Rain

De un momento a otro todo puede cambiar.

Era una mañana lluviosa, el sol estaba escondido entre las nubes color gris, no había absolutamente nada, y todo lo que se escuchaba eran las delicadas gotas de lluvia caer en el tejado de la casa de alguien. Una rubia cenizo, cuyos ojos eran de un color verde rubí.

Dormía tranquilamente, adoraba las mañanas lluviosas, el sonido de las gotas de lluvia caer en su ventana y el olor a tierra mojada le hacía sentir bien. Para su suerte, era domingo, por lo que se podía quedar en cama hasta tarde.

Aunque… era mejor aprovechar el momento.

Se levantó de la cama, se vistió, tomó sus botas y su paraguas, y salió.

No había rastro de nadie por las calles, solo ella y él.

Maka caminaba tranquilamente, viendo su alrededor, disfrutando de la mañana, cuando lo vio, aquel joven que nunca creía que le cambiaría la vida de un momento a otro.

Era de piel morena, su cabello era blanco como la nieve, y sus ojos, eran de un color carmesí, como la sangre.

Desde el primer momento que lo vio su vida dio un giro completo, estaba sentado en una banca, al parecer estaba haciendo lo mismo que ella, pues a esas horas todos seguían durmiendo.

Lo observó por unos minutos, hasta que el chico se percató de que alguien le observaba.

Y así comenzó todo…

Levanto la mirada, y divisó a una chica que lo observaba, Maka al percatarse de ello, hizo lo primero que se le vino a la mente.

Correr

Dicho y hecho, automáticamente empezó a correr sin rumbo fijo. Solo quería alejarse lo antes posible del joven albino.

Corrió unos tantos minutos, hasta que sus piernas se cansaran, hasta que llegó a un pequeño parque, estaba solo, no había nadie ahí tampoco. Se sentó en una de las bancas, y empezó a recordad todo lo que había pasado, hasta que sintió gotas resbalar sobre su cara.

Eran ¿lagrimas?

Pero, ¿por qué estaba llorando? ¿Por qué ahora? No lo sabía, lo único que pasaba por su mente era la imagen de aquel albino que la miraba fijamente.

Hasta que sintió que alguien se sentaba a su lado.

Y allí estaba él, sentado a su lado, mirándola con preocupación. Maka estaba en shock, no sabía qué hacer.

Pero esta vez no correría.

Y volvió a la realidad cuando el chico le habló.

-… ¿por qué corriste? – El chico la miraba fijamente, tal como lo había hecho antes.

-… - Maka no respondió, no quería hablar, pero, al mismo tiempo no quería que el chico se fuera.

Soul se recostó un poco en la banca y miró al cielo.

-Me gustan salir en días lluviosos, me relaja, pero, al mismo tiempo me recuerda que, el cielo también llora.

Maka abrió los ojos ante las palabras del chico, levanto la mirada, y miró fijamente esos ojos color carmesí, eran como dos cristales, su mirada transmitía tranquilidad.

Soul se le acercó a Maka y el susurró al oído.

-…tal vez suene tonto, pero, al parecer el amor a primera vista, si existe – Al terminar la frase depositó un tierno beso en los labios de Maka.

Maka sonrió, su corazón se había llenado de alegría, Soul al notar eso también sonrió, y lo único que pudo hacer fue abrazar a Maka.

Y así comenzó todo

Nunca pensaron que aquella mañana de domingo, sus vidas cambiarían por completo

Al parecer la vida les sonrió… a ambos.