"Cuando conocemos a alguien y nos enamoramos, tenemos la impresión de que todo el universo está de acuerdo; hoy sucedió en la puesta de sol, ¡sin embargo! Aunque algo salga mal, no sobra nada, ni las garzas, ni la música a lo lejos, ni el sabor de sus labios ¿Cómo puede desaparecer tan deprisa la belleza que allí había hace unos pocos minutos?

La vida es muy rápida; hace que la gente pase del cielo al infierno en cuestión de segundos…

Y exactamente sucedió así… le rompieron el corazón una, dos, tres veces… a pesar de que prometió no volver a enamorarse, una tarde mientras miraba a los niños jugar en el parque, pensó que todavía podía imaginar: casa, marido, hijos, pero que jamás volvería a enamorarse de nuevo, porque la pasión lo estropeaba todo…

Mi objetivo es comprender el amor, y aunque sufra por culpa de las personas a las que entregué mi corazón, veo que aquellas que tocaron mi alma, no consiguieron despertar mi cuerpo, y aquellos que tocaron mi cuerpo, no consiguieron llegar a mi alma…."

— ¡Naruto!— gritó la voz del jefe en turno.

— ¡Ah! ¡Ya voy!— el hombre que sentado en su escritorio leía unas hojas se levantó con premura mientras por su mente comenzaba a digerir la lectura ¿La pasión lo estropeaba todo? Definitivamente entre más leía los libros de esa autora más le gustaba. Naruto trabaja en una editorial, y se dedica constantemente a revisar escrito por escrito, recopilar, editar, siempre codo a codo con los autores de las obras más prestigiosas de Japón y otros tantos que iban en ascenso. Lástima que de entre tantos libros que pasaban por sus manos, solo había una autora que lograba entusiasmarlo con sus historias, sin embargo se trataba de una autora anónima… y solo una persona la conocía, aquella compañera que se paseaba justamente frente a sus ojos.

—Naruto, mejor ponte a trabajar— dijo la mujer—

— Sakura-chan… necesito saber quién es ella…— La voz del hombre sonaba suplicante, la dama hizo una mueca de fastidio.

—ya te he dicho que no lograrás hacerme hablar— le gritó ella continuando su camino.

—ah… ¿verdad que es genial esa mujer? – dijo el jefe del piso, de cabello largo y blanco apoyando su mano en el escritorio del joven editior y recargando su cuerpo sobre el mueble mientras su vista se perdía a la lejanía.

—Ero- sennin, a ti solo te gustan porque tiene temas muy eróticos ¿Acaso no te interesa la parte humana de sus libros?— preguntó Naruto recargándose en el escritorio de la misma manera que la persona a la que consideraba su maestro.

—¿Y cómo para qué?— dijo cínicamente Jiraya alejándose.

—De veras…— exclamó el rubio resignado a no volver a abordar esos temas con su sensei.

— ¿Ya sacaste las copias a esas hojas que tienes en las manos?— le dijo un hombre de cabellera negra que sentado en su propio cubículo pasaba un bonche de hojas a la computadora con una cara de pocos amigos y estrés inmediato.

— ¡Estaba leyéndolas! — dijo secamente Naruto.

—mmm parece perfecto eh, continua perdiendo de esa forma el tiempo — dijo sarcásticamente— está bien que ames sus libros, pero no te vas a casar con ellos ¿o si?

— ¡Ya te dije que solo me gustan sus libros!, ni siquiera la conozco— gritó más con resignación que con molestia mientras salía con las hojas corriendo, bajó las escaleras lo más rápido que pudo y no se dio cuenta que una mujer venia subiéndolas, por lo cual los dos se vinieron abajo, él cayó sobre ella de una forma medio estrepitosa, cuando abrió los ojos la miró sonrojado: ojos plateados, cabello azul intenso y largo, piel blanca y suave que hacían notar más su sonrojo, la ayudó a levantarse, ella se sacudió el pantalón y la blusa..

—Discúlpeme de verdad soy muy torpe.

—No se preocupe, estoy bien. — comentó la peliazul mientras terminaba de arreglarse la ropa —

—Tal vez le suene rara la pregunta pero ¿nos conocemos?

Hubo una pequeña pausa que el hombre no logró percibir pero que para la chica fue eterna.

—No creo…— respondió a secas tratando de no ahondar más en el tema.

—Entonces discúlpeme nuevamente— dijo el rubio alejándose, sentía que la conocía pero no lograba recordar de donde… volteó un poco y vio como ella subía las escaleras ¿Qué haría una mujer tan bella en una editorial?

[…]

Esa mañana tenía una entrevista, por lo que desde temprano me alisté, salí de la casa sin coche y sin chofer, era peligroso pues mi padre podría descubrirme, caminé bastante y al llegar a la editorial KONOHA respiré aliviada, comencé a subir las escaleras, cerré los ojos para apreciar el aroma de la pintura fresca, cuando oí unas pisadas aceleradas cerca de mí, cuando reaccioné y abrí los ojos… era muy tarde, un hombre venía corriendo y al verme no pudo detenerse cayendo encima mío y solo sentí el golpe doloroso contra el suelo, ni tiempo me dió de desmayarme o gritar. Cuando lo observé era un hombre que siempre había llamado mi atención en ese lugar, ojos azules, cabello rubio, sonrisa franca, él se levantó y se disculpó… casi nada de la plática fue relevante… pero hubo algo que no pude evitar que me produjera una ligera molestia.

—¿Nos conocemos?— su pregunta me causo irritación, pero era mejor no quedar en ridículo y decir "no", él se alejó y comencé a subir las escaleras ¿Cómo era posible que no recordara quién era?

¡Sal! No creo que tus libros valgan la pena.— gritó la mujer de cabello rubio largo que me corría de aquí, le hice caso y hui lo más rápido que pude conteniendo las lágrimas, que decepción, tanto esfuerzo para nada, al bajar las escaleras tropecé y todas las hojas que conformaban mi "libro" salieron disparadas por el suelo, no soporté más y comencé a llorar, una mano comenzó a levantar mis hojas, alcé la mirada, y ahí estaba el ojiazul.

no te preocupes… sé que llegarás a escribir historias fantásticas…— dijo sonriéndome.

No lo creo…— sollocé— No es la primera vez que intento que alguna editorial acepte mis libros… si es que se les puede llamar así — solté con pesadez y la mitada gacha.

¡No te preocupes! Parece que tú tienes esa "chispa"…— sonrió al darme las hojas y tomó mi rostro con una naturalidad insospechada, alzando mi mirada.

Gracias— musité vagamente al ver su abierta y franca sonrisa, alguien lo llamó y este se despidió con la mano mientras salía corriendo.

Su sonrisa, sus ánimos, todo me habían cautivado… ¿Cómo era posible aquello? el siguiente libro que escribí lo hice basándome en personas y acontecimientos "comunes" que nos cambian la vida, una recopilación de 20 cuentos cortos. Todo gracias a ese pequeño encuentro… y por supuesto ese libro tuvo un gran éxito.

Pero bueno, creo que no había motivo para darle mucha importancia, tenía que entregarle algo a la directora por tanto decidí dejar el tema atrás y comenzar a subir las escaleras, con mi trasero adolorido… tal vez era lógico que el rubio no me recordase, pues me senté en las oficinas de los editores y ningún hombre me miró.. Era normal, siempre iba con blusas hasta el cuello, pantalones, y chamarras holgadas que impedían mostrar aunque sea la silueta de mi cuerpo, por lo que este libro trataría específicamente de eso: Los hombres si no ven piel no ven el alma de una mujer ¿Por qué ellos no miran el corazón antes de las piernas de una fémina? Esa era un pregunta muy difícil de plantearse, de pronto llegó mi turno para pasar con la dueña de la editorial, una mujer de una belleza despampanante, además de una muy buena figura, cabello rubio largo, que sentada en su escritorio dejaba ver un escote muy pronunciado.

—Bien Hyuuga Hinata ¿Qué nos traes esta ocasión?— me preguntó meciéndose en su silla—

—Esto Tsunade—sama— exclamé entregándole un fólder, ella sacó las hojas y comenzó a leer, pasaron algunos minutos cuando ella se levantó súbitamente de su asiento golpeando la mesa.

—Esto es genial ¿cuándo comienzas?

—De eso quería hablarle, tardaré unos días, pues tengo que hacer un análisis de la situación actual…— dije ruborizada, ella regresó a su asiento entendiendo la situación —No estoy muy informada del tema y llevaré a cabo una investigación participante, pero espero sea pronto para ponerme a trabajar — dije levantándome del asiento —y por favor Tsunade-sama… no ponga mi nombre ¿sí?— dije antes de salir—

—De eso no te preocupes.

Cuando camine sin que nadie me mirara, una mano se posó en mi hombro.

—Sakura—san… ¿Qué sucede?— pregunté ante la mirada inquisidora pero amable de quien había interceptado mi camino.

— ¡Cuánto tiempo sin vernos! Hoy Naruto volvió a preguntar sobre quien había escrito tus libros — me comentó, mientras bajábamos las escaleras—

—no digas nada Sakura—san… ¡Por favor!— expresé en un tono que seguramente denotó lo asustada que me ponía la situación.

—No te preocupes, pero pobre Naruto, siempre se la pasa embobado con tus historias y no sabe quién eres…—

—Es mejor… si mi familia se entera, seguramente me mata.

—Bueno bueno, volviendo a cosas más interesantes tu llamada del día anterior me dejó muy entusiasmada ¿hoy vamos a ir a "ese" lugar?— me pregunto pícaramente—

—Solo es por mi trabajo… de verdad que sí…— Comenté asustada de "ese" lugar—

—Bueno nos veremos ahí— gritó ella eufórica mientras me dejaba en la puerta y volvía dentro de la editorial.

[…]

Naruto regresó a la oficina con la esperanza de encontrarse con la mujer que sentía recordar. Pero al no verla pensó que sería para la "próxima vez" sin embargo durante la noche, Jiraya y Sasuke lo llevaron a jalones y empujones a un cabaret.

—¡YA DIJE QUE NO QUIERO ENTRAR!— gritó el chico pataleando en la entrada.

—Vamos tienes que conocer mujeres o te quedaras solo— le gritó Sasuke intentando meterlo.

—conocerlas ¿para qué? ¡Basta con tocarlas!— soltó Jiraya lidereando a sus jóvenes pupilos editores, pues él sí sabía perfectamente a lo que se iba a esos lugares, para matar el agonizante demonio del placer, y consumirlo con la mejor muchacha del lugar.

—Así estoy bien, no tengo intención de ver mujeres semidesnudas bailar a lo tonto.

— ¡POR ESO DIGO QUE TE QUEDARAS SOLO! Te falta entender mucho de la seducción femenina, aunque dejando eso de lado aquí trabaja Sakura, vamos a entrar solo un rato.— Sasuke continuaba tirando del joven tratando de convencerlo, al escucharlo Naruto se detuvo. Al menos había alguien conocido ahí dentro, no pensaba hacer absolutamente nada solo miraría y nada más. Por fin entró al burdel por así decirlo era un bonito lugar si buscabas compañía de una noche, pero él no tenía intenciones de eso hasta que sus ojos vieron algo que inmediatamente captaron su atención, una mujer de enorme senos dejaba mostrar sus atributos con una blusa negra, y sus bien formadas caderas, con un pantalón de cuero entallado, por primera vez en mucho tiempo tuvo ganas de soltar un "sexy mujer", pero no podía mirar su rostro pues todas las mujeres de ese lugar llevaban una máscara encima, y su cabello estaba recogido detrás de ella, dejando solo dos mechones visibles…Su corporalidad llamaba al chico, casi inconscientemente tenía la necesidad de acercarse.

[…]

Me encontraba "investigando" para mi libro, era la primera vez que trabajaría ahí solo para entender el ámbito sexual entre un hombre y una mujer. Era por el trabajo y yo me tomaba muy enserio mi papel. Sakura ayudó a que entrara en ese burdel como bailarina, pero apenas me había cambiado a unas ropas exageradamente atrevidas, un rubio entró al lugar… ¡ERA NARUTO! Me miró aun estando detrás de Sakura… ESO PONIA EN PELIGRO LA INVESTIGACION Y ME DIGNIDAD ¿acaso Naruto descubrirá que trabajo en un prostíbulo?