A tu lado...

Shaoran le había pedido que se encontraran en un parque que en esos momentos se encontraba algo solitario debido a que la mayoría se encontraba en sus casas disfrutando de el día.

No sabía que era exactamente lo que planeaba el chico de ojos caoba pero el estar sola en ese lugar de noche no le agradaba del todo. Una vez que se fijo un poco más en lo que la rodeaba, se dió cuenta de que aunque la nieve cubría todo, aún se podía apreciar lo hermoso del lugar.

– Sakura...– la llamo Shaoran tocándole levemente el hombro, asustando a la castaña con el contacto.

– Shaoran, ¿Qué sucede? ¿Para qué me has llamado?– preguntó un tanto confundida.

– Yo... Quería verte para que estuviéramos ambos a solas.– la respuesta salio de sus labios junto a un pequeño sonrojo en sus mejillas.

– Shaoran...– susurro suavemente Sakura notar lo tierno que este se veía.

– Acompáñame.– le pidió el castaño tomando tímidamente la mano de la chica, guiándola hacia un lugar desconocido para ella, que estaba un poco ansiosa por lo que el chico quería mostrarle.

– Cierra los ojos.– pidió nuevamente Shaoran esbozando una pequeña sonrisa en sus labios. Sakura no estaba segura de hacerlo, aunque estaba con él, sentía cierto temor inundado, pero al ver la seguridad en sus caobas, decidió confiar en él.

Una vez que Sakura cerró los ojos, el se posó detrás de ella para guiarla sin que esta tropezará. Cruzaron lo que era un espero matorral, y al llegar al lugar, Shaorsn le permitió abrir los ojos.

– Ya puedes abrirlos.– aviso el castaño esperando a ver si reacción.

Sakura hizo caso a sus palabras y los abrió, quedándose sorprendida con la vista que se presentaba frente a ella. Estaban en un hermoso prado, que por causa de la blanquecina capa, se encontraba inmortalizado en nieve. Los árboles estaban cubiertos de nieve al igual que el suelo, y lo que más llamaba la atención, era ese hermoso y pequeño lago en todo el medio, que se encontraba cristalizado, convirtiéndose en una pista de hielo.

– Es hermoso, Shaoran...– sonrió complacida con la vista y le dirigió una mirada agradecida a su amigo. Nunca habían tenido un detalle tan bonito para con ella.

– Feliz navidad Sakura.– fue lo único que atino a responderle Shaoran, viendo como ella veía con una sonrisa todo a su alrededor. Mirandolo también a él como siempre quiso que lo mirara, ahora ella sabía que el siempre pensaba y se preocupaba por ella.