― ¡Mamá! te juro que te quedarás con un hijo menos ― Recalcó Lily furibunda.

― ¿Qué pasa Lily? ― Preguntó Harry desencajado entrando en la cocina lanzando una furtiva mirada a su esposa e hija.

― ¡James se atrevió a leer mi Querido diario! ― Soltó encolerizada haciendo revolotear la pelirroja melena. Harry blanqueó los ojos y Ginny chasqueó la lengua malhumorada.

― ¡James Potter baja ahora mismo! ― Graznó Ginny.

― Baja Antes de morir ― Susurró Harry cansino.

― ¿Qué se supone que hizo ahora? ― Intervino Albus mordiendo una manzana sentándose al lado de su padre.

― Leyó el diario de Lily ― Murmuró Harry.

― La enana lo matará en Un solo instante, papá ― Le aseguró Albus en el preciso instante en que un temeroso James entraba en la cocina.

― ¿Tú dulce voz me llamaba, mamá? ― Preguntó James inocentemente.

― ¿Qué le hiciste a tu hermana? ― Preguntó la pelirroja más grande escrutando el rostro de su hijo mayor.

Jamás lo sabrás ― Respondió desafiante.

― Contesta lo que tu madre te preguntó, James ― Interpuso Harry levantándose de la silla mirando serio a su hijo.

― Fue "El Pergamino" ― Admitió a regañadientes recalcando las últimas palabras ― No su diario completo.

― ¡No me interesa papanatas si fue una hoja o todo mi diario lo leíste igual! ― Espetó Lily tan malhumorada como su madre y el parecido era alarmante ya para Harry ― pero ¿sabes una cosa insufrible? Acabas de cometer Tu mejor error ― Sonrió ella mirando elocuente a su hermano mayor ― Todo Hogwarts se enterará de la existencia de tu mugroso oso de felpa ― James la miró horrorizado vocalizando un "no" aterrado ― Si hermanito serás la burla de todos en el colegio tanto que desearás no estar allá "Como si no hubiese partido James Potter a Hogwarts" ― Sonrió Lily exultante abandonando la cocina seguida de un Albus sonriente y divertido y de un James aterrado y suplicante.

― ¿Será siempre así? ― Preguntó Ginny abrumada Harry sonrió la rodeó con sus brazos y le dio un dulce beso en la frente.

― ¿Cómo? ¿tan caótico y divertido? ¿Cómo siempre soñé? ¿Con la misma euforia de mis sueños señora Potter? ― Ella soltó una carcajada.

― Te has vuelto un meloso.

― Mmm... Pensando en ti puedo ser lo que tú quieras ― Ambos rieron.

Por eso te quiero ¿sabías? ― Susurró Ginny juntando su frente con la de su esposo, sintiendo el aliento embriagante de Harry sobre sus labios.

― Me quieres con La fuerza del corazón igual que yo por hacer de mi vida tan problemática con estos niños ― Refunfuñó ella frunció el ceño y le dio un golpe en el hombro.

― Te recuerdo que a "estos" niños no los traje sola al mundo Potter.

― Lo sé, pero es irremediable no traer hijos al mundo cuando te miro Ginevra Potter tienes un cuerpo para el infarto ― Ella sonrió.

― ¿Ah sí? ― Susurró coqueta ― Cuando te conocí no eras tan detallista en tus comentarios.

― Era un adolescente sin remedio, pero hablado de detalles esta noche cuando nuestros hijos se duerman te desnudaré tan despacio que estarás tan desesperada que gritarás por hacer rugir al monstruo ― Ella soltó una fuerte carcajada que Harry ahogó con un beso cargado de felicidad, amor y desesperación. Este es solo un capítulo más en la vida de los cinco Potter, un capítulo frustrante y vengativo para Lily, divertido para Albus, horrorizado para James, empalagoso para Ginny y expectante para Harry... El mundo se equivoca cuando dice que la vida de Harry es perfecta, tiene problemas, discusiones con su esposa, con sus hijos pero ese es también el encanto de vivir esa vida que jamás dejaría de lado, ni siquiera por ser el elegido ni el niño que vivió, simplemente quería ser Hary, solo Harry y su familia.