Una bienvenida a todos los lectores de SE. Aquí se os presenta un nuevo proyecto de la mano de varias/os autoras/es que han querido unirse para crear entre todos un fanfic de esta gran serie (para más información visiten el profile). ¿Os pica la curiosidad? Solo tenéis que seguir leyendo, y disfrutar de la lectura.
Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Ohkubo Atsushi ©
Bloody memories
Prólogo
Escrito por Vampire Girl Yumi, adaptado por Conspectus, Hina Yoso y Wileret
Limpié por enésima vez las lágrimas que caían por mis mejillas sin cesar, una tras otra irremediablemente.
Me encontraba en la enfermería del Shibusen, siempre tan iluminada y con ese ambiente tan tranquilo y agradable que se respiraba. Pero ahora, esa sensación tan buena era suplantada por una de desasosiego y dolor. Un dolor tan intenso como el que sentía en mi pecho a pesar de no estar lastimada físicamente. Pero no es necesario estar herida para sufrir dolor.
No. Sólo necesitaba darme la vuelta y ver el cuerpo de Soul tumbado sobre la camilla, con sus ojos cerrados y su pecho elevándose débilmente con cada respiración.
Cerré los puños en un acto de odio. Odio hacia mí misma, hacia mi persona. Porque… ¡todo había sido mi maldito culpa! ¡¿Cómo podía haber sido tan tonta?! Todavía no podía creer que hubiera arriesgado la vida de la persona que más quería…
Me giré para ver su cara. Parecía estar durmiendo tranquilamente, como un día cualquiera, en vez de estar debatiéndose entre la vida y la muerte. El profesor Stein me había dicho que Soul había perdido demasiada sangre, y las transfusiones que había intentado realizar habían sido rechazadas por su cuerpo. Si sobrevivía, sería un verdadero milagro.
Las lágrimas volvieron a caer por mi rostro mientras que el dolor punzante, cerca de mi corazón, crecía todavía más. Era tan fuerte, que apenas era capaz de mantenerme en pie. Y estaba segura de que en cualquier momento me derrumbaría, a pesar de que sabía que tenía que ser fuerte, que tenía que tener esperanzas. ¿Pero cómo tenerlas viendo a Soul tan pálido, tan inerte?
Si aquello terminaba peor de lo que ya estaba no se qué haría… no me veía capaz de seguir adelante si él a mi lado. Era como una parte de mí de la que me era casi imposible de separarme. Y pensar en un mañana sin su compañía era demasiado doloroso.
De repente, algo llamó mi atención. Observando su rostro, noté un ligero movimiento entre sus cejas, y pronto pude ver cómo su ceño se fruncía. De inmediato paré de llorar y centré toda mi atención en Soul, mientras mi corazón latía preso de la súbita alegría.
Parecía que al fin y al cabo la situación no iba a acabar tan mal.
- Soul… -le llamé, en un intento de ayudarle a despertar, rozando su mejilla más fría y pálida de lo habitual.
Empezó a abrir los ojos los ojos poco a poco ante mi contacto. Nunca me había alegrado tanto de ver esos increíbles ojos color rubí. Aunque, quizás era mi imaginación, no eran tan brillantes como recordaba. Parecían como opacos, y de un tono más oscuro, casi de un color borgoña oscuro, dándoles un aspecto extraño, inhumano.
Cuando despertó del todo, Soul se quedó mirando unos minutos el techo de la enfermería, como si estuviera reorganizando sus pensamientos. Después, desvió la mirada hacia mí con la incertidumbre plasmada en su rostro.
- Me alegro que despertaras –le dije, sin poder evitar sonreír. Verle despierto era más de lo que me había esperado hace solo quince minutos -. ¿Estás bien?
Él no respondió. Simplemente se limitó a mirarme a la cara, confuso, como si estuviera perdido.
- ¿Soul?
- ¿Q-quién eres tú? –preguntó él.
De repente, me sentí como si alguien me hubiera echado un cubo de agua fría encima.
- ¿Q-qué…? Soul, soy yo, ¡Maka! –le respondí, intentando conservar la calma.
- ¿Soul? ¿Q-quién es Soul? –preguntó, frunciendo la frente.
- ¡N-no te hagas el chistoso, ese eres tú, tonto! – murmuré con a voz quebrada a causa del nudo que se había formado en mi garganta.
¿Qué estaba sucediendo? ¿Esta era otra de sus tontas bromas? Y si no era así… ¿qué estaba pasando? ¿Por qué de repente parecía que no recordaba mi nombre, ni mi rostro, ni siquiera a si mismo?
No… me negaba a creer eso. Soul no podía olvidarme, él no podía perder la memoria… ¡Simplemente estaba jugando! Sí… era eso… ¿verdad?
- Debes de seguir dormido… voy… voy a abrir la ventana. – susurré alejándome de la camilla y acercándome a la pared.
Cuando abrí la ventana una ráfaga de aire me golpeó suavemente el cuerpo, haciendo que sintiera frío en las mejillas por culpa de las lágrimas. Oí como Soul comenzaba a toser un poco, así que opté por dejarla semi-abierta.
- ¿Pasa algo? – le pregunté preocupada, mientras ajustaba el cierre de la ventana. Lo único que faltaba es que se pusiera peor por mi culpa.
- Sien-siento una quemazón en la garganta… Tengo sed…
- Iré por un vaso de agua.
Apenas iba a cruzar la habitación cuando de repente sentí una fuerte presión en la muñeca. Sorprendida, me giré y vi que era Soul quien me sujetaba de ella con una de sus manos. Le miré confusa, ¿qué le pasaba?
- ¿S-Soul…?
- Hueles… deliciosa… -dijo, acercando mi muñeca a su nariz.
No sé por qué, pero al escuchar esas palabras salir de su boca un intenso escalofrío recorrió mi espalda, haciendo que mi cuerpo se tensara. La presión en mi muñeca se me hizo más molesta, y su tacto me hacía sentir extremadamente incómoda. Quería soltar mi mano, pero me era imposible. Soul me la cogía con demasiada fuerza, como si no tuviera interés alguno en soltarme.
Le miré a la cara intentando comprender qué estaba pasando, y cuando vi con horror como unos dientes más afilados de lo normal empezaban a crecer sobresaliendo de la boca de Soul, supe que algo iba terriblemente mal.
Antes de que tuviera tiempo para reaccionar, él me lanzó a la camilla en un movimiento que apenas percibí, y se puso encima de mí, si dejar de mirar fijamente mi garganta.
- Tengo sed… -repitió, con una voz áspera, pero con un deje de arrepentimiento en su voz. Como si fuera un niño pequeño que estuviese haciendo algo malo a pesar de saber que estaba obrando mal.
- ¿Q-qué haces Soul? –pregunté asustada, al ver como acercaba su boca a mi cuello.
- Ya te dije que no sé quién es Soul –espetó secamente.
Luego, abrió la boca, permitiendo que sus colmillos sobresalieran de entre sus labios. Noté como uno de ellos me rozaba ligeramente el cuello y como mi pulso se disparaba ante ello, empezando a sentir que no podía respirar bien. Como si mis pulmones no fueran capaces de albergar más aire de repente, provocando que la cabeza me diera vueltas y me fuera difícil enfocar lo que tenía delante de mí.
¡¿Qué demonios estaba pasando?!
