buenas a todos! traigo este pekeño fic (ke ya tengo terminado) para que lo podais leer todos los fans de NARU/SAKU, ya esta colgada en NU. al principio habia de ser un one-shot, pero luego metí un par de capitulos más para darle otro final. espero ke os guste.

un saludo a todos!

una razón para vivir

Caminaba tranquilamente por las calles de la ciudad, llevaba el mp3 conectado escuchando música, olvidando momentáneamente el presente, intentaba recordar fiesta de anoche, una de tantas que hicieron, fueron con sus amigos a una discoteca, como siempre estuvieron bailando y bebiendo hasta el cierre, al llegar se desplomó en la cama, y se durmió en cuestión de segundos. Había pasado solo unas horas, pero ya no recordaba parte de la fiesta, recordaba haber entrado allí, pero tenía lagunas de memoria, ocasionadas sin duda por el alcohol, suspiró tristemente, siempre le pasaba igual, se pasaba las noches bebiendo y emborrachándose, era la única forma de pasarlo bien, se reían todos, bailaban, hacían bromas... pero no recordaba mucho. Y por la mañana el dolor de la resaca le golpeaba fuertemente, su cabeza parecía que iba a estallar, y toda la diversión de la noche anterior se esfumaba, para dejarlo vacío, sin que su vida tuviera un valor, una utilidad... se paró en una de tantas calles, y observó el cielo, el día era claro, sin muchas nubes que tapasen el firmamento, el sol se estaba poniendo dejando un color anaranjado a la ciudad… volvió a suspirar, no entendía que hacia allí. Acaso su destino era no ser feliz... -supongo... que ese es mi destino...- el chico susurró con tristeza, y continuo caminando hacia su casa.

El chico era bastante alto, de unos 1'8 aproximadamente, pelo rubio, ojos azules, tenía unos curiosos bigotes marcados en las mejillas, no era muy guapo, pero no era nada feo, estaba por encima de la media en estudios y deportes, pero no era ningún genio en ninguna de las dos brancas, era divertido y agradable, la gente le consideraba una buena persona, tenia buenos amigos, pero ningún mejor amigo. Aunque siempre mostraba una cara sonriente en presencia de sus amigos, en soledad, mostraba un rostro triste, tenia ataques de depresión, no entendía el porqué, pero no sabía que hacía él en este sitio, no tenía nada, ningún objetivo, estudiaba una carrera que no le entusiasmaba, practicaba un deporte que no le interesaba, salía de fiestas que no le gustaban, solo para olvidar por unas horas la verdadera realidad... no tenia nadie, estaba solo...

en la vuelta a su casa pasó por unas calles estrechas, con poca o ninguna luz (el sol ya se había puesto) unos ruidos en una de esas calles hicieron que Naruto saliera de su enseñoración, se quitó la música y escudriño las calles. En una de ellas, a pocos metros de él, debajo de una luz se podía ver a una chica tirada al suelo, rodeado de 5 personas, llevaban bates y navajas, al parecer no le habían visto. La chica estaba sollozando, tenía un vestido blanco rasgado, y se intentaba escapar, sin mucho éxito, de sus acosadores.

Los sollozos de la chica le llegaban al corazón, nunca había oído un sonido tan desgarrador, se agarró el pecho izquierdo, intentando parar el dolor que estaba sintiendo, un dolor que no le dejaba respirar, la chica seguía llorando y el no hacía nada, la chica tenía el pelo revuelto, tapándole los ojos parcialmente, el pelo era de un color rosa claro, era blanca de piel, tenía muy buen cuerpo, parecía una princesa. Aun así Naruto no se acercó más, sabía que si se interponía allí acabaría mal parado, e incluso mucho. Sabía que su vida no tenía ningún valor, pero el miedo al dolor no le dejaba acercarse.

Entonces lo vio, la chica había levantado parcialmente su cara, dejando de sollozar, para plantar cara a sus agresores, y fijó su vista en Naruto, Naruto observó sus ojos, verdes esmeralda, empañados en lagrimas, profundos como el mismo océano, había un dolor interno, parecía como si pudiera observar la alma de la chica, le atrapaban, le susurraban, esos ojos le mostraron un torrente de sentimientos que llegaron a su interior. Algo dentro de Naruto despertó, un calor que no había notado nunca en su vida.

Sin ser consciente de lo que hacia se acercó a los hombres que la rodeaban, y aun sin ser visto le dio una fuerte patada al que parecía ser el jefe, el ataque le llegó de sorpresa, con lo que pudo mandarlo al suelo. Rápidamente cogió a la chica y empezaron a correr calle abajo, la chica le miró sorprendida, pero rápidamente cogió su mano y juntos empezaron una persecución por la ciudad. Doblaron la esquina y llegaron a un portal, entraron corriendo y salieron por la parte trasera. Allí encontraron a dos de los criminales.

-vaya vaya, así que nuestra presa se está intentando escapar verdad?- el hombre jugaba con su arma, lamiendo como un demente la hoja. Naruto y la chica retrocedieron espantados, la mente de Naruto trabajaba a gran velocidad, sabía que no podrían contra esos dos, además iba desarmado. No tenían muchas opciones, los dos tipos lo sabían y se empezaron a reír, contentos al ver lo bien que se lo iban a pasar.

El tipo de la navaja se acercó hacia Naruto, y le propino un puñetazo, haciéndolo caer al suelo, la chica estaba horrorizada ahogó un grito y se tapó la cara con las manos, Naruto maldijo entre dientes, y el tipo empezó a darle patadas al estomago del chico, una vez estuvo en el suelo -hijo de puta- ladraba el tipo- nunca nos robes a nuestra presa, has entendido mocoso?- el otro tipo se acercó hacia la chica, y le cogió un brazo fuertemente, la sacudió fuertemente, mientras le daba una bofetada en la mejilla

- y tú no te escapes más preciosa, o tendremos que matarte, entendiste- el tipo la cogió del mentón y se la acercó, lamiéndola el cuello con perversión. Naruto observaba la cara de asco y tristeza de la chica, esa tristeza le dolió más que todas las patadas que recibió juntas, y con un rápido movimiento cogió la pierna del tipo que le pegaba, y le tiró al suelo debido a la sorpresa. Rápidamente y como pudo empujó al otro tipo, que se cayó encima del otro. Volvió a coger la mano de la chica y se fueron corriendo.

Los dos chicos iban huyendo de los tipos, las calles continuaban siendo estrechas y ninguna persona las transitaba, en una de ellas pudieron ver una pequeña plaza, y una vez allí entraron a una especie de templo. Allí se pararon y cogieron aire. -estas bien- preguntó Naruto. La chica le miró, y cuando estuvo a punto de responder una puerta se cerró a sus espaldas -vaya muchacho, tienes agallas, primero me pegas una patada, y luego va y te escapas de dos de mis hombres.- el que habló era el tipo que atacó primero, iba acompañado de dos hombres, los tres tipos se acercaron a la pareja, Naruto se puso delante de chica, que empezaba a sollozar de nuevo. No entendía por qué, pero quería proteger a aquella chica. -jejeje, sería mejor que te largaras ahora que puedes, mocoso- el tipo empezó a reír, mas Naruto no se movió de su lugar, el tipo, cabreado con la actitud protectora del chico se lanzó cuchillo en mano hacia Naruto, que gritó de dolor al sentir el contacto de la hoja en su piel, el cuchillo había atravesado parte de su pecho, dejando al descubierto un corte en diagonal, por suerte el corte no era muy profundo, pero Naruto, poco acostumbrado al dolor empezó a temblar, espantado por el tipo que continuaba riendo, ese tío iba en serio, no tenía ninguna duda, moriría allí mismo.

Naruto empezó a pensar un plan para salir de allí con vida, no quería morir, el miedo le estaba atrapando, como una serpiente que se enrollaba en su corazón, podía sentir el flujo del miedo apretándole fuertemente, ahogándole, dejándole indefenso, sus temblores se hacían mayores a medida que pasaba el tiempo, el bandido le pegó un puñetazo en el estomago, que le dejó aun mas mareado de lo que ya estaba. El tipo ese empezó a jugar con él, tenia arañazos de los cortes que le provocaba con el cuchillo, Naruto intentaba apartar el cuchillo retrocediendo, pero los cortes aumentaban en su cuerpo. -bueno- dijo el tipo haciendo crujir su cuello- ya me he cansado. Tú,- dijo señalando uno de los dos tipos, dale un arma, y la otra para mi, le daremos una oportunidad.- el tipo sonreía con prepotencia y placer.

El tipo le tiró una katana a Naruto y otra a su jefe. Naruto no sabía qué hacer con ella, cogía la katana ya desenvainada con miedo, la katana temblaba debido a los tembleos del chico. El tipejo le miraba con una mirada de puro placer, planeaba cortarlo por la mitad, Naruto estaba aterrado, a duras penas se mantenía en pie. -no! Dejadlo en paz, el no tiene la culpa- la chica empezó a hablar, Naruto escucho su voz, era como el agua cristalina de manantial, pero estaba quebrada por todo el tiempo que estuvo llorando, aun así su voz tenía un tono determinado.- por favor, os daré lo que queráis, pero dejadlo. Esas palabras hicieron que Naruto reaccionara. Acaso el era así de débil, acaso no podía proteger a nadie... era tan débil que no podía hacer nada... Naruto dejó de temblar, e alzó la katana, -no...- las palabras de Naruto salían como unos susurros. -que has dicho llorón?- el tipo se estaba riendo de Naruto. -ataca si puedes, maldito bastardo.- esas palabras hicieron enfurecer a su enemigo, que se acercó y le lanzo una estocada de arriba a abajo.

Naruto no tenía ninguna clase de experiencia en armas, ni en luchas, nunca había estado tan asustado en su vida, ni había vivido momentos de vida o muerte, solo era un simple chico. Sabía que perdería, no tenía ninguna opción de ganar, pero la prepotencia del rival le dio una oportunidad. El enemigo esperaba que Naruto retrocediera, o intentara protegerse con la espada, con lo que debido a la fuerza del ataque le dejaría indefenso o muerto directamente, pero Naruto se defendió con su brazo izquierdo.

La espada cortó parte de su brazo, desgarrando la carne desde el hombro hacia abajo, cuando la estocada perdió algo de fuerza, el chico cogió con las pocas fuerzas que le quedaban la espada, sorprendiendo al enemigo, que ahogó un grito de sorpresa. La espada estaba fuertemente agarrada por la mano de Naruto, salía sangre que caía rápidamente hacia al suelo, tenía la cabeza agachada debido al dolor, ningún movimiento rompió el silencio del lugar. Instantes después Naruto levantó la cabeza, sus ojos brillaban por primera vez en muchísimo tiempo, estaban brillando de determinación, una voluntad férrea, más allá de la vida o la muerte, una voluntad de fuego. -maldito!!- el gritó resonó en todo el templo, rompiendo el silencio, Naruto había levantado la katana en su mano derecha, y con un movimiento contundente le atravesó el pecho. Unos objetos cortantes saltaron de las ropas del enemigo, cortando parte de la cara del chico y sus ojos. Los otros dos tipejos se marcharon corriendo, aterrados ante la escena. Su jefe había sido derrotado por un crio... Naruto se acercó hacia la chica, tenía su brazo que se estaba desangrando, de sus ojos salía sangre, parte de su cuerpo también estaba destrozado debido a la pelea anterior y los cortes del tipo ese, se desmayó encima de la chica. Había ganado, había podido proteger a alguien, pero ahora no tenía fuerzas para nada más, sabía que se estaba muriendo, sus hemorragias eran graves, no había médicos por aquí cerca. Aceptó la muerte con una sonrisa, antes de caer en el vació logró articular una última frase. -gracias...

y con esa última frase se dejó caer

La chica acercó el cuerpo del chico hacia un muro, y lo recostó, llamo rápidamente a una ambulancia, y observó el estado del chico. No dijo nada, pero acercó sus manos hacia el brazo del chico y le acarició, una especie de calor fluyo de ellos curando parte del corte del chico. La chica retiró rápidamente las manos del brazo, observó al chico, su cara había dejado de mostrar esos signos de dolor, sonrió agotada, muy poca gente sabía que tenía ese don, pero no sabía si era un don o una maldición, además su poder era muy débil, no podía ayudar a nadie, ni siquiera a ese chico misterioso que le acababa de salvar la vida. Volvió a observar su rostro, y acercándose a él susurró -gracias a ti, nunca te olvidaré; pero será mejor por los dos que no nos volvamos a ver... adiós mi gran salvador.- y con un último acercamiento le beso tiernamente en la comisura de los labios.

Naruto sentía unas personas ablando a su lado, sentía parte de las conversaciones, se removió inquieto en su lecho, no soportaba esa oscuridad, decidió abrir los ojos, pero para su sorpresa todo continuaba siendo oscuro. Espantado se levantó de pronto, tocándose la cara y los parpados,

-Naruto, estas despierto!!- una persona estaba abrazándola con fuerza, era Tsunade, su abuela, no era su abuela de sangre, pero era lo más cercano a una familia que tenia, la mujer tenía unos 40 años, y se conservaba bastante bien, aunque era un poco bruta, era muy buena con el.

- estuvimos muy preocupados, cuando te encontraron en ese templo y te trajeron en mi hospital no me lo podía creer, por dios, jiraiya y yo no hemos podido dormir en dos días.. Gracias a dios...

-Tsunade, que me pasa, no veo nada.- la mujer se calló al oír sus palabras, sabía que tendría que decírselo, pero sus palabras no le salían,- Tsunade! Respóndeme!- la voz del chico era estridente, sus palabras eran una súplica invisible, como aferrándose a una esperanza, una esperanza que pronto se rompería

-Naruto, te has quedado ciego. Las palabras de la mujer resonaron en el interior de Naruto, sentía esa frase resonar repetidamente, sin acabar de comprender su significado, a medida que iba comprendiendo su significado, Naruto iba perdiendo parte de su control, al final, se sumió otra vez en la inconsciencia.

Volvió a recuperar la conciencia horas después, esperando que solo fuera una pesadilla abrió los ojos, sin ningún resultado, Naruto empezó a removerse en su cama, al parecer no había nadie, todos habían marchado, supuso que era de noche, y allí, en medio de la noche el joven rubio empezó a llorar, no era un llanto de dolor, ni de pena, tampoco de rabia, lloraba de resignación, ya no le quedaba nada, había perdido su vista, lo único que le quedaba, ya no podría volver a ver, salir de fiesta, ir a estudiar, volver a verla... esa noche, Naruto perdió sus pocas ganas de vivir...

al cabo de unos días le dieron el alta, Tsunade y Jiraiya acompañaron a Naruto a casa, los dos parecían tristes, Naruto no dijo mucho desde lo del incidente, simplemente se limitaba a contestar, sin ningún tipo de emoción, parecía una carcasa vacía. Sus padres adoptivos intentaron animarlo como podían, pero ni el ramen ni nada pudo ayudarle. Solamente pidió que no se le dijera nada sus amigos.

-pero si te están llamando cada día Naruto, deberías decirles.

-no! Simplemente diles que estoy de vacaciones, no quiero verles... la mujer asintió.

-jiraiya, que podemos hacer?- tsunade estaba con su marido tomando un helado en una terraza, habían decidido salir a tomar un poco el aire.

-no lo sé, tsunade, ojala pudiera hacer algo, pero nunca le había visto así, es como si su anima se hubiera muerto, parece un zombi...maldición- Jiraiya maldijo por lo bajo, el también estaba terriblemente preocupado, para él, Naruto había sido como un hijo.

-me voy-anunció repentinamente la mujer.

-a donde?-inquirió su marido

-a casa, algo no me gusta, lo presiento... venga volvamos.

Y se levantaron antes incluso de que les trajeran los helados. Tsunade entró rápidamente a su casa, subió las escalares de dos en dos, un sonido de agua le hizo correr hacia el baño, allí, en la bañera llena de agua había el chico, cerca suyo había un cuchillo de cocina, Naruto estaba sin conciencia en el borde la bañera, con el brazo izquierdo dentro del agua tibia. El agua se estaba teñiendo rápidamente de color carmesí, Tsunade gritó aterrada.

-Naruto!!!- corrió hacia su hijo, saco su brazo y le vendó con lo primero que encontró,- Naruto, escúchame por favor- con lagrimas en los ojos y la voz entrecortada.- no nos dejes Naruto, por favor aguanta... pero Naruto ya no la escuchaba, debido a la pérdida de sangre había perdido el conocimiento. -jiraiya, llévanoslo al hospital, rápido!!- el hombro cogió a Naruto, con lagrimas en los ojos y lo llevo corriendo hacia el hospital, situado delante de su casa mismo.

Allí la misma Tsunade, directora del hospital se encargó de salvar el chico. La directora hizo lo que pudo, pero no sabía si llegó a tiempo, solo la espera le daría la respuesta. Estuvieron un rato hasta que finalmente Naruto dio muestras de recuperación. Tsunade y jiraiya se abrazaron felices, pero los dos sabían que no podría estar viviendo así eternamente...

los días iban pasando, Naruto seguía con su estado depresivo, pero no volvió a intentar suicidarse durante los siguientes días. Aquello alegró mínimamente a la pareja, que volvían a tener esperanzas de que aquel chico volviera a ser el muchacho alegre que siempre había sido.

Un día Naruto salió de casa, no sabía muy bien porqué pero decidió irse a un lugar tranquilo, donde no pudiera sentir ningún ruido de esa ciudad, quería deshacerse de todo el dolor contenido debido a su estado. Cogió el primer tren que había y se dirigió a ningún lugar, un rato después bajo en un pequeño pueblo, y se dirigió hacia las afueras, donde había un bosque tranquilo. Naruto se tropezaba cada dos por tres, sus ropas empezaban a ensuciarse, se caía al mínimo problema en el suelo, finalmente se sentó agotado de tanto caer y caminar por sitios oscuros. Aun así podía sentir el calor en su piel, el calor del sol que le indicaba que aun si él vivía en penumbra, en el mundo la gente hablaba, caminaba, vivía en luz.

Al cabo de un rato logró identificar un sonido, era una pequeña cascada, debía de ser una especie de arroyo, se acercó lentamente, intentando evitar caerse, y se agacho al sentir humedad en sus pies. Tocó la fría agua con sus manos, tembló al sentir el frio en sus dedos, minutos después pasó sus dedos por la cicatriz del brazo izquierdo, una cicatriz formada desde el hombro hasta la misma palma, en medio de la cicatriz, en la muñeca había otra cicatriz, de corte perfecto, en perpendicular, producido por su intento fallido de suicido.

Sonrió tristemente, no tenía ninguna razón de vivir, porque no podía simplemente desaparecer, sentía que ya no había un lugar para él, le habían quitado lo más preciado para él, ahora no le quedaba más que esperar la hora de morir... una voz conocida le sacó de sus tristes pensamientos.

-eres... tu... -esa voz, conocía esa voz, es la voz de la chica que protegió, la chica por la cual había perdido tanto, su vista, y aun así no la odiaba, le había dado por un momento una razón por vivir, más ahora, no podía ni verla, no podía...

-que haces aquí?- preguntó tristemente el chico, la chica oyó el tono de voz del chico, y se acercó silenciosamente, quedando a medio metro del chico. Estaban cara a cara, la chica era casi tan alta como él, sus ojos verdes estaban brillantes, muchos sentimientos se escondían dentro de ellos, pero Naruto no podía saberlo.

La chica empezó a confundirse, Naruto estaba observando al infinito, pero segundos después lo entendió, no estaba observando nada, estaba...

- te has quedado ciego...- las palabras de la chica eran tristes, mostraban compasión, ternura, cariño, pero el chico no podía aceptar compasión, había perdido mucho, ya no le quedaban lagrimas que derramar, ya estaba muerto..

-si, ya no tengo nada por lo que vivir, solamente vete, yo... quiero estar solo.- las palabras del chico impactaron a la chica, quedando soqueada, no lograba entender ese cambio, sus ojos no mostraban ningún sentimiento, estaban muertos, la chica podía observar perfectamente su alma, consumida por el dolor, el miedo, y lo más dolorosa para ella, resignación, el chico, ese chico que ese día que le protegió mostró unos ojos tan decididos y libres, una voluntad más fuerte que la vida misma, ahora aparecían ante ella muertos y apagados, ese chico se estaba muriendo... y ella no podía hacer nada... aun así no se marchó, no podía dejarlo así. No entendía el porqué, pero algo le empujaba a ayudarlo, así pues, en contra de la voluntad del chico se acercó un paso más.

-no quiero, quiero quedarme- sus ojos mostraban gran determinación.

- no lo entiendes, ahora estoy ciego, ya no soy nadie, ni tan siquiera puedo mirarte, ya no puedo verte a ti, ya no me queda nada. La chica no entendía una palabra, acaso estaba equivocada con el chico, solo la quería ver, solamente quería ver su cuerpo, su maldito cuerpo, por el que todos los chicos suspiraban, ella era consideraba la chica más guapa de su país, era deseada por todos, pero ninguno le interesaba su ser, solo su cuerpo... sus ojos mostraron un rechazo fugaz, y un dolor profundo se clavo en su corazón como una daga.

-ya entiendo, tu nunca me protegiste a mi...- Naruto sintió esas palabras, llenas de odio y dolor, tristeza y desilusión.

-no lo entiendes- dijo Naruto- ya no puedo ver tus hermosos ojos, aquellos ojos que me atrapaban, que me hacían ver tu alma, tu ser, tu interior, aquellos ojos que hicieron sentir en mi algo que nunca pensé que tendría, y que por ellos perdí todo lo que tenia.- los ojos de Naruto se empeñaron en lagrimas, había dicho lo que pensaba, lo que retenía en su interior, por miedo al dolor- yo te defendí por proteger la única persona que hizo sentirme vivo.-

Los ojos de la chica empezaron a humedecerse, unas lágrimas empezaron a surcar su rostro, cayendo libremente hacia el suelo. Podía sentir la verdad en las palabras del chico, le estaban contando cosas que nunca nadie le dijo, podía sentirse querida en esas palabras, sentir el cariño que llevaban, y quería proteger ese ser que le ayudó, que le salvó dos veces en esa noche, y que le conquistó con sus ojos azules llenos de vida.

Sin pensarlo deshizo del espacio entre ellos con un pequeño paso, y pasó una mano en la mejilla de Naruto, que abrió sus ojos azules ante la sorpresa.

-puede que no puedas ver mi alma- la voz de la chica era dulce, tierno, las palabras eran sinceras, haciendo que el chico escuchara lo que tanto necesitaba,- pero la puedes sentir en ti... la chica acortó la poca distancia que le faltaba, levantándose de puntillas, y besó tiernamente el chico, las almas de los dos chicos conectadas por ese beso