasión con la pelinegra- Pero hay mujeres con las que los hombres nos divertimos y otra que queremos que sea nuestra esposa.. Tu no me interesas y dejame en paz.

Arrojo el teléfono móvil a la cama, mientras trataba de pensar en como ganarle a su mejor amigo, sabia que algo se le ocurriría.

Se encamino al desordenado cuarto de Miroku para buscar una respuesta, comenzó a buscar entre los cajones donde solo encontró ropa limpia, lencería de chica y muchos preservativos, rabiando cerro con fuerza el mueble. Al menos tendría pruebas para mostrarle a Sango lo sucio que era el ojiazul.

Continuará…