Disclamer: Todo lo que podáis reconocer pertenece al maravilloso mundo de J.K Rowling, lo demás es mío.

1/Septiembre/2017

Mi dama:

No sé como comenzar, nunca antes he hecho esto, por lo que soy un principiante. Aún no me creo que le haya hecho caso al estúpido de Zabini, y menos aún que haya recurrido a él.

Dice que la mejor forma de expresar lo que sientes y desahogarte sin que nadie lo sepa es esta, escribir en un papel, los muggles lo llaman diario. Ya veremos si al final no me arrepiento.

Hoy la he visto, mejor dicho, te he visto. Llevaba tiempo sin saber de ti, quitando las noticias publicadas en el profeta anunciando tus ascensos o cuando saliste al acabar séptimo curso como la bruja más brillante de nuestra generación. Sé que nunca te diría que lo eres, más eso no quiere decir que no lo piense, y lo pienso.

Siempre te he criticado por esa mente prodigiosa que Dios te ha otorgado (y eso que no soy creyente).

Al verte mi estomago ha sentido ese cosquilleo que hacia años no volvía a sentir, mi corazón latía a tal intensidad que pensaba que se iba a salir de mi pecho. Pero como siempre, he tenido que conservar mi actitud de arrogante…. No me juzgues, no me gusta ser así, pero me han criado de esa forma y no lo puedo evitar.

En el mismo instante en el que me has mirado en el andén, una llama de felicidad ha aparecido en mi interior. Volver a ver tus precisos ojos marrones, resplandeciendo como siempre, tu pelo, ya no enmarañado, sino con tus rizos perfectamente definidos, tus labios… esos labios de apariencia suave y tiernos, que de seguro que lo son, los cuales lamentaré toda mi vida el no haber podido besarlos.

Por lo que he visto, tienes dos hijos; un niño y una niña, Weasley tiene mucha suerte.

Yo tengo a Scorpius, también tengo una esposa, pero eso es caso aparte, ella no me ama, ni yo a ella… la vida puede tenerte muchas sorpresas guardadas y a mí me ha tocado la de que mis padres tenían elegida una esposa para mí, no pude tener yo esa elección.

Amo a mi hijo como nunca en la vida podré amar a otro, pero debo decirte que no más de lo que te amo yo a ti.

Es igual que yo, pero estoy seguro de que no cometerá las mismas estupideces que hice a su edad. Será un buen Malfoy, el mejor de todos.

Si no me equivoco tu hija irá al mismo curso que el mío, por lo que parece es igual que tú, vamos que me veo que se llevaran igual que nosotros. Siento cierta envidia… daría todo el oro que poseo más el del mundo entero por volver a tenerte enfrente mía, como antes, con nuestro uniforme, con tu mano siempre levantada, con nuestros enfrentamientos, pero sin insultos por medio, simplemente peleas de críos.

Como tenía que haber sido siempre….

Te echo de menos mi bella dama, no hay ni un solo día en el que no piense en ti. Al levantarme cada mañana ya estoy deseando de que llegue la noche para acostarme y soñar nuevamente contigo, con que te tengo a mi lado por el resto de nuestras vidas.

No sabes lo arrepentido que estoy por todo el mal que te he hecho y más por el daño que te hizo mi tía… te aseguro que deseaba ayudarte, pero estaba entre la espada y la pared, es la verdad, no una excusa.

Perdona por todos los años en los que me he comportado como un idiota, como una persona sin escrúpulos, ni sentimientos, los cuales el primero que tuve fue por ti, gracias a Merlín sentí el más maravilloso de todos, el amor.

Sin embargo no he podido disfrutarlo, lo sé, me lo merezco.

Envidio a la comadreja, posee una mujer maravillosa, que siempre lo amará, dos niños llenándolo de alegría y una familia que siempre estará a su lado. Ojala fuese yo tu esposo. Estaría agradecido con el mundo eternamente.

Felicidades por la perfecta vida que tienes, te la mereces, por todos los esfuerzos que ha hecho y sacrificios. Sin querer juzgar a la primera, ayudando a los indefensos y a los menos afortunados.

Luchando día a día por el bien. Yo en cambio, elegí el camino más fácil, el lado del mal…

Una experiencia que no se la deseo a nadie, la puta marca grabada en mi brazo señalándome hasta el fin de mis días lo que he sido.

Te doy las gracias por ayudarme a no entrar en Azkaban, por ayudar a mi familia sabiendo que no recibirías nada a cambio.

Somos así de orgullosos, que se le va a hacer…

Sé muy feliz Hermione Jean Granger, o mejor dicho Weasley, que yo te protegeré entre las sombras para asegurarme de que estás a salvo. Siempre lo haré.

Te amo.

Draco Lucius Malfoy

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-¿Ya has acabado Malfoy? -preguntó Zabini, al ver a su amigo posar la pluma en la mesa y acomodarse en el sillón.

-Creo que sí -Se mantuvo serio, no se sentía del todo tranquilo- ¿Es normal que me sienta vacío?

Blaise asintió desde su asiento. Observó a su amigo desde que comenzó a escribir hasta el final. Él no le dijo a quién iba dirigida esas palabras, pero algo en su interior le decía un apellido, Granger.

No hacia falta que se lo dijera, ni mucho menos que intentara ocultárselo diciéndole que se trataba de otra, siempre fue ella, desde el mismo instante que entró en el colegio.

Lo que aún no terminaba de entender era que, sabiendo el carácter de los Black y los Malfoy, como eran y lo que eran capaces de hacer por tener su objetivo, no luchara por ella.

Que se rindiera a la primera de cambio y prefiriera insultar por tantos años.

-Amigo, ¿sabes qué? -preguntó Draco interrumpiendo sus pensamientos.

-¿Qué?

-De lo persuasivo y pesado que puedes llegar a ser a veces, me has convertido en un ñoño.

Blaise sonrío.

-Me lo tomaré como un cumplido amigo -Draco sonrió también, algo extraño en él- Ahora dime, ¿Te ha servido para tranquilizarte?

Draco se tomó unos minutos, miró el papel y luego al moreno.

-Mucho -respondió con sinceridad.

El moreno ensanchó más su sonrisa, había hecho algo bueno por su amigo, el cual habían pasado muchas cosas juntos y lo sacaba de muchos problemas.

-Para finalizar guárdalo en un lugar donde nadie lo pueda ver, solo tú -le explicó acomodándose más en su sillón.

-De acuerdo -Enrolló el pergamino y se lo guardó en el bolsillo interior de su chaqueta, al lado de su corazón- Aquí -se palpó el sitio- Por ella esto sigue latiendo.

-Tienes razón, te has vuelto un ñoño -bromeó Blaise recibiendo por parte del rubio una mirada fulminante y divertida a la vez.

-Dracoooooooo -se oyó la voz de Astoria desde afuera. El rubio rodó los ojos al igual que Zabini.

-Comienza la tortura -dijeron a la vez poniéndose de pie.

Caminaron hacia la puerta del despacho, primero salió el moreno, el rubio se detuvo y volvió a palpar su corazón, donde estaba la carta.

-Dame fuerzas Hermione -se dijo cerrando los ojos y por ultimo saliendo de la habitación hacia su propio infierno.

Si os gusta, comentarioos! Solo son dos capítulos, el siguiente es de Hermione, si queréis leerlo, ya sabéis.

Un besoo.