¡Saludos!
Les traigo una nueva historia que ya tiene bastante tiempo rondando por mi cabeza, decidí compartirla porque la verdad ya necesitaba espacio extra en mi mente para las cosas de la universidad.
Espero sus comentarios.
Gracias por leer.
Resumen: La vida de Harry Potter da un giro de 180° Comenzando por Snape, que no es un murciélago malvado como creyó, y empeorándose luego gracias a una carta de su difunta madre.
Advertencias: Un poco de AU y personaje OC. La historia comienza durante las vacaciones entre el 4° y 5° grado de Harry. Ambientado en HP y la Orden del Fénix. No es Slahs
Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen, son propiedad de J. K. Rowling. No obtengo beneficios económicos ni de ningún tipo con esto, excepto divertirme y escaparme un rato a esta realidad alterna.
Capítulo 1
Encontrado por Snape
Había pasado casi un mes desde que las clases en Hogwarts terminaron y Harry ya no soportaba estar en casa de sus tíos ni un momento más. El recuerdo de la muerte de Cedric y el regreso de Voldemort lo asaltaban todas las noches y Dudley aprovechaba eso para molestarlo cada día. Su tío Vernon lo había mantenido encerrado en la habitación desde que puso un pie dentro de la casa y había sacado a Hedwig de su jaula para evitar que se comunicara con sus amigos, o con Sirius. Y casi no le habían pasado comida en dos semanas.
Si las cosas seguían así, era más probable que sus tíos acabaran con él antes que Voldemort. Solo esperaba que Hermione o Ron se dieran cuenta de que algo estaba mal y le enviaran un poco de comida, y que cuidaran bien a Hedwig.
Pero Hedwig no estaba con Ron ni con Hermione, los tres estaban en el cuartel general de la Orden del Fénix y aunque sus amigos no sabían lo que estaba pasando, estaban preocupados por él. Al igual que el director Dumbledor.
Los miembros de la Orden estaban en una junta importante, los únicos que faltaban eran Severus Snape y Alastor Moody. A mitad de la reunión Albus llamo a su profesor de pociones y el apareció de entre las sombras, justo detrás del anciano, para sorpresa de todos que no creían que estuviera ahí.
-Severus... Necesito que le eches un ojo a Harry, asegúrate de que todo está bien. -Severus alzó la ceja, preguntando "¿Si no lo está?". Dumbledor lo miro un momento- Sabrás que hacer.
-¡Él no puede ir con Harry! -Sirius grito desde el otro extremo de la mesa, pero fue ignorado amablemente por Albus, y cínicamente por Severus que no se había detenido cuando había gritado y ahora salía por la puerta de la calle.-
-Sirius...
-Yo soy su padrino, es mi deber cuidarlo...
-Sirius...
-Ese maldito graci...
-¡Sirius! -Dumbledor lo miro gravemente por encima de sus gafas de media luna. – Luego de que Severus regrese, tú serás asignado a una misión que a él le correspondía hacer pero, por ahora, debes quedarte aquí.
-¿Ya no confías en él? -le pregunto Black esperanzado, Dumbledor le sonrió como si fuera un niño pequeño.
-Claro que confió en él, pero Severus también necesita vacaciones. Y creo que ya había prometido llevar consigo a dos ahijados suyos la siguiente ocasión que saliera de Inglaterra.
-¿Vaca...? ¿Por qué el sí puede...? -los gritos de Black fueron lo último que escucho antes de aparecerse cerca de la casa de Potter. No le gustaba esa clase de misiones, era frustrante tener que vigilar al arrogante cabezota de Potter pero no tenía otra opción. Albus tenía razón, ya había prometido llevar a Draco Malfoy y a Christopher Greengrass la próxima vez que saliera de vacaciones. Era la desventaja de tener ahijados, tenía que cargar con ellos casi cada año.
No era que se aburriera, pero Draco era peor que un niño, ni Christopher era tan molesto (y eso que apenas tenía 8 años) ni corría de un lado para otro con un grito de "Quiero esto, y esto y esto y... Ohh! ¿Qué es eso Severus?" Ya podía escuchar a Chris "Es la torre Eiffel, Draco ¿Que creías que era? ¿El Taj Mahal? Estamos en Francia ¿Que no sabes nada de geografía?" Y comenzarían a pelear y él se juraría de nuevo no aceptar tener más ahijados...
La historia de todos los años.
Con cuidado de no acercarse demasiado y ocultándose detrás de una camioneta se transformó en un pequeño murciélago. -Si mis alumnos supieran que no están tan equivocados...- pensó amargamente y con su nueva apariencia se escabullo hasta una ventana del segundo piso, buscando el que sería el cuarto de Potter. Pero no tuvo mucha suerte, en la habitación había un chico enorme y obeso, acostado sobre la cama y viendo televisión. Sintió nauseas. Voló hasta la otra ventana y la encontró cubierta con tablas de madera y unos gruesos barrotes de metal. Su instinto le dijo que Potter estaba ahí dentro pero no podía ser cierto... Todos amaban al cabezota de Potter ¿Por qué su familia no lo haría? De seguro había decidido ver la televisión como el idiota de su primo y el mismo había puesto eso en la ventana... ¡Qué estúpido! Seguramente su tío lo había hecho por él. Potter no haría nada teniendo a su alrededor a la comitiva de fans de Potter.
Vio una pequeña rendija entre las tablas y con un poco de esfuerzo entró. Menos mal que era un pequeño murciélago porque estaba todo oscuro, siendo humano no habría podido ver nada. Bien, "ver" es una expresión, en realidad no "veía" los murciélagos usaban su oído para... ¡Bah! Todo el mundo sabía eso.
En la habitación no había más que una vieja cama, el baúl de Potter, una jaula vacía y un bulto en el suelo. Se acercó con cuidado ¿Acaso el bulto estaba...? ¡Respiraba! Por Merlín ¿Qué estaba haciendo Potter en el suelo? Dudo un momento y cuando decidía si quedarse u observar desde más cerca se oyó como la puerta se abría y la luz del pasillo inundaba la habitación.
Sigilosamente voló hasta una de las esquinas y espero ahí, había algo que no le estaba gustando para nada... Un hombre obeso (el tío de Potter sin duda) entró a la habitación y con el pie movió el bulto que él creía era Potter.
-Vamos, levántate. -le ordeno, pero el chico no se movía.- Pequeño bicho raro ¡levántate he dicho! -gritó y su rostro empezó a ponerse morado.- Vamos ¿No me digas que ya has muerto? -lo giro de una patada y Severus pudo ver finalmente al chico. Se veía que no había comido nada en días, estaba pálido, ojeroso y no dudaba que, si permanecía otros días ahí, moriría pronto.
En ese momento supo que debía intervenir. Se dejó caer al vacío pero no fue un pequeño murciélago el que toco el suelo, sino un par de botas de cuero. Vernon lo miro con los ojos desorbitados, estaba a punto de gritar cuando lo arrojó contra la pared sin usar su varita ni tocarlo.
Se giró a ver al chico y sintió que el corazón se le encogía al verlo en el suelo; tan pequeño y frágil. Solo entonces recordó que él y Draco tenían la misma edad, y a su ahijado aún le daba algo de miedo la oscuridad. Y jamás soportaría un día sin comer algo.
-Pott... -se atraganto a media palabra, el chico abrió un poco los ojos y lo miro con la vista nublada detrás de los anteojos.
-Profesor... -estaba avergonzado de que fuera precisamente él quien lo viera en esa condición, lo sabía, podía leerlo en su rostro.
-Te sacaré de aquí Harry, lo prometo. -por alguna razón, sintió que debía llamarlo por su nombre, y quizás por esa misma misteriosa razón el chico no se resistió cuando lo cargó en sus brazos.- Descuida, no dejare que te pase nada más. Iremos a casa, vamos a Aparecernos.
Escucho voces y pasos apresurados acercarse. El primo y la tía de Potter entraron a la habitación preocupados por el ruido que acababan de escuchar. Les dio su peor mirada de mortífago y se quedaron congelados.
-Tú y yo hablaremos luego Tuney... -siseo antes de Desaparecer de la habitación.
Realmente se sintió en casa cuando sintió el aire fresco del bosque rodeándolo. Se apoyó en un tronco y saco su varita para convocar un patronus. El chico era demasiado ligero y eso le preocupo aún más. Avanzó por el terreno con paso decidido, como si estuviera caminando por el firme suelo de roca de Hogwarts y no en el escarpado terreno del bosque.
Cuando llego al castillo el director ya lo estaba esperando junto con la enfermera. Menos mal que apenas habían terminado las clases y aún había personas en Hogwarts.
-¿Qué ocurrió?
-Te lo explico luego, ahora el Ministerio ira a revisar la casa de Potter. Hice magia y me Aparecí desde ahí así que no dudes que lo culparan. -Dumbledor asintió y entraron al colegio.
Mientras el director hablaba con el Ministerio él y Poppy se encargaban de las heridas del chico. Estaba demasiado débil y desnutrido. La enfermera le confirmo su temor; un poco más en esa casa y Harry hubiera muerto.
Se estremeció al pensar que el hijo de Lily pudo haber muerto en manos de sus parientes. Jamás iba a perdonar a Tuney por haber permitido eso.
-Ahora sí, dime que paso... -Severus le contó todo lo que había pasado desde que se había Aparecido en Privet Drive, sin omitir ningún detalle.- Entiendo. -el director tenía una mirada sombría. Ya le había visto así antes pero, la verdad le daba algo de miedo incluso estar cerca de él cuando se ponía así.
-Señor direc... -la fuerza de la costumbre, cuando estaban en el colegio rara vez lo llamaba de otro modo.- Padre... -Albus se giró a verlo- Hay que hacer algo más.
-¿Poppy?
-Coincido con Severus, el chico no se repondrá con facilidad, no así.
-Ya veo. -el corazón dejo de palpitarle con tanta fuerza al ver el brillo en los ojos azules otra vez. Aunque eso significara otro plan bobo- Será mejor que te vayas a descansar Severus, ya no hay nada que tú o yo podamos hacer. -asintió con la cabeza- Y descansa bien, si no me equivoco en menos de una semana te irás de vacaciones -el director sonrió al escuchar un gruñido como respuesta y la puerta de la enfermería cerrándose.
A pesar de lo cansado que estaba no podía dormir. Seguía dándole vueltas a lo que había pasado con Harry. No podía creer que le hubieran hecho eso al hijo de Lily. Él la había amado tanto... Suspiro resignado, en ese momento no podía hacer nada y no dudaba que, si hacía algo, su padre no se lo perdonaría.
Además, la venganza era mucho mejor cuando se servía fría.
He aquí un nuevo fan fic para ustedes, los espero en el proximo capítulo.
