Querido Edward:
Se con precisión deprimente, que estas letras nunca llegara a ser observadas por tus dulces ojos dorados, los cuales, mas de una vez me han dejado sin aliento de solo imaginarlos.
Pero necesito decirte todo lo que tu imagen –y se de sobra que no soy la única víctima- logra en mi corazón.
Te reirás de mi locura y se, que en ti, mi presencia nada mueve. Solo tienes ojos para ella. Que si envidia me gustaría profesar, he de confesar que me es imposible.
Pero volviendo al tema central de esta patética carta, necesito expresar, todo lo que tu ser provoca en mi cordura. Comencemos con el hecho que mi mente no fragua otro nombre que el que te pertenece y lo repite, a mi corazón, con una cruel tortura que es imposible imaginar. Llevándome a la locura.
Locura, he de decirte, que es una palabra con la que me he familiarizado desde que leí tus primeras líneas. Con las que hiciste de mi cordura, tu prisionera.
Mi mente no puede evitar, despertar en mis continuas "películas" donde logro verme a mi misma siendo capaz de cruzar palabras contigo.
Escuchar tu aterciopelada voz, que con tan solo pensarla hace mi piel vibrar; con tu suave y perfecta piel fría al tacto, pero con la que la sola idea de tocar, mi cuerpo vibra por las corrientes eléctricas que lo recorren para acumularse en mi estomago, para subir y estallar en mi corazón, dulce tortura que me encanta repetir con tal de seguir pensándote.
No se me ha de olvidar, tu dulce sonrisa, tus ojos y cabellos que mi mente diseña para deslumbrarme, y hacerme sonreír involuntariamente….que me llaman, para hacerme feliz, aunque sea por un segundo.
Soy tu prisionera ¿Sabes? Y sé de sobra que tú eres un carcelero, desinteresado de esa idea.
Por favor, no me ofendas recordándome la realidad. Realidad es lo único de lo que no quiero saber, pues se de sobra que de la única forma en que puedo poseerte, es a través de hojas de papel impreso, que me describen tu perfección, para dejarme soñar contigo y que, de existir tu en mi realidad, no sería a mí a quien tus ojos dirigieras. Sé de sobra, pero quiero fingir que no es así.
¿Puedes tener piedad de esta tonta? No te burles de mis burdos sentimientos, porque son tan profundo que me ciegan, imposibilitándome ver algún chico real –pues ninguno llega a tu nivel- volviéndome una tonta loca solitaria.
Se que estas palabras nunca llegaran a tu ser; aun así, necesito expresar todo lo que mi triste corazón siente por ti: Te Amo Edward Anthony Masen Cullen.
Con Amor: Una Fan.
P.D. Suplico a todo lector no juzgar mi locura ¿no todos tenemos algo de esta?
Un momento de "no tengo nada que hacer" entre escuchando a mi maestra y volando lejos, jajaja espero les guste. Manden Review
