Nota: Nou, tampoco sé qué es esto.


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Visión

Era un mercenario, y como tal su tiempo solía ser limitado cuando se encontraba en nuevas misiones; sin embargo, desde que la arañita llegó a su vida, no importaba qué tanta suma de dinero estuviera en juego, siempre lo mantenía en su campo de visión.

Al menos la mitad del día —y eso era realmente poco, a su parecer— estaba vigilándolo. Cada movimiento, cada robo o secuestro al que asistía. Le observaba desde azoteas, desde ventanas o callejones, saliendo rara vez a molestarlo. Y es que no podía dejar de hacerlo.

Sus voces solían decir que quería protegerlo, él solía mentirse con que le gustaba ver su trasero. Pero sabía la verdad. Para él, Peter era el ser humano más perfecto que hubiera pisado el planeta, digno incluso de levantar el martillo del Dios con cabello de propaganda.

Por eso y más, su vista siempre estaba fija en él. Sobre todo cuando, con el tiempo, ese ángel castaño se convirtió en su novio. Fue en ese instante en el que supo que estaba condenado, condenado a observar tal belleza por el resto de su inmortalidad. Y la verdad, a Deadpool no le importaba, sus ojos agradecían ver algo bueno entre tanto infierno.

Agradecían tener a tal joya con tanto veneno.