Prólogo

Hace mucho tiempo, cuando aún los dioses convivían con los humanos, se celebraba una boda. Menelao, el rey espartano, se iba a casar con Helena. Para la boda habían sido invitados muchos príncipes de diferentes reinos, pero uno fue elegido por los dioses para iniciar una de las guerras más memorables de la historia: Paris de Troya.

Las 3 diosas supremas andaban en otra de sus disputas. Esta vez era sobre quién era la más bella. Como ellas habían sido invitadas a la boda, buscaron al invitado más hermoso para que diera el veredicto final. Al final, eligieron a Paris. Athena le prometió sabiduría infinita, Hera le prometió poder, y Afrodita dio en el clavo: le prometió a una mujer tan hermosa como ella. Y Paris aceptó.

Luego de la boda de Helena, aprovechando que ella salió a tomar aire, se acercó a ella.

-Bonita vista, ¿cierto?-le preguntó Paris a Helena, para romper el hielo.

-Tienes razón-le contestó Helena.

Ellos continuaron charlando animadamente, sin darse cuenta de que alguien los observaba.

Helena se fijó en que Paris era más joven y apuesto que Menelao. Y Paris no era la excepción: también se sentía atraído por ella.

-Hermosa Helena-dijo Paris-¿te gustaría fugarte conmigo a Troya?

-Lo haría con mucho gusto-respondió Helena-pero ahora estoy casada con Menelao.

-Pero no es necesario que él se entere-dijo Paris.

Y así, consiguió que Helena se fuera con él.

-Gracias Afrodita-dijo Paris.

Mientras ambos llegaban al barco troyano de Paris, Odiseo fue a contarle a Menelao todo lo que había presenciado.

-¡Maldita sea!-gritó Menelao-¿Aún podemos alcanzarlos, Odiseo?

-No lo creo, Menelao-le respondió el rey de Ítaca-pero sabemos a dónde van. Podemos preguntarle al Oráculo si debemos ir en caza de Paris a Troya.

-Yo creo que sí-dijo Menelao-pero debemos consultar al Oráculo de todas formas.

Odiseo y Menelao se dirigieron al Oráculo. Ahí encontraron al sacerdote Calcante.

-Calcante-dijo Menelao-¿debemos ir en caza de Paris hasta Troya en este instante?

No lo creo-le respondió Calcante-deben esperar 5 días. Es lo que vaticino.

-Dame una razón para no perseguir a ese desgraciado en este instante-dijo Menelao.

Deben conseguir un ejército-dijo Calcante-no deben ser impulsivos. Debes pedir apoyo a tus compañeros reyes de Grecia. Además, necesitas el apoyo del hijo de Peleo, creo que se llama Aquiles. Pero, hay otros guerreros que pueden ayudarte: Los santos de Athena…