Capítulo 1
Hakuba siempre había tenido una teoría, su compañero de clase Kuroba Kaito, además de ser un bufón e intento de mago principiante, tenia una segunda vida en la que gustaba salir de noche, especialmente cuando había luna llena, y tomar joyas ajenas de gran valor para después devolverlas no sin antes burlarse descaradamente de la policía o cualquier otro tipo de autoridad que intentara atraparlo. Sin embargo, siendo el un detective con cierto renombre, sabia mejor que nadie que sin pruebas solidas era imposible entregar a su molesto compañero a las autoridades, y el solo pensar en las pocas pruebas que tenia eran simple hechos circunstanciales y no nada conciso le daba cierta rabia, odiaba admitirlo, pero Kuroba Kaito era demasiado cuidadoso en su forma de mago ladrón, ya que no dejaba ni una huella o un mísero cabello que lo inculpara a excepción de una vez, pero no bastaba para culparlo.
Sin embargo, tenia un problema mayor. Últimamente, aquella idea no abandonaba su cabeza y con tal de demostrar la verdad, se había convertido en una especie de acosador de su compañero, sin que él lo supiese, o eso es lo que pensaba, por eso mismo, se encontraba en el nuevo atraco que daría su némesis, era la oportunidad perfecta de demostrar que se encontraba en lo correcto.
Con gran astucia había logrado colocarle las esposas y que quedara atrapado con un tubo impidiéndole el escape, finalmente revelaría la identidad del desgraciado ladrón que lo traía un poco obsesionado, no solo porque le había humillado en mas de una ocasión, había mucho más. La lluvia había comenzado, mojando a ambos en la azotea del edificio.
—¡He de admitir que no me esperaba este tipo de trampa por su parte detective Hakuba! — hablo el prisionero sin darle mucha importancia al asunto.
El rubio solo lo miraba, ahí acorralado, sin muchas oportunidades de escapar, de pronto extraños pensamientos comenzaron a invadir su mente logrando que se sonrojara.
—No hables de mas — comento mientras se acercaba — finalmente revelare tu identidad Kid, aunque tal vez debería empezar por llamarte Kuroba.
Si esas palabras hicieron algún efecto en el ladrón, este no lo demostró y siguió con su cara de poker, con una sonrisa ladina que mostraba confianza.
Al estar enfrente del mago de blanco, Hakuba estiro sus brazos y toco el rostro contrario con sus manos, algo que sorprendió al ladrón. Un fuerte soplo del viento logro que el sobrero de copa abandonara su lugar en la cabeza del ladrón, mostrando así una cabellera castaña familias, Hakuba sonrió, su mano derecha subió por el rostro contario hasta llegar al monóculo que cubría el rostro del mago, de un solo movimiento lo lanzo lejos dejando al descubierto la verdadera identidad del atracador.
—¡Lo sabía! — exclamo triunfante el rubio mientras observaba a su compañero.
—¡Espera Hakuba! Yo… puedo explicar… — intento defenderse, sin embargo, Kaito jamás espero ser silenciado del modo en el que lo estaba haciendo su compañero de clases.
Hakuba aprovecho el desconcierto del otro para juntar sus labios con los del mago, logrando obtener acceso a la cavidad bucal contraria, Kaito gimió un poco al sentir como la lengua del rubio daba paseo por su boca.,
Siendo consiente de que no podía escapar dejo que sus instintos tomaran posesión de el y continuo explorando el cuerpo de su compañero, empezando por deshacerse de aquella molesta capa que no dejaba de ondear ante el viento, quito los seguros y dejo que el viento la arrastrara un poco, desabotono el saco blanco y la camisa azul, incluso aflojo la bella corbata de color tojo que utilizaba el ladrón, logrando dejar semidesnudo el pecho del mago, fue en ese momento, donde su cerebro y pulmones exigieron un poco de oxígeno, se separó unos centímetros y miro de pies a cabeza el cuerpo que tenía en frente.
Kaito por su parte, intentaba regular su respiración y encontrar algún tipo de sentido a lo que estaba ocurriendo, alzo la cabeza para reclamarle al rubio, pero nuevamente sus labios fueron devorados, por los del detective.
Hakuba continuaba el beso mientras manoseaba con frenesí cada parte de piel desnuda que encontraba, no soportando más la poca extensión, comenzó a bajar a la entrepierna del otro.
Kaito al sentir su zona intima ser invadida entro en razón, recordando que aun tenia sus piernas libres, lanzo una fuerte patada al costado de su opresor logrando que este se alejara un poco de él.
—¿Qué demonios crees que hacías Hakuba? — cuestiono colérico el joven castaño
Hakuba lo miro, el dolor aun invadía su cuerpo, además se sentía demasiado frustrado. — ¡Perdóname! — exclamo en voz baja mientras del bolsillo del pantalón sacaba una llave — Yo.. perdí la razón, ¡Lo siento! — dijo al abrir las esposas, dejando en libertad a su enemigo. — no le diré a nadie — dijo al momento de levantarse y alejarse del lugar.
Kaito cayó de rodillas al suelo mientras miraba la espalda del detective abandonarlo. —¿Qué rayos acaba de pasar? — se pregunto logrando que los colores se le subieran al rostro al recordar los hechos — Mierda… estuve a punto de ser…. — palideció al percatarse. —¡VOY A MATARLO! — se dijo mientras comenzaba a acomodarse la ropa y recoger sus pertenencias, busco la joya en el bolsillo de su saco y verifico que no se tratase de Pandora, suspiro derrotado, dejo la joya junto a una nota de disculpa y se lanzó del edificio, después de todo, los gritos del oficial Nakamori se escuchaban ya bastante cerca.
—¡Por favor, que todo haya sido un mal sueño! — pidió mientras estaba en el aire yendo a un lugar seguro.
