Antes que nada, es la primera vez que mis historias se leen por otras personas que no sea yo misma, así que, espero sean del agrado de todos aquellos que gustan de leer un poco de slash bastante explícito a decir verdad.
Si el yaoi/slash no es de tu agrado, te sugiero que no lo leas, por el bien de tus ojos.
Los personajes no me pertenecen, solo los uso.
Va a ser un yaoi de la serie Danny Phantom. No se si usaré solo los personajes de la serie o meteré algún que otro bichillo salido de mi mente.
Capítulo 1
-¡Come termo, fantasma de pacotilla!-gritó Danny Phantom, el chico fantasma de pelo blanco y ojos verde espectral mientras el molesto, pero débil, fantasma de las cajas rogaba para no ser absorbido a pesar de que su cola ya estaba dentro del termo y tiraba de él hasta que Danny pudo poner la tapa-buf...-suspiró y los anillos brillantes salieron desde su cintura hacia arriba y abajo respectivamente cambiando la ropa negra-blanca ajustada por sus pantalones vaqueros sueltos y su camiseta de manga corta blanca con rebordes rojos. Sus ojos se volvieron azul celeste y su pelo de color negro, dándole ya un aspecto más natural, más humano simplemente. Sus amigos, Sam, una joven gótica con el raro fenómeno de los ojos morados y Tuck, o Tucker, todo un friki de las nuevas tecnologías, se acercaron a él con una sonrisa-¡Cada vez vas mejo!-dijo la chica-sep, hace ya casi un año desde que eres mitad-fantasma, ¿no?-dijo el moreno, levantando apenas unos segundos la vista de su PDA en la cual apuntaba los progresos de su amigo.-En realidad, solo han pasado unos diez meses...-dijo Danny y los tres fueron a casa más tranquilos.
Cuando Danny llegó, dejó el termo en su habitación y después de la cena, devolvió al preso a la zona fantasma, esperando que esa noche pudiese dormir tranquilo...
Pero ya dormido, sentía una rara presencia que se le hacía demasiado familiar y distante a la vez... Pero no podía ignorarla.- Danny...- se escuchaba en su cabeza una voz distorsionada, como si hablasen a través de un montón de papeles de filtro. Era una voz rara... Rasgada, grave y... Escalofriante. Danny estaba ya casi en el sueño REM cuando pudo descubrir quién era. De quién era esa voz. Dan. Dan Phantom estaba en su habitación. Abrió los ojos y se sentó en la cama a toda prisa, buscando con la vista por la habitación... Pero no había ni rastro del monstruo de pelo de fugo blanco de casi dos metros de alto. Ninguna evidencia de que estuviese cerca. Ni fuego, ni humo azul saliendo de su boca... Nada.-Una pesadilla...-se dijo a sí miso para tranquilizarse. Se tumbó con un suspiro de cansancio e intentó dormir, pero Dan no salió de su cabeza hasta pasadas casi dos horas.
A la mañana siguiente le despertó una ráfaga helada. Abrió los ojos perezoso y al ver la hora, las seis menos veinte, pensó en cómo puede matar a un fantasma.
Se levantó y rapidamente una mano enguantada de negro le agarró del pijama y le tiró contra la cama. Plasmius, el fantasma-vampiro, le miraba con sus ojos rojos y una cruel sonrisa que dejaba ver sus afilados y peligrosos colmillos.-Buenos días Daniel.-dijo viendo como la expresión de sorpresa en Danny se cambiaba poco a poco por una de enfado. Se puso en pie sobre la cama y aún así encesitó levantar la cabeza pues la altura del fantasma rondaba el uno noventa a diferencia del menor que apenas llegaba al metro sesenta... Incluso las chicas de su clase eran más altas que él. El fantasma-vampiro le tomó del cuello y le levantó hasta tenerle a su altura mirando a sus ojos celestes-la-largo de mi casa, chiflado-dijo a duras penas pero claro, no le soltó-¿Qué andas tramando?-eso confundió al menor-¡si siempre el que trama algo eres TÚ!-Replicó con el ceño fruncido y le soltó bruscamente dejándole caer en la cama-bien.-Tras decir eso, se hizo invisible e intangible y desapareció.
Danny se tocaba el cuello notándolo helado. Ya eran casi las seis. Le iba a ser imposible dormir sin llegar tarde al instituto, aunque bien mirado, puede que sea la primera vez en todo el curso que llegue a tiempo.
Después de una larga ducha, un buen desayuno y una explosión en el laboratorio, salió y fue a clase.
Ya en el instituto Casper, en clase de gimnasia, los tres amigos miraban como se formaban grupos, dejándolos a ellos totalmente solos y apartados. El profesor, ya harto de ver ese tipo de comportamiento, puso a cada uno en un grupo. Y Danny tuvo la horrible suerte de acabar en el grupo de Dash. Casi empezaba a desear que Plasmius le hubiese dejado inconsciente para no tener que aguantar al rubio de uno ochenta y a sus insufribles amigos metiéndose con él y haciéndole correr y mancharse más de lo debido.
Al acabar los juegos, el equipo de Danny entró el último a las duchas ya que la mayor parte se habían roto por culpa de un enfrentamiento con un fantasma. Encima era su culpa en no tener duchas libres...
Por él, hubiese desparecido en el momento en el cual sus musculosos compañeros de equipo se empezaban a desnudar. Estaba él solo, un tirillas de metro sesenta escaso con menos masa muscular que una ameba. Hasta se le podían notar las costillas... Pero también estaba lleno de barro y sudor, por lo cual, esperó a que alguno acabase de ducharse, pero vio como Dash y otro dos compañeros de equipo casi con el mismo cuerpo que harían gritar a las compañeras se le acercaban con solo unas toallas en la cintura-tú, enano, arriba, queremos reírnos un rato-dijo el rubio y Danny sitió una alerta encenderse en su cabeza.-De-deja deja, ya me ducho en casa.-dijo, pero ya le estaban tirando al suelo mojado, con ropa incluida. Danny se encogió sobre si mismo, abrazándose las rodillas ya que se esperaba lo que Dash hizo : abrir las duchas para empaparlo. Danny sitió que su ropa se empapaba y pegaba a su cuerpo, provocando escalofríos y un sonrojo considerable.
Empezó a desnudarse aún encogido provocando risas y comentarios despectivos sobre su poco músculo. Se levantó de espaldas sin más remdio que hacer eso, tratando de alcanzar el jabón al alargar el brazo, pero vió una mano bastante más grande que la propia cogerlo antes que él y alejarlo. Dash sonreía con el jabón entre sus manos.-Da-Dash... ¿podrías darme el jabón por favor?...-podió Danny empezanod a temblar del frío, con las mejillas cobrando poco a poco un color cada vez más parecido al escarlata. -No Daniel-como odiaba Danny que le llamasen así-debes de pedirlo bien.-La sonrisa del rubio se ensanchó dejando ver una peligrosamente cínica-vamos, pídelo como sabes-antes de que Dash acabase la frase, ya sabía que iba a decir-perrita-"perrita" dijo el mitad antasma al unísono en su cabeza, escuchando y casi pudiendo notar las risas que aumentaron cuando se puso a cuatro patas en el suelo, con el pelo aplastado hacia delante por el agua que aún mojaba sus mejillas. Podía notar las últimas gotas caer desde su cabelllo hasta su espalda y pecho, haciendo que se estremeciese. Ladró y miró a Dash, puso la pose de "pedir" que cualquier perro de campeonato sabría hacer a la perfección y loriqueó como un perro, casi llorando de verdad al ver que en lugar de dárselo, lo alejaba más y sus amigos se reían y le señalaban. Ya está, Danny no tenía algo que pudiese llamarse dignidad, pero para su desgracia la vergüenza es algo que parecía no querer dejarle nunca...
Todos esos lloriqueos fueron cortados cuando una mano le agarró el pelo y le empujó contra la entrepierna de Dash, haciendo que Danny actuase como un muelle y se separase en cuento pudo notar que se liberaba del agarre en su pelo negro. Las risas crecieron sumándose unos cuantos dedos señalándole a modo de burla cuando vieron que se quedó de rodillas en el suelo con una cara de espanto absoluta y lágrimas recorriendo sus mejillas. Pero algo pasó en ese lapso de tiempo en el que Danny pensó que iban a abusar de él que hizo que sus ojos de pronto se volviesen rojos y su expresión de terror cambiase a una de odio, ira, rencor y maldad tan clara que haría exstremecerse incuso a Pariah Dark. Se levantó entre risas y miró a Dash a los ojos como nunca antes lo había hecho-mira Dash, que a ti y a tus amigos os guste eso de chupar pollas no significa que a los demás tambié.-Primera reacción, todos se quedaron callados de pronto, mirando a Danny como si acabasen de ver un antasma, pero un puño del rubio fue más rápido y le dio tal golpe que se dio contra la pared.
Lo último que vio Danny antes de desmayarse, fue a Dash sonriendo con una expresión que mezclaba perfectamente el odio y la satisfacción.
Al cabo de un rato, abrió sus ojos viendo un techo blamco y notó un olor a desinfectante que le dejó claro que estaba en la enfermería. La habría reconocido solo con olerla un segundo por culpa de las visitas cada vez más frecuentes y por culpa de la misma persona, aunque esta vez Danny había tenido miedo de verdad...
Poco tardó en aparecer Sam y hablar con él-esto ya es demasiado Danny... Tienes que contárselo a tus padres.-dijo la chica asustada, con un brillo de preocupación en sus ojos morados y delineados de negro.-Lo se Sam...-se limitó a decir justo cuando la enermera sacó a la chica de la habitación permitiendo a Danny descansar un rato más pues su dolor de cabeza era considerablemente pero que cualquier otro que antes hubiese tenido.
-¿¡CÓMO SE ATREVE A DECIR QUE NO HA SIDO PARA TANTO!?-Gritaba Maddie Fentom al director que trataba de escusarse. Los gritos, las discursiones y las excusas no eran algo que Danny tuviese muchas ganas de escuchar, por lo que mientras ellos acrodaban que castigo era mejor, él solo podía pensar en qué demoios se le había pasado por la cabeza para responder de esa forma. Ël nunca habría dicho algo como eso... ¿Le habría poseído algún fantasma? Imposible, lo habría notado en el momento en el que se acercase...
Al final quedaron en que tendrían que limpiar los baños durante el resto del curso a parte de hacer trabajos extras para todas las clases, y si se repetía, les echarían del institto Casper para los siguientes años. La familia Fentom no estaba muy de acuerdo, pero en fin, algo era algo.
Al llegar a la casa, Danny no saludó a Jazz, solo fue a su habitación sin querer comer nada.
A menos que a Skulker le dejase la novia, no iba a tener problemas pues la actividad fantasma estaba en horas bajas por a saber que estaba sucediendo en la zona fantasma. No tenía la cabeza como para pensar que eso podría ser peligroso tanto para los fantasmas como para él.
Todo tranquilo. Demasiado quizá.
La voz de Dan sonaba en su cabeza, pero no era un recuerdo. Le estaba hablando. Eran frases nuevas a las de esa mañana. Pero Danny tardó demasiado en reaccionar pues Dan estaba mirándole desde las sombras, con una cruel sonrisa dejando ver sus peligrosos colmillos y su lengua vípeda. Apenas una fracción de segundo después, Dan estaba sobre Danny con un reloj que parecía de ClockWork colgado del cuello.
¿Porqué tenía Dan eso? ¿Qué iba a hacer con su "padre"?
Bueno, hasta aquí el primer capítulo, espero que esté bien y eso.
Nos vemos.
~~Lady Vamp~~
