Lo que el eclipse de luna me dejo

CAPITULO I

¿El cabello azabache de una chica ondeaba adornando el atardecer de aquel día de otoño, una sonrisa se dibujo en su rostro en cuando levanto la mirada y logro distinguir a su mejor amiga en brazos de un chico. Suspiró. Le alegraba la felicidad que tenía frente a ella pero se preguntaba cuando viviría algo así.
No era una niña, y ya no creía en los cuentos de hadas. ¿Su edad? 22 años. Durante su pre-adolescencia había tenido una linda relación que duró 2 años con un chico de su colonia, pero entonces su familia había tenido que mudarse y todo terminó, desde ese día del que ya se cumplían 4 años.

Noche oscura, un eclipse de luna se acercaba¿lo mejor?, sería justamente en luna llena.

- ¡¡Fantástico!! – dijo Kagome dentro de un auto – No sabes lo que he esperado para verlo
- Notó que estás muy emocionada – se burló su mejor amiga, Sango, mientras conducía - ¡Hasta parece que verás a un chico!
- ¡¡Sango!! – le recrimino un poco fastidiada de ese tema – Sabes que los chicos no me interesan en este momento
- Querida amiga, tú y yo sabemos que eso es una mentira – aprovechando el semáforo en rojo dirigió su mirada hacia su acompañante – Sé nota en tu forma de actuar cuando estamos cerca de alguna pareja, o… simplemente, cuando yo estoy con Miroku

Kagome suspiró¿por qué diablos Sango tenía que conocerla perfectamente?

- Esta bien, esta bien… lo admito – dirigió su mirar hacia el cielo – Si me gustaría tener una pareja… pero tú sabes lo quisquillosa que soy para eso
- Kagome, no siempre que te enamores te vas a mudar
- Tal vez no… pero no quiero volver a pasar por eso para poder olvidar ese sentir… - suspiró – Y aún ahora creo no haberlo olvidado del todo – sonrió melancólicamente

- Hemos llegado – dijo Sango – Disfruta de tu espectáculo
- Lo haré – dijo alegremente Kagome – Ve con cuidado y gracias por traerme a casa

Kagome observo como su amiga dio vuelta en la siguiente esquina rumbo a su casa. Sacó las llaves de su bolso y abrió la puerta con cuidado, no es que fuera a despertar a nadie realmente ya que vivía sola pero tenía un gato que en ocasiones le saltaba encima cada que llegaba… lo cual en ocasiones le daba un susto de muerte.
Subió las escaleras con calma, tenía que recoger todo el tiradero que dejaba cada mañana que se le hacía tarde para ir a la escuela. Hablando de eso, nuestra linda chica estudiaba la carrera de Diseño Gráfico y siempre tenía su casa llena de maquetas tiradas en el suelo y algunos de sus instrumentos de trabajo… no era muy ordenada, sobre todo desde que se había mudado sola por diferencias entre ella y su madre.
Llego a su habitación y prendió la luz, no se sorprendió de ver lo mismo, últimamente su vida se estaba convirtiendo monótona y eso definitivamente no le agradaba. Dirigió su mirada hacia la ventana y entonces recordó el porque su rapidez por llegar a casa¡el eclipse estaba a punto de empezar!
Tomo su telescopio que se lo había regalado su abuelo a la tierna edad de 10 años cuando ella comenzó a interesarse en la vida fuera de nuestro planeta y lo poso cerca de la ventana, tomo asiento cerca y espero a que comenzara para poder ver el espectáculo.
La luna comenzó a desaparecer lentamente, como queriendo hacer sufrir a Kagome con su lentitud y, a la vez, mostrarle toda su hermosura. Cuando la luna estaba cubierta por completo nuestra chica se encontraba embobada una rápida estrella fugaz hizo su aparición, una gran sonrisa apareció en su rostro… ¡¡dos espectáculos en un mismo día!!
Su sonrisa desapareció cuando recordó las palabras de su pequeño hermano:

- Si ves una estrella fugaz y pides un deseo con tu corazón se hará realidad – susurró

Cerró los ojos y junto sus manos para pedir en silencio su deseo.

- Deseo… que mi vida monótona se termine – repitió unas cuantas veces eso en su mente

Entonces abrió los ojos y se encontró con el mismo escenario. Suspiró enojada consigo misma. ¿Cómo creía que eso fuera a ser realidad?
Observó el final del eclipse con tranquilidad pero entonces, y sin saber porque, comenzó a sollozar, lagrimas caían de sus hermosos ojos y adornaban sus mejillas.

La luz del sol le dio fuertemente en la cara, ya había llegado un nuevo día y ella se encontraba recostada en su cama. Abrió los ojos lentamente, un gran cansancio la invadía.
Se levantó cuidadosamente de su cama y se dirigió al baño, noto con horror sus ojeras y el color rojo de sus ojos.

- Eso te pasa por estar llorando toda la noche Kagome – pensó

Se dio un rápido baño y salió con cuidado del baño, no quería caerse como la mañana anterior… aunque el día de hoy se había levantado más temprano de lo normal y tenía un poco mas de tiempo.
Se cambió rápidamente y luego se volteó para encontrarse con una gran sorpresa… ¡¡tenía a un chico dormido en su cama!!... y entonces hizo lo que toda chica haría: gritar.


¡Hola!
Esta es mi primera historia larga de InuYasha y personalmente me he encontrado en muchas dificultades para mantener a los personajes en sus caracteristicas y personalidad...
Espero que les guste.

Agradezco a Miyasawa ser mi beta.