NADIE MAS QUE TU
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Me encontraba apoyado en la puerta derecha de mi auto, comiendo una hamburguesa después de un día de trabajo. Vi a una pareja besarse apasionadamente, se estaban despidiendo al parecer. El tipo caminó hacia donde estaba yo, frenó en el puesto de comida y ordenó una bebida, volteó la vista hacia donde había estado antes junto a su compañera, se arregló el pelo tirándolo hacia atrás con ambas manos y suspiró.
-Amor en el aire.- Dije para mí pero él escuchó.
-Disculpe?- Me dijo confundido.
-Lo que acaba de hacer -Imito el suspiro- Eso es amor.- Expliqué.
-Sólo significa "quiero acostarme contigo".
-Admítalo, lo vi besarla… la ama y el amor vive en esta calle.- No sé de dónde saqué eso.
-El amor son patrañas.- Respondió algo indiferente.
-El amor te da alas, te hace volar… yo no lo llamo amor, lo llamo "Jerónimo".
-Jerónimo?- Preguntó sarcásticamente.
-Sí, Jerónimo. Cuando estás enamorado saltas del edificio más alto sin pensarlo y gritas Jerónimo hasta que llegas abajo. Es genial.
-Sí pero después te mueres, te haces puré. Cuál es el punto?- Sonrió.
-No está escuchando, le digo que el amor le da alas.- Él rió dándose por vencido.
-Debe ser muy especial…
-Lo es, la amo tanto que… ella es increíble. Moriría por ella.- Sincerándome con un completo extraño.
-Y ella siente lo mismo por ti?
-No lo sé. No se lo he dicho.
-Y por qué no?
-Tengo problemas.- Mi vista quedó perdida dando lugar a esos flashes de imágenes en mi cabeza, los cuales a menudo tenía, pero sabía que él me miraba extrañado de mi respuesta. Cuando regresé de mi lapsus mental, el tipo con el que hablaba ya no estaba.
Subí al auto y me dirigí a la misma dirección donde había estado ayer y antes de ayer y el día anterior a ese. Estacioné el auto en el lugar de siempre, apagué el motor, las luces y bebí de mi botella de agua. Saqué unos prismáticos, los moví a la par de mis ojos hasta que pude verla. Había prendido la luz hacía unos segundos, su silueta podía apreciarse por el ventanal de su living. Su departamento se encontraba en el 2do piso.
La observo detenidamente, al parecer está ejercitándose, subida a la cinta. Ella canta, sé que lo hace pero qué canción? Encendí la radio para pasar de estación en estación hasta encontrar el tema que coordine con el movimiento de sus labios. "Can't take my eyes off of you…" dice la canción. Esa es, digo sonriendo. Canto con ella, disfrutando de la música.
"I love you baby and if it's quite all right
I need you baby to warm the lonely nights
I love you baby, trust in me when I say
Oh pretty baby, don't bring me down I pray
Oh pretty baby, now that I've found you stay
And let me love you baby, let me love you
You're just too good to be true
Can't take my eyes off of you
You'd be like heaven to touch
I wanna hold you so much
At long last love has arrived
And I thank God I'm alive
You're just too good to be true
Can't take my eyes off of you
…"
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Comenzó a correr, más y más rápido sobre la cinta. Bajé mis prismáticos y me pregunté: Por qué lo haces? Por qué te castigas? Quedé mirándola unos segundos más, queriéndome responder esas preguntas en vano.
Me fui de allí, era de noche y ya no pensaba con claridad. Guardé mi auto en el estacionamiento y subí a mi departamento. Entro y dejo mi maletín y más papeles para que sigan acumulándose por doquier. Cierro la puerta con todos los seguros y camino hacia la cocina para prepararme una taza de café. Leo un par de documentos dados por mis clientes, si no lo mencioné antes, debo aclararles que soy abogado, tengo 27 años y mi nombre es Jasper Withlock.
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Después de mandar algunas cartas a alguno de mis clientes, me dispuse a visitar a mi periodista favorita, Alice Brandon, en su oficina.
-Buenos días, vengo a ver a Alice.- Le dije a la secretaria.
-Tiene cita?
-No, no tengo cita… no creo necesitarla.
-No puede pasar sin una cita.- Mientras agarraba el teléfono para llamar a seguridad.
-Lo sé, siempre lo olvido pero permítame pasar, por favor… serán unos minutos.
-Lo siento.
-Acompáñeme señor, por aquí.- Me dijo el de seguridad, escoltándome hacia la salida.
-Harry, déjalo. Yo me hago cargo.- Dijo Alice desde la puerta de su oficina.
Caminé orgulloso y con una sonrisa en mi cara, casi sobrando al policía. Me paré delante de ella.
-Alice Brandon.- Saludándola con una sonrisa.
-Tienes que hacer una cita como los demás.- Regañándome pero sonriendo a la vez.
-Mmm… puedo hacerla ahora o en un par de minutos, puedo esperar aquí si estás ocupada.
-Pasa.- Dijo después de reírse.
-Después de ti.
Avanzó hacia su escritorio, se mantuvo de pie para sacarse el abrigo pero rápidamente le dije que me permitiera ayudarla. Ella accedió y yo deslicé su saco hacia abajo y lo colgué en el perchero de la esquina. También le acerqué la silla al sentarse.
Me distraje unos segundos viendo una foto suya, vestida de bailarina, posando.
-Aún bailas?
-Fue hace años.- Haciendo referencia a la fotografía.
-Tienes la foto, te gustaría volver a bailar?
-Jasper a qué has venido?- Omitiendo mi pregunta.
Golpean su puerta y su secretaria se asoma, le dice que su jefe la espera.
-Enseguida voy.- Se me queda viendo, luego de la salida de su secretaria.- Y bien? Jasper dime a que has venido o mi jefe me mata.
-Quieres salir conmigo?- Soltándolo de una vez.
Nos quedamos viéndonos, petrificados. Ella mostró asombro y sonrió de forma nerviosa, eso no estaba bien… no podría esperar ninguna respuesta afirmativa después de eso. Lo último que quería era incomodarla.
-No.- Respondió y se puso a revolver unos papeles. Su nerviosismo no se había ido, seguramente porque yo todavía estaba allí.
-Lo entiendo.
-No, Jasper… no es un no definitivo, solo que… no puedo, no ahora.- Tan dulce como siempre, tratando de no hacerle mal a nadie.
-No me tienes que explicar nada, lo entiendo.- Agaché la cabeza por unos minutos, me fui hacia la puerta. Ella vino atrás mío.
-Has venido a mi oficina un montón de veces y nunca te habías fijado en esa fotografía.
-Bueno... sólo quería conocerte mejor.
-Aja.- No parecía muy convencida.
-En realidad, ocho…- Me miró confundida.- Si, son las veces que he venido.
Volvió a sonreír mientras cerraba la puerta. Yo caminé hasta la salida, había sido un tonto. Entrar allí, armar ese escándalo por no tener cita y después tratando de invitarla… soy un completo idiota.
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