~ ARTE NATURAL ~
Disclaimer: Aunque los personajes originales son de Masashi Kishimoto... yo los tome prestados para contar una historia de amor diferente... jeje!
Notas:
Narración: letras normales
Pensamientos: en cursiva
Diálogos: indicados con —
Notas o explicaciones: escrito entre ( )
Advertencias:
Muy bien, la historia se va a desarrollar en AU ósea un universo alternativo, así que no habrá nada de jutsus, técnicas ninja, ni nada de eso (aunque nos guste).
Hay OoC de los personajes (quiere decir que en ocasiones no actuarán como ya estamos acostumbrados, es decir de una forma diferente a la original) aunque si haré el máximo intento de que sea lo más parecido a sus personalidades. Trataré.
Y algo muy importante es que en este fic hay Gender bender ósea el cambio de sexo de algún personaje, para el desarrollo de la trama Sasori será una chica,
Aunque espero seguir viva para subir el siguiente capitulo... tal vez Sasori no Danna me asesine primero... /(°A°)\
Y la pareja del fic es... SasoZetsu!
Este fic participa en el MOVIMIENTO SASOZETSU: "Por un mundo mas artístico y verde" que ha sido creado por mi gran amiga Deidara-Inuzuka a quien quiero mucho. Tu también puedes apoyar este movimiento escribiendo una historia de esta pareja! Hazlo!
Ahora sí. A disfrutar!
ARTE NATURAL
Capitulo 1
Naturaleza muerta
"Cada una de nuestras relaciones con el hombre y con la naturaleza debe ser una expresión definida de nuestra vida real, individual, correspondiente al objeto de nuestra voluntad."
Erich Fromm
Como narrador es difícil contar algunas historias, para que todo lo que voy a relatar tenga más sentido primero déjenme explicar un punto importante.
El arte y lo que la inspira.
Y aunque esto se pudiera entender como cualquier acto o cosa para dar a conocer la forma particular que alguien tiene de ver la vida y bla bla bla... es mas que una definición de diccionario.
Esta claro que la definición del arte depende en gran medida de cada persona, de la crianza, la edad o hasta la sociedad en que se vive, para que se vea de una forma u otra.
El arte se divide en muchos grupos, géneros y subgéneros. Movimientos artísticos que van y vienen. Incluso de acuerdo a los componentes con los que se realice y a las maneras de expresarse es como reciben nombres diversos, hasta específicos. En eso estamos de acuerdo.
Pero lo maravilloso de todo esto es que tiene muchas formas de mostrar algo, casi podría asegurar que son infinitas, y cada una tiene una cosa que enseñar; se puede lograr plasmar una emoción, capturar un momento de forma indefinida ó, por el contrario, crear algo que dure poco pero que llene el corazón de felicidad aunque sea sólo un instante...
La belleza se puede representar de maneras diferentes, todas ellas muy armoniosas y llenas de gracia. Pero claro que hay cosas que no se pueden plasmar tan fácil como si fuera un concepto simple y sin mas sentido; como las emociones y sentimientos.
Esa es la verdad del arte, de esa motivación artística que aquellas personas dotadas de ese talento utilizan para hacer sentir una emoción a todo aquel que observe su obra.
Aunque, claro que para obtener esas gotas de inspiración es necesario en ocasiones buscarlas; en otras ocasiones llegan repentinamente como un destello de luz en medio de una densa oscuridad... algunos artistas necesitan buscarlas a menudo, otros no.
Esta historia muestra que la inspiración es caprichosa...
En un día tranquilo y soleado, con una que otra nube adornando el brillante cielo azul, una hermosa chica iba caminando por un parque en primavera.
El lugar estaba lleno de familias y parejas de enamorados, de niños jugando y riendo; se podía respirar la felicidad, de hecho cualquier persona mostraría una sonrisa y un semblante alegre ante tal espectáculo.
Pero había un rostro que contrastaba por su expresión indiferente, pero a pesar de ese detalle realmente era difícil que aquella joven pasará desapercibida en la animada escena.
Piel blanca como la porcelana, ojos color miel, cabellos rebeldes de un brillante color rojo... su belleza se acentuaba sobretodo en los delicados rasgos de su cara, nariz fina, labios jugosos y esa mirada como la de una hermosa muñeca que a pesar de ser muy bella y aparentemente inocente carecía de brillo, de emoción, de alegría.
—No me gusta la naturaleza, es molesta y termina con facilidad... — y suspiró con resignación ante tal verdad.
—La verdadera belleza es lo que dura eternamente y llena el alma por siempre, eso es el verdadero arte. — meditaba la chica de cabellos rojos como el fuego.
Miraba a la gente feliz, sonriendo y disfrutando un momento tan patéticamente fugaz como la vida de una triste mariposa. Ella deseaba hacer que fuera eterno el sentimiento que emanaba de esa escena cotidiana, que muy a su pesar era efímera como la vida humana misma.
Estaba en total desacuerdo con la definición y el concepto de lo efímero y falaz. Prácticamente le repugnaba la simple idea de vivir en un mundo así, lleno de simples seres que se conformaban con su corta y patética existencia y que no pretendían hacer nada por dejar una huella permanente en el mundo, algo que trascendiera de su esencia o pensar.
Realmente deseaba borrar a cualquiera que no pensara igual, bueno, eso habría pensado en el pasado cuando lo único verdaderamente importante era su propia definición de arte; ahora se enfrentaba a la absurda realidad de que había una gran cantidad de personas, si no es que todo el mundo, que creían lo opuesto a ella.
Ella era una eminencia en el arte a nivel mundial, su nombre era reconocido por los conocedores de arte, Akasuna no Sasori, sencillamente oírlo era garantía de excelencia, sus creaciones eran autenticas maravillas, obras maestras, que destacaban por su perfecta armonía y elegancia total.
A pesar de ser muy conocida en ese ámbito, su rostro era una incógnita, es decir la persona detrás de su arte era prácticamente desconocida por la gente que tanto admiraba sus piezas; y en realidad era algo que le agradaba porque así podría pasar por una persona normal en cualquier lugar y no llamar demasiado la atención.
Sin embargo, lo que ella no sabía era que ese anonimato no le estaba siendo de mucha ayuda en ese precisó instante, estaba siendo observada con gran interés por alguien en especial y que al igual que ella, resaltaba entre la multitud.
Hagamos un paréntesis antes de continuar.
Hay una creencia que es incluso una especie de leyenda o idea popular, y dice que a las personas los une un hilo rojo, el hilo del destino, y que cuando se esta destinado a estar con alguien para siempre, sus vidas se unirán en algún momento sin importar que.
Para la pelirroja, para Sasori la idea de un hilo místico que puede unir a las personas era una tontería tamaño familiar. Siendo honesta, nunca había creído en aquello, de hecho pensaba que si las personas nacen solas, y que seguirán solas toda la vida hasta el fin.
— Esas son tonterías que sólo pueden creer las personas crédulas y estúpidas. — fue lo que contestó cuando una compañera de la escuela le había preguntado si creía en eso.
La respuesta fue similar cuando le preguntaron sobre ideas populares y tradicionales, ella jamás creería en nada semejante.
Continuando con la escena en el parque…
— Ojalá se dieran cuenta de lo insignificante que es la vida... — dijo la joven de forma casi inaudible.
Y justamente cuando iba terminando de decir aquello alguien, que más bien tendría que ser un idiota o realmente un ciego para no haberla visto, había chocado con ella y la había tirado al suelo.
—¿Qué no puedes fijarte por donde vas? — le dijo con un tono de voz ligeramente más alto de lo normal, con mirada molesta y arrugando un poco el ceño.
—Yo... lo... lo siento tanto! Esto... estooo... perdón! — dijo aquella persona de forma histérica mientras le ayudaba a levantarse.—No te vi, lo lamento mucho, verás, estaba muy distraído, perdón... ¿Oye estas bien? — le pregunto de manera nerviosa y con sincera vergüenza por lo que había causado.
El joven en cuestión parecía de su edad, alto de piel blanca, ojos de un color mas bien dorado, el cabello alborotado en un tono algo verdoso. Su rostro denotaba sinceridad y amabilidad pura, algo muy raro en el mundo actual; pero a pesar de ello sus ojos dejaban ver una tristeza enorme.
—Oye deberías fijarte por donde caminas, un día vas lastimar a alguien... — Sasori pensaba darle todo un discurso sobre educación y buenas costumbres, pero al ver como sus ojos dorados comenzaban a llenarse de lágrimas decidió guardar silencio.
Ella no era una persona muy comprensiva o empática, no sabía como consolar a nadie y mucho menos que hacer en esas situaciones. Trataba de recordar que se debería decir en tal caso, nada veía a su mente.
—Tranquilo, no tiene importancia. — estaba diciéndole con voz tranquila mientras ponía una mano en el hombro del chico, el porque lo había hecho, ni ella lo entendía.
—De verdad lo siento, no fue mi intención... como disculpa ¿Me dejarías invitarte otro café? — le propuso el muchacho una vez recompuesto, mostrando una leve sonrisa.
Ella ni siquiera había reparado en que su rico vaso de café yacía en el suelo, afortunadamente ni una gota cayo sobre ella.
—Esta bien. — Acepto la pelirroja, internamente no deseaba hacerlo, pero creyó que aceptar la invitación sería lo mas educado de su parte.
—Genial! Conozco un lugar donde preparan el mejor café del mundo, es por aquí, vamos! — el chico le indicaba el camino a seguir, pero se dio cuenta de algo importante que no había hecho aún. — Oh! por cierto, me llamo Zetsu, un gusto. — se giro a verla de frente e hizo una leve reverencia.
—Igualmente. Soy Sasori —la había tomando por sorpresa aquel gesto pero su rostro no lo demostraba.
—Vamos, es aquí cerca, hacen un café realmente delicioso, te encantará. — y comenzando a avanzar otra vez, Zetsu le mostraba el camino.
Algo que Sasori notó fue que se sentía a gusto en compañía de aquel muchacho desconocido, esa comodidad tan natural era muy difícil de alcanzar incluso con personas a las que conocía desde hacia tiempo, era como si se conocieran desde siempre, tal vez era porque le hablaba de manera familiar, o tal vez sería por esa inusual sencillez con la que la trataba, no lo sabía a ciencia cierta.
Pero era real. Se sentía cómoda y sin presiones.
Así que Sasori simplemente se dejo guiar, conocía la ciudad desde hacía años, aunque últimamente habían cambiado algunos lugares, y no sabía si sería exactamente igual a lo que recordaba.
El trayecto fue bastante corto pues caminaron solo a una calle del parque donde Sasori había estado paseando esa mañana.
Casi enseguida encontraron la cafetería de la que hablaba el chico de apariencia gentil. Esté café se hallaba entre dos edificios, por un lado estaba ubicada una gran florería llena de color y vida, por el otro lado había un edificio de departamentos, de fachada elegante y sencilla al mismo tiempo.
El local constaba de tres pisos, tenía un toque sencillo y familiar pero con un toque de originalidad. Estaba conformado por tres plantas, cada uno diferente y especial.
En el primer piso había mesas pequeñas para dos personas, tenía la apariencia de una terraza gracias a algunas plantas que decoraban el lugar, un color verde claro decoraba las paredes donde había grandes y preciosos cuadros de todos los paisajes que uno pudiera imaginar, in duda hacían sentir verdadera tranquilidad y armonía en medio de el ajetreo diario.
A diferencia de la primera área, en la segunda planta se notaba un toque más vivaz y llamativo, pintado en tonos mas brillantes de verde, naranja y azul turquesa, combinados de una forma muy vibrante pero agradable, lo que hacía palpable la alegría que reinaba el lugar, y al igual que en el primer piso tenía como decoración algunos cuadros muy dinámicos y plantas en algunos sitios, había también una terraza que dejaba fluir el aire por las mesas, y un espacio donde se podía cantar karaoke.
Pero a completamente distinto de los primeros dos pisos que tenían mesas en las terrazas, el tercer piso mantenía la terraza completamente vacía para dejar que los clientes bailaran en la noche a la luz de la luna.
Y no solamente cambiaba eso en la tercera planta del lugar, todo, inclusive el ambiente que te hacia sentir también era distinto, como para una cena agradablemente relajante después de un largo día. Como decoración las paredes estaban pintadas en un tono azul cielo en la parte de arriba y en la de abajo un delicado tapiz en tonos verdes, beige y azul.
Todo transmitía calma.
Los dos entraron al lugar, y gracias a Zetsu fueron al tercer piso porque era muy tranquilo por las mañanas, normalmente la gente llenaba el primer piso en las horas de la mañana tomando desayunos rápidos o sólo haciendo una pequeña parada para ir al trabajo, por las tardes la segunda planta veía como jóvenes de instituto iban y venían a tomar un refrigerio o un postre con sus amigos.
En contraste la tercera planta era especialmente apacible en ese horario, además de ser café también era una especié de restaurante, y por las noches iban parejas a cenar y escuchar música romántica e incluso bailar. Un ambiente ideal para el romance por su tranquilidad.
Zetsu la había llevado ahí no porque quisiera conquistarla, o alguna cosa semejante, él para evitar que pensara en esto le explicó la razón con detalle y es que en las mañanas era el sitio mas tranquilo, viendo y sabiendo esto, ella accedió.
Se sentaron en una mesa para dos personas y esperando a que llegase alguien que los atendiera, Zetsu rompiendo el silencio le habló.
—Y... ¿Qué te parece? ¿Sí te agrada el lugar? — preguntó Zetsu un poco nervioso y tímido.
—Es tranquilo, y agradable. — le respondió Sasori con un toque de amabilidad al verlo así.
—Sabes, me gusta venir aquí porque es un sitio muy acogedor y realmente te sientes como en casa. — empezó a comentar un poco más alegre el chico.
Zetsu con gusto hubiera seguido hablándole a la muchacha pelirroja, pero enseguida llegó una camarera para atenderlos; amablemente les dio dos menús y los dejó por un momento para que decidieran que ordenar. Ambos lo revisaron y al cabo de unos minutos la servicial mesera volvió para tomar su orden, con voz amable preguntó que pedirían, el pidió un café latte y ella para no ser grosera mejor pidió un expreso con leche.
La joven camarera se fue apresurada y cuando se quedaron otra vez solos Sasori vio que el chico de ojos dorados parecía pensar en algo, se veía un poco desconcertado, como perdido en su mundo.
—Yo... veras... otra ves quiero disculparme por haberte tirado en el parque, no sabes cuanto lo siento. — Zetsu se volvió a excusar.
Cuando apenas iba terminando de decirle aquello de nueva cuenta, la mesera ya había vuelto con una bandeja donde estaban ambas tazas de café . Inmediatamente se los puso en la mesa y se retiró.
Rápidamente Sasori retomó el tema y mirando fijamente al muchacho frente a ella le dijo: —Ya te dije que estaba bien, mejor tomemos el café tranquilamente sin tocar el tema de nuevo. — dijo calmada la chica de cabellos como el fuego.
Y comenzaron a tomar lo que habían pedido, vaya que era rico, probablemente era el café mas delicioso que hubiera probado jamás. Sasori trató de disimular lo bien que le hacia sentir la tranquilidad de ese sitio.
Paso un rato y ninguno de los dos decía nada, ambos disfrutaban del sabor del café y la tranquilidad que el sitio transmitía. Cuando terminaron sus tazas Sasori miró hacia afuera, el cielo azul adornado con una nube por aquí y otra por allá, le recordaba los días felices que había tenido con su familia.
Después de unos minutos la mesera regresaba con una libreta, preguntó si no se les ofrecía alguna otra cosa, y ambos respondieron de manera negativa. Zetsu amablemente le pidió la cuenta para poder retirarse.
Una vez pago los dos salieron de la cafetería, y comenzaron a caminar hacia el parque, ambos iban muy callados como tratando de encontrar las palabras adecuadas para finalmente despedirse y no volverse a ver jamás.
En el caso de Sasori, la bella pelirroja, no se le daba muy bien entablar conversaciones animadas con las personas, y es que ella prefería estar en su taller creando una nueva pieza, o en su estudio dibujando bocetos y haciendo pinturas, así que no le resultaba nada fácil hablar con casi nadie.
Prefería el silencio, el acogedor y tranquilo silencio.
Sin embargo no solo ella pensaba que hacer o que decir. Zetsu que generalmente era un chico muy animado y platicador, no le ayudaba mucho tener la mente en blanco, era como si los temas de conversación existentes y por existir se negaran a salir con la fluidez natural que lo caracterizaba, y parecía que eso le pasaba en especial frente a esa linda chica.
Para él el silencio le era como una tortura lenta, le resultaba muy incómodo.
Finalmente todos los martirios mentales se acabaron cuando los dos llegaron al parque donde Zetsu se había topado con la pelirroja por primera vez, así que tomando todo el valor que tenía se decidió decirle algo a la chica.
—Sabes... fue algo lindo conocerte... irreal... pero lindo. —dijo Zetsu mirándola a la cara, mientras se ponía ligeramente sonrojado.
Sasori al escucharlo puso una cara de sorpresa que duro un segundo, y fue lo suficientemente visible porque sus ojos normalmente sin emoción se abrieron de forma que parecían brillar, pero dándose cuenta de su propio gesto rápidamente volvió a su expresión normal y en blanco de siempre, se giro ligeramente para ver al chico.
En realidad durante ésas milésimas de segundo ella estaba pensando exactamente como debería reaccionar ante esas palabras tan inusuales, pero por la situación era difícil dar solo una respuesta cortes y ya.
Tener un desconocido frente a ella, que le dijera algo como eso, así tan de repente, realmente resultaba casi imposible saber como actuar.
¿Qué debería hacer? ¿Qué debería responder?...
Hola de nuevo!
Díganme ¿Qué les pareció este primer capitulo? Merezco unos tomatazos por lo malo que fue? o al menos un aplauso?
Realmente deseo que les haya gustado leerlo tanto como a mí escribirlo.
Espero que no tengan inconveniente (y que no quieran arrancarme la cabeza ^^") por lo del cambio de genero ó Gender Bender, de mi querido Sasori no Danna; aunque admitámoslo, es igual de sensual que si fuera chico. O no?
La verdad es que no se manejar las situaciones románticas con las parejas Yaoi, como que no las se describir, por eso decidí cambiar a uno de los dos personajes de sexo en este caso a Sasori porque ya había tenido la oportunidad de leer varios fics donde Zetsu es chica y me han gustado muchísimo, pero pensé que era bueno cambiar la dinámica un poco y así surgió este experimento loco, claro que he puesto empeño para poder hacer un fic decente y que les agrade.
Les doy las gracias por darle su valioso tiempo a leerlo y si me dejan sus bellos y valiosos reviews mil gracias. Y si quieren preguntar algo, o dar su opinión soy todo ojos (obviamente no puede decirse "Todo oídos" ).
~~Este capítulo esta dedicado a Dei-chan, te quiero amiga.~~
Pero... ¿Qué pasará ahora? ¿Acaso así quedará todo? ¿Estos dos corazones se llegaran a encontrar nuevamente? ¿Será el fin de algo que jamás empezó?
¡Descúbrelo en el siguiente capitulo! (^.0)/
Io-chan ^.^
