Bueno traigo este nuevo proyecto, sé que tengo algunos pendientes pero bueno, espero y le gusté también no olviden dejar su comentario, que les pareció, que les gusto y que no, porque sin ustedes yo y mi fic no somos nada :)
Disclaimer: Pokémon no me pertenece, es de su respectivo dueño.
Visión
James, un chico de 16 años, con el sueño de convertirse en el mejor entrenador de todas las regiones existentes, no le importaría nada más que convertirse en ser el más fuerte, haría lo que fuera por serlo, pero a pesar de eso tenía sentido de la justicia con cualquier persona o Pokémon. Originario de la región Jhoto, una región llena de leyendas, ciudades coloridas y grandes misterios. Específicamente en la ciudad Trigal, una urbe comercial y alegre. Ha vivido con su madre desde los 4 años, ya que en ese tiempo vivía solo con su padre por cuestiones legales sin embargo murió en un accidente, quedándose con su madre, en un principio no lo deseaba pero el tiempo hizo efecto en ella, llegándole a querer. Ese suceso en su vida lo marcó haciéndolo serio y un poco hostil con la demás personas eso se hizo notable cuando fue llevado a la fuerza a la escuela de entrenadores, siendo el más destacado entre ellos a pesar de eso no ha recibido su primer Pokémon, es aquí donde comenzará su gran aventura, primero de Trigal hasta pueblo Primavera.
- ¡Mamá, ya me voy! – Aviso desde la puerta el pelinegro, esto alarmó a su madre. James vestía con playera negra y chaqueta roja, unos jeans azules con tenis negros, en sus manos tiene puestos guantes azules sin dedos, azules y su basta cabellera obscura amarrada de una coleta en dos partes con cintas negras, cubierto por una gorra igual roja.
- ¡Espera! ¿Tan rápido? – Pregunto la joven madre. Su aspecto tenía un vestido azul de manga larga y zapatillas negras, por último su cabello marrón estaba amarrado en una cola de caballo.
- Mamá… ya habíamos hablado de esto, solo me faltan unos cuantos años para ser un adulto, también para que habré ido a la escuela de entrenadores de ciudad Malva, te mostraré que puedo ser el entrenador más fuerte sobrepasando a campeones y… - Fue interrumpido por su madre, que lo abrazó.
- No importa que estés con familia o anciano, para mí siempre serás mi niño pequeño y lo sé pero hay mucho peligros allá fuera. – Decía con lágrimas en los ojos, por parte de James que estaba por arriba de su altura la abrazo con más fuerza y beso su cabeza.
- No te preocupes cada vez que tenga oportunidad de comunicarme, lo haré con mi pokegear. – Intentaba tranquilizarla, separándose y mirándose fijamente.
- Está bien. - Se separó de él para acompañarlo a la puerta.
- Bien, me voy y no volveré hasta que cumpla mi sueño mamá, ¡Te lo prometo! – Dijo con un pulgar arriba muy entusiasmado.
- ¡Ve con cuidado y llámame de vez en cuando! – Grito desde la entrada, pues el ojíverde se había ido corriendo.
Ya en las afueras de la ciudad Trigal, James corría a buen paso hasta que algo lo detuvo. Se topó con un anciano de barba espesa y una caballera plateada bastante larga, este se apoyaba de una bastón de madera, su suéter marrón al igual que sus pantalones estaban enmarañados y sucios, lo cual llamo la atención del pelinegro. Sin embargo siguió adelante.
- Oye, disculpa. – Hablo el anciano intentando detener al joven entrenador.
James se detuvo y volteo hacía él, este contesto sin tanto interés.
- ¿Qué pasa? – Devolvió la pregunta de forma fría, en cambio el señor se mostró amable a pesar de eso.
- ¿Esta es la ciudad Trigal? – James levantó una ceja, para señalarle el gran cartel que estaba el nombre de dicha ciudad.
- Oh disculpa… - El anciano se detuvo a observar más al muchacho, parecía alguien conocido para él, sin embargo no se acordaba. - ¿Cuál es su nombre joven entrenador?
- No, no lo soy todavía ¿Y para qué quiere saber mi nombre? – A secas James contesto de mala forma.
- No sea tan descortés, no ve que soy un pobre anciano que no tiene a nadie en este mundo, por favor contesta. – El pelinegro suspiro cansado.
- Soy James Phoenix ¿Por qué? – Pregunto molesto, en cambio el anciano lo vio extraño.
- "Pensé que sería él, aunque a decir verdad se parece a…" – Fue interrumpido por el joven que le chasqueaba los dedos, pues no tenía una respuesta. – Oh perdona me fui.
- No se notó. – Rodó los ojos. Dijo sarcástico.
- Puedo ver en ti potencial, sin duda, sin embargo muchacho, si no sabes cómo explotarlo tu derrota será inminente. – Se acercó para mirarlo más de cerca poniendo nervioso al ojiverde.
- ¿Y eso en que me ayudará? – Pregunto confundido.
- Solo recuerda esto. El cielo no se limita a lo que nosotros vivimos, para ello necesitarás correr más allá del horizonte. – El señor se dio media vuelta y volvió a sus andadas, de forma lenta.
- Okay… Espere… - Llamó al anciano aún confundido.
- ¿Qué se le ofrece? – Contesto amable, sorprendiendo a James.
- ¿Cómo se llama? - El señor de ojos ambarinos no dijo nada. Volvió a tomar la palabra.
- Solo llámame el Señor Courtney. – Se dio la vuelta para ir a la ciudad. Por parte de James hizo lo mismo dejándolo pensativo con aquella frase.
- Hm el cielo… no se limita a lo que nosotros vivimos, para ello necesitarás correr más allá del horizonte… ¿Qué significará eso? Hm… No, ni idea sigamos.
James continuó andando, para su suerte, fue de nuevo interrumpido, ahora por un policía por la ruta 34, casi llegando a la guardería Pokémon. Suponía él porque.
- ¿¡Oye a dónde vas sin un pokémon!? – Llamó la atención del pelinegro.
- Voy con el profesor Elm a que me dé mi Pokémon inicial ¿Ahora puedo irme? – Contesto sin darle importancia.
- Bueno, ve con… ¡Espera! Como no hay opción, te prestaré uno de los míos, solo hasta que consigas tu primer pokémon, cuídalo bien es el más fuerte que tengo, tú no sabes el riesgo que hay allá afuera.
El policía le entrego una superball, el pelinegro la observo de cerca pudo observar una pequeña cuarteadura, James vio de mala manera al policía, este se dio cuenta y trato de explicarlo.
- Eso es… ahm por… una batalla, solo te pido que lo cuides mucho. Continúa tu camino. - Se fue del lugar sin decir nada moviendo su macana. Por parte James, de nuevo siguió.
…
Courtney estaba en busca de algo, sacó de su bolsillo un papel, lo miró y lo leyó, era una dirección. La había escrito hace 2 semanas, según una carta que había recibido decía sobre un accidente y su nieto también recibió una dirección según encontraría algo.
- Oiga, ¿Dónde podría localizar estar dirección? – Pregunto a una mujer, la cual negó. – Gracias.
Siguió preguntando y nadie le daba respuestas, se encontraba cansado pues se avanzada edad ya no le dejaba seguir mejor descansó en el centro pokémon.
- "¿Dónde se encontrará? Necesito saber qué es lo que pasó, no puedo quedarme aquí sentado" – Se levantó, retirándose del lugar.
Dio vuelta al centro, fue ahí donde observó varías casas, comenzó rondar por ahí hasta que encontró la casa indicada. Tocó la puerta y lo recibió la misma mujer con la que se había casado su hijo.
- Hasta que nos volvemos a ver… - Dijo serio, por parte de la mujer quedó muy sorprendida.
…
- Bueno, veamos que eres. – Sacó al pokémon, era un Growlithe.
Cuando el pequeño perro vio al joven gruño poniéndose en posición de ataque, pensaba que lo había robado.
- Tranquilo, soy tu entrenador por el momento, por favor seamos amigos. – Intentó tranquilizar al pokémon, sin embargo lo atacó. - ¡No, no, no, no!
Growlithe se aburrió para después dormirse quedándose cerca de un árbol.
- Mejor lo guardaré, solo lo sacaré cuando se necesario.
Caminó por toda la ruta 34 hasta encontrarse con molestos entrenadores, que si bien su problema era controlar a Growlithe ahora enfrentarse a ellos sería uno más grande, es cuando comenzó a correr para huir de ellos.
- ¡Hey tenga…! – Dijo un campista.
- ¡Con mis pokém…! – Decía un joven.
- ¡Corre, corre si no es que quieres retrasarte!
Llegó al encinar decidió correr para así llegar más rápido, pero el gran bosquejo era enorme y tardaría toda la tarde y parte de la noche para llegar a pueblo Caoba. Se encontraba cerca de un lago y el cielo se tornaba naranja, pronto se haría noche.
- Mejor será quedarme aquí, iré a buscar madera. – Se dirigió a unos arbustos a encontrar aquellas ramas.
De pronto unos zumbidos retumbaron en sus oídos, eran varios Beedrill, sabía que eso no era nada bueno, comenzó caminar tranquilo, como si no hubiera nada. Los Beedrill no quedarían así como así, atacaron al chico este comenzó a correr hasta que sacó a Growlithe, este vio que iba a ser atacado, lanzó un ascuas para ahuyentarlos, dejando a aliviado al ojiverde. Growlithe lo volvió a ver y lo comenzó a morderlo de nuevo en una pierna.
- ¡Hey, no, no, no, ahh! – Grito del dolor. - ¡Vuelve!
Lo guardó y se dirigió de nuevo al lago, junto más ramas, sacó unas salchichas dejándolas a lado de su mochila roja. De nuevo sacó a Growlithe, esta vez con algo de miedo, pero aun así pensaba que lo ayudaría.
- ¡Growlithe usa ascuas! – Como si fuera un milagro, le obedeció. – Gracias Growlithe.
Lo acarició, gruño el perrito estaba a punto de guardarlo, pero no era para mal. Un Ursaring se encontraba de espaldas comiéndose la comida de James, se dio la vuelta ya que Growlithe había hecho ruido. De pronto los atacó con un zarpazo, mandándolos a unos arbustos, el Urasring no se quedaría quieto, los persiguió, James y Growlithe se levantaron un poco mal heridos, esto no le fue nada al perrito es cuando le hizo frente, le lanzó un ascuas, el cual no le hizo mucho daño pero fue lo suficiente para hacerlo enojar más, siguió ladrando hasta que con una de sus garras le lanzó una cuchillada, esto lo vio James, se levantó lo más rápido posible y se lanzó hacía el pequeño perro, cayendo cerca de unos árboles, Ursaring quedó confundido, como no los veía se fue. James y Growlithe se quedaron quietos hasta que fue.
- Vaya, ya se fue, qué susto. – Growlithe comenzó a lamerle la cara, se sentía agradecido y comprendió que no era alguien malo. – jajaja ¡Basta me haces cosquillas! Jajaja Bueno se ve que ya no me tienes desconfianza, así que mañana continuaremos.
Ambos se acurrucaron en el árbol donde cayeron, quedaron dormidos. Esto apenas era el principio y habría muchas sorpresas, eso le emocionaba a James. Ya había creado un lazo con Growlithe, esperemos que es lo que le depara.
Continuara…
