Aclaraciones:

Los personajes pertenecen a su respectivo creador, lo único que me pertenece aquí es el Fic

Mantiene tanto a los personajes como la trama de RE (bioterrorismo, zombies, etc... por lo que habrá varias escenas de acción y hasta romance, quien sabe...) pero con algunos personajes originales creados por mí (LOL). Al principio hay spoiler del RE6 así que si quieren saltárselo no problem porque la historia se entiende igualmente, es una introducción a la historia (que es lo que nos interesa). Esta historia trata de la amistad de Leon y Claire y como esta amistad podría llegar a ser algo más o no... (e.e) Y nada más que añadir excepto que le den una oportunidad y ¡Que lo disfruten!


CAPÍTULO 1

Aquella piel muerta cayendo a trozos con la boca llena de sangre y tejidos de un organismo que alguna vez estuvo vivo, un organismo vivo que recibía el nombre de "humano". ¿A una persona muerta se le puede seguir conociendo como humano? Y a una persona que ya perdió la capacidad de pensar, de razonar, de sentir dolor al golpearse o incluso al recibir el impacto de una bala y cuyo comportamiento es como el de un animal hambriento, tan hambriento que nada lo satisface ¿también? El rostro de Leon revelaba su indecisión y disgusto mientras apuntaba a aquella… cosa. Luego de quince años seguía preguntándose lo mismo, si a lo que se enfrentaba era o no una persona.

Esperaba el momento justo para aliviarlo de su sufrimiento hasta que por fin la cosa decide girarse para mirarlo con esos ojos de tono gris y cubierto de una fina capa similar a las cataratas, estaba acercándosele con pasos lentos pero decididos. Ya está, era el momento perfecto para dormirlo de un solo tiro pero entonces él no dispara, seguía observando como la cosa estaba cada vez a menos pasos y Leon con el arma apuntando en la cabeza

Vamos, no tiene porqué seguir con esa pena, acaba con él. ¡Ahora!

No importa cuánto se gritara internamente no hacía absolutamente nada para impedir que la cosa continúe avanzando.

No.

No era la cosa, era el presidente, era Adam Benford, el hombre que reclutó a Leon, era su amigo… y ahora estaban frente a frente, pero no para hablar del trabajo, ni del trabajo ni de nada porque Benford ya no podía hablar, se limitaba a gemir de forma inquietante y caminar hacia lo que consideraba la comida hasta que cambió de dirección. El almuerzo ya no era Leon, ahora es Helena

—No se mueva… ¡Sr. Presidente! — rogó mientras Adam miraba deseoso la piel de la tercera persona en la habitación. Aquella mujer… la miró de reojo ¿por qué no se movía? No disparaba, no hacía nada, sus ojos solo querían deshacerse de esa humedad que le iba dificultando la visión y sus temblorosas manos querían soltar el arma que llevaban —No me obligue a esto

La entendía perfectamente porque al igual que para él Adam era una persona muy cercana y tenerlo frente tuyo con unas intenciones que claramente no son las de dar un abrazo los obligaba a recordar los momentos en los que todavía era humano.Tal vez Leon en el fondo quería que fuera ella quien acabara con la lamentable vida de Benford y de esa forma la culpa de haber matado a un amigo no sería suya. Por primera vez Leon no quería acabar con el sufrimiento de una persona, deseaba que fuera cualquier otro, cualquiera.

No dejes que te mate, muévete. Gritaba su mente con el propósito de que ella pudiera escucharlo.

Ya no te acerques más. Leon ya no lo soportaba no era el presidente era algo diferente era una cosa y estaba a punto de alcanzarla, un paso más y ya la tendrá, Benford por fin comería

—¡Adam! — Un disparo resonó por las cuatro paredes un zumbido dominaba los tímpanos de Helena junto con unas gotas de sangre sobre su ropa. El hombre con la piel colgando ya no estaba frente suyo solo veía un estante lleno de libros y la bandera de los Estados Unidos. No corría el aire en la habitación que alguna vez estuvo limpia y ordenada, ahora solo existe el horrible olor a muerte, a sangre, a carne podrida y Benford tirado en el suelo, se acabó. Adam está muerto.

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Al final, pudieron demostrar su inocencia con las pruebas que dejaban en evidencia la culpa de Simmons gracias a la ayuda de… Ada… Es verdad que tiene guardado aquel elemento de maquillaje cuyo nombre no recuerda, aunque más bien parece que nunca lo supo, después de todo ¿para qué preocuparse por cosas de mujeres? Una raza humana que Leon tal vez nunca llegue a entender o puede ser que sea a ella a quien nunca llegue a entender. Siempre mostrando una actitud fría y calculadora frente a cualquier tipo de problema pero aun así se toma la molestia de salvarle el pellejo en cada ocasión, lo más probable es que Leon sea la única persona que conoce ese lado amable y atento de la mujer de rojo y lo más probable es que le guste serlo

Para cuando la vuelva a ver ¿eh?

Pareciera que todo aquello haya ocurrido en un pasado muy lejano, la muerte de Adam, su ya rutinario encuentro con Ada Wong en cada ataque bioterrorista, de nuevo miles de personas muertas… Estar sentado recordando cada detalle de su vida no es algo que le agrade mucho pero para su mala suerte ocurre en contra de su voluntad aunque a pesar de los malos momentos vividos, de miedo e impotencia, rabia y tristeza reconoce que le sirvió para crecer mentalmente y tener más claro lo que quiere hacer durante el resto de vida que le queda, acabar con el ataque bioterrorista. Y no era el único con esa mentalidad; conoció a Chris Redfield, un hombre de respeto y también su hermana Claire que, a diferencia de ambos eligió el camino de salvar en lugar de pelear. Terra Save.

Después del incidente en Raccoon City, una ciudad ya inexistente gracias a la corporación Umbrella, ella y Leon siguieron en contacto para así juntos derrotar a Umbrella. Eso le recordó que una semana atrás le había enviado un informe con lo sucedido recientemente, es decir, otro caos en la ciudad. Se levantó dejando su taza de café sobre la mesa junto a un plato mientras se dirigía a su habitación para encender el portátil, se quedó mirando un rato por la ventana; había un par de pájaros cantando pero él no podía oírlos, sintió un poco de disgusto y fue a abrir la ventana para dejar entrar el sonido. Se le olvidó por completo que estaba esperando una respuesta, necesitaba desconectar un rato para seguir de nuevo con el camino, pero Leon se había tomado el tiempo más de lo necesario.

Parece mentira

Parece mentira que hace tan solo un par de semanas volvió a vivir la pesadilla del 29 de septiembre y ahora está tan tranquilo una mañana bebiéndose un café y escuchando el canto emitido por los animales frente a su casa, claro que parece una mentira.

Claire no tardaba más de veinticuatro horas en responder y aun así no había ni un solo mensaje suyo, verificó la fecha, el último fue dos semanas atrás un poco antes de que el ataque ocurriera. Al principio se preocupó un poco pero luego pensó que ella también tiene una vida, tal vez le haya pasado algo inesperado o está de viaje y no le ha dado tiempo de mirarse la correspondencia al igual que él no la ha hecho desde el último mensaje que le envió, pero aun así ella no es como Leon, era demasiado, incluso si solo se tratara de un viaje o algo inesperado… el segundo pensamiento le ha hecho oír un pequeño "clic" en su mente ¿y si le paso el algo inesperado que le pasó a él?

No… eso sería…

Intentaba convencerse de lo absurdo de la idea, además, si en el hipotético caso que ocurriese ella tiene la experiencia más que suficiente para salir de esa situación siempre ha sido una persona versátil y valiente y en tal caso crearse historias con finales trágicos siendo ella la protagonista en definitiva sería absurdo.

Su mente le está jugando una mala pasada, Leon no se ha recuperado del todo, seguía pensando en la tragedia que, de nuevo, le tocó vivir…. además, a pesar de la experiencia que lleva el efecto sigue siendo el mismo porque él no es inmune al dolor, es una persona como cualquier otra, con miedos y con muchas posibilidades de morir de la noche para la mañana. Y volvían los malos pensamientos, ella también es una persona.

Pensó en comunicarse con Chris para estar seguro, pero ¿realmente era necesario preocupar al hermano? ¿Y solo son paranoias suyas? Absolutamente estaría haciendo el ridículo. Decidió finalmente enviar otro mensaje: Contesta. Y cerró el portátil.

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Salir de la ciudad a paso tortuga sería tarea fácil si tan solo no tuviera un montón de escombro sobre su cuerpo, específicamente sobre la cintura hacia abajo. Eran tan pesados que ella sola no se los podía quitar de encima. Un, dos, tres intentos más y nada, al final se resignó o más bien sus fuerzas lo hicieron obligándola a cerrar los ojos para descansar y luego continuar inútilmente, en un principio ese fue el plan pero en el momento que Claire cerró los parpados ya no los volvió a abrir.

¿Cuánto tiempo llevaba tirada en aquel lugar? ¿Horas, días? Años evidentemente no, porque todavía podía apañárselas para aguantar el hambre así que lo más probable es que hayan pasado unas cuantas horas. Su cuerpo parece haberse acostumbrado al peso o está totalmente destruido y sea esa la razón por la cual ya no lo siente.

Quería asegurarse de que seguía unida al resto de su anatomía e intentó mover el pie izquierdo y para su sorpresa este le respondió con un leve movimiento hacia adelante acompañado de un dolor que le sacó un gemido apenas audible, movió los cinco dedos de la mano derecha como si estuviera tocando un piano y luego sacudió el otro pie. Está viva.

— ¿Qué demonios está haciendo? — una voz masculina parecía gritarle en el oído

— Está despertando, es normal que después de dos días durmiendo le cueste movilizarse — Respondió otra voz también masculina y con notable acento francés, la suya a diferencia era tranquila como la de un pre-adolescente y eso de alguna forma la tranquilizó. No está sola con un tipo que podría matarla con solo hablarle — ¿Puedes abrir los ojos? — Lo oía susurrar un poco más cerca, por lo visto se acercó más a su rostro para que lo escuchara sin la necesidad de levantar la voz. Se sintió un poco tonta. Estaba tan concentrada en tocar el piano imaginario que olvidó por completo lo más esencial en ese momento: mirar en qué situación se encontraba. Los párpados le pesaban demasiado y le costaba bastante separarlos hasta que al fin reveló su iris azul y se encontró con lo que esperaba: el rostro de un chico sonriente. Luego de unos pocos segundos de estar observando al individuo no identificado desvió su vista en la búsqueda del segundo personaje, si es que no habían más, y ahí estaba junto a la cama un hombre con el ceño fruncido mirándola como si la estudiara tratando de adivinar sus pensamientos, para su mala suerte Claire no estaba pensando en grandes cosas.

La fuerza de gravedad era demasiada para su cansado y adolorido cuerpo que la tiró de nuevo al colchón cuando intentaba incorporarse, lo hizo por instinto no porque quisiera impresionar a dos desconocidos demostrando que después de haber estado acostada cuarenta y ocho horas y sin comer podía hacer malabares, pero el hombre del ceño fruncido parecía pensar lo contrario cuando le preguntó si estaba loca o si es efecto secundario del tremendo golpe que se llevó.

Ya me gustaría a mí hacer malabares con pingüinos

Pensó para sí misma aguantándose todo tipo de comentarios que se le venían a la mente.

Ella siempre ha tenido una personalidad peculiar. En el momento en que se le presenta una oportunidad de ser sarcástica o provocar a sus enemigos la aprovecha, pero ahora ni la voz le salía le dolía prácticamente todo. Pensó que fue mejor no haber dicho nada, después de todo a quien pensaba responderle era a una de las personas que la habían salvado. Necesitaba agradecerles

—Te traeré algo de comer, seguro tienes mucha hambre— el pequeño desapareció de su campo de visión en un santiamén y salió por la puerta que estaba frente suyo. Fue entonces que inspeccionó el resto de la habitación, no era grande y solo constaba de una cama, un par de muebles que contenían unos cuantos libros y el cuadro de una bella mujer durmiendo recostada por un árbol, el cuadro estaba colgado encima de un pequeño armario cerrado y con el paño desgastado a un par de metros de distancia del hombre amargado cuya mirada no apartaba.

Creo que en verdad le molesta mi presencia, no, mi existencia en sí

Pensaba romper aquel silencio incómodo con unas palabras de agradecimiento y en el mismo instante se abre la puerta dejando ver una nevera al costado de un perchero de trapos de cocina y un estante de platos y vasos de todo tipo, el pequeño cerraba la puerta tras de sí con una mano mientras con la otra sostenía un planto cuyo contenido podía divisar era sopa.

—Sé que no es lo que tenías en mente, pero necesitas recuperar energías — se sentó a un lado de la cama mientras mantenía el plato a la altura de su pecho y sonreía.

En ese momento se le vino a la memoria su hermano Chris en las épocas en las que ella caía enferma y la cuidaba, la misma frase, la misma calidez que desprendía y el mismo plato de sopa de verduras que tanto odia. Igual que Chris. Inconscientemente le devolvió el gesto y el dolor no fue impedimento para hablar.

— Gracias— dijo al fin y el chico solo enchansó más la sonrisa con un leve sonrojo. Le causó tanta ternura la sinceridad que emanaba que sintió nostalgia, pero no sabía exactamente de qué, tal vez el hecho de que sea un niño inocente, un hermano pequeño que deseaba proteger — Me llamo Claire— afirmó de inmediato.

—Jean— respondió rápidamente dejando de sonreír y con los ojos bien abiertos como si acabara de darse cuenta de lo que ella le había dicho — Te equivocas— espetó— Soy yo quien te debe las gracias

Claire fue apagando lentamente la cuerva de sus labios y dejando ver en su rostro la duda y la confusión. Era ella la que estaba en cama descansando y sin embargo es el héroe ¿Por qué tiene que ser ella quien reciba el agradecimiento?


¿Y que tal? ¿se merece un segundo capítulo? ¿o no? (e.e)

Igualmente muchas gracias por tomarte tu tiempo para leerlo

¡Nos leemos!