Capítulo 1
"¡Adiós Tokio!"
Fuu atravesó las puertas del Condominio Clow y se dirigió hasta la casa número 4. Las rejas se abrieron automáticamente; la chica atravesó temerosa el jardín de su propia casa. Al llegar frente a las puertas de la residencia Hououji, Fuu se extrañó que no le hubiera pasado nada durante el trayecto desde las rejas hasta la puerta. Ella nunca les había comentado a sus amigas, pero desde que había cumplido 11 años, sus padres le habían puesto, todo tipo de pruebas peligrosas, (rayando en mortales) en el jardín cada vez que ella volvía del colegio. Así que, viéndolo de ese modo, era lógico que la muchacha presintiera que sucedía algo extraño al no encontrarse con las rejas electrificadas, los perros que casi diario la perseguían, las arenas movedizas ni con los cocodrilos en la piscina.
Abrió la puerta preparándose para lo peor; y se llevó una gran sorpresa al no encontrarse con alguna especie de robot asesino como prueba sorpresa, sino que se halló a sus padres sentados en la sala tomando té con unos completos extraños.
"Hola querida, siéntate." Dijo su padre.
Fuu tomó asiento sin estar del todo convencida.
"¿Okasan, Otosan, podrían explicarme qué sucede por favor?" preguntó.
"¡Desde luego, Fuu-chan!" Contestó la señora Hououji."Pero antes que nada te presentaré a nuestros invitados; ella es Tonks-san y Kingsley-san."
La chica saludó cortésmente a una mujer de cabellos cafés y lacios, y a un hombre de aspecto tranquilo.
"Ellos son los representantes del C.I.P.N.G.S.A.I"Explicó el señor Hououji.
"¿El qué?" preguntó Fuu.
"Es el Colegio Ingles Para Niñas Genio Superdotadas Altamente Inteligentes." Aclaró la madre.
"Ah" murmuró la chica abrumada por tantas palabras. "¿Y a qué se debe su visita?"
"Hououji Fuu-san" habló Kingsley "Es un placer anunciarle que usted ha sido aceptada en nuestro colegio y que la esperamos en Londres dentro de dos semanas."
"¿Qué!" Exclamó la joven.
No lo podía creer. Eso no podía ser así, no debía estar pasando. Tenía que hacer algo para evitarlo y rápido.
"Me parece muy bien." musitó la chica "pero tengo entendido que estudiaré en el CLAMP Campus. ¿No es así, padre?"
"Siento contrariarte, pero tu madre y yo hemos convenido que vallas al C.I.P.N.G.S.A.I. Será lo mejor para ti, Fuu-chan."
Fuu no emitió ni un sonido, sabía que era una batalla perdida y que no podía hacer nada. Todo le parecía tan espantoso como en una película de terror, Es más: una música horrorosa retumbaba en sus oídos en ese momento.
"Ku-chan¿Serías tan amable de dejar de tocar el piano por favor?" Dijo el señor Hououji al tiempo en que Fuu se daba cuenta de dónde provenía la música.
"Prosigamos; debido a que el Colegio Inglés Para Niñas Genio Superdotadas Altamente Inteligentes" Kingsley tomó iré antes de continuar- es una escuela privada; les damos un prendedor a los alumnos.-
Fuu recibió un broche dorado que tenía el dibujo de un Fénix y extraños signos grabados en el oro.
"Es importante que lo tengas siempre contigo, ya que es tu acceso al colegio." corroboró Tonks.
"Gracias."murmuró Fuu sintiéndose desgraciada.
No supo si todavía requerían de su presencia, pero cinco minutos después la chica se encontraba acostada en su cama con una gran desolación.
Seguía sin poder creerlo, sus padres le habían cambiado la jugada por completo. No podía ser así, se suponía que estudiaría en el CLAMP Campus con sus amigas.; nunca le pasó por la mente que se iría.
¿Qué haría sin sus amigas? o más bien¿Qué harían sus amigas sin ella? Fuu sabía que estaba muy apegada a Hikaru y a Umi, pero también estaba consciente de que ambas no podían quedarse solas en Tokio. ¿Quién calmaría a Umi cada vez que se enojaba¿Quién se encargaría de que Hikaru no comiera demasiados dulces? y sobre todo ¿Quién salvaría a Tokio si Umi y Hikaru enloquecían y se ponían a destruir todo¿Quién¿Quién¿Quién?
La joven cerró los ojos y quedó sumergida en sus pensamientos…
Estaba en el Colegio Ingles Para Niñas Genio Superdotadas Altamente Inteligentes. El lugar más bien parecía un reclusorio y Fuu estaba encadenada tratando de encontrar la hipotenusa de un dodecaedro. La chica de ojos verdes miró hacia la ventana, todo estaba inexplicablemente soleado allá afuera. Podía ver a los niños jugando alegremente y a su amado Ferio y a Ku besándose bajo un árbol.
"Lo siento, Fuu-chan" dijo Ferio "Pero como te vas a Inglaterra, mejor me quedo con tu hermana."
Cuando Fuu empezó a creer que nada podía ser más absurdo el paisaje cambió y ahora observaba a la ciudad de Tokio. Todo era un desastre; a Hikaru se le había subido el azúcar a la cabeza y se había vuelto una niña hiperactiva piromaniaca que incendiaba los edificios. Umi no podía apagar el incendio porque estaba demasiado ocupada huyendo de una cosa parecida aun conejo (mejor conocida como Mokona) que la quería devorar. Fuu se sintió desesperada, todo se caía a pedazos y ella no podía hacer nada…
La chica despertó sobresaltada mientras sus anteojos se resbalaban por su nariz. Sólo había sido una pesadilla, pero temía que se volviera realidad.
Dos semanas después, en casa de los Ryuzaki
"¿Estas segura de que te sientes bien, Umi-chan?" Preguntó el Señor Ryuzaki asomándose por encima de un mamotreto titulado "El adolescente y su mundo"
"Sí, papá, no te preocupes." musitó tristemente la joven de cabellos azules mientras subía las escaleras.
Umi entró a su cuarto y observó la maleta a medio empacar sobre su cama. Al día siguiente se mudaría a Inglaterra. Trató de no pensar en eso y optó por arreglarse. Ese día saldría con sus amigas y tenía que aprovecharlo. Al ponerse los pantalones de mezclilla notó algo duro en el bolsillo; se trataba del prendedor dorado que había recibido días atrás. Sin tomarle mucha importancia, la chica lo colocó en su bolsillo y se dirigió a la Torre de Tokio.
Fuu corrió hacia la Torre de Tokio donde la esperaban Hikaru y Umi. El día siguiente se iría a ese colegio y quería despedirse de sus dos mejores amigas; y no había un mejor lugar que ese.
Al llegar; Umi y Hikaru ya la estaban esperando. Umi estaba sentada distraídamente con la mano en el bolsillo de su pantalón; mientras que Hikaru observaba la ciudad con unos binoculares. Fuu sonrió al recordar cómo había conocido a Hikaru un año atrás. Precisamente, la niña había estado usando los binoculares como lo hacía en ese momento. Fuu se había divertido al verla y le había regalado unas monedas para que los siguiera usando.
Volviendo al presente; nuestras heroínas estaban sentadas en una banca tranquilamente. Era un cálido día de verano y las vacaciones habían comenzado una semana antes. Fuu estaba a punto de contarles sobre el colegio (cosa que no se había atrevido a hacer durante las últimas dos semanas) cuando Umi tomó la palabra:
"¿Se acuerdan cuando nos conocimos aquí, en la Torre de Tokio?"
"¡Como olvidarlo!" exclamó Hikaru alegremente "Estábamos aquí cuando una luz nos transportó al mundo de Zéfiro. ¿Lo recuerdas Fuu?"
Fuu sonrió melancólicamente, se había acordado de que en Zéfiro se encontraba su amado, Ferio y se preguntó qué estaría haciendo. Al volver a la realidad, se encontró con una sorprendida Hikaru viendo su suéter (El de Fuu) con los ojos grandes como platos.
"Ese broche..."Musitó Hikaru.
"¡Es igual al mío!" concluyó Umi sacando de su bolsillo su propio prendedor dorado con un Fénix dibujado.
"¿Tú también tienes uno? Pero¿cómo?" Preguntó Fuu azorada.
"Entonces..."titubeó Umi "¿Tú también vas a ir al C.E.P.N.A.S.; o sea, EL Colegio de Elite Para Niñas de la Alta Sociedad en Inglaterra?"
"Pues a mí me hicieron creer que era el C.I.P.N.G.S.A.I.; EL Colegio Ingles Para Niñas Genio Superdotadas Altamente Inteligentes."
"Yo tengo uno como este- intervino Hikaru tocando el broche que Umi sostenía- Pero a mí me dijeron que me llevarían a Otakulandia."
"¡Pero si Otakulandia no existe!" exclamó Fuu extrañada.
"¡Con razón se me hacía raro! ; P 3 " Dijo Hikaru sacando la lengua y con orejas de gato mientras que Umi y Fuu se caían de espaldas al estilo anime.
"De todas formas, esto es demasiado extraño." comentó Fuu pensativamente."Yo creo que deberíamos..."
Fuu no pudo continuar, puesto que en ese momento sintió un violento tirón en el suéter al tiempo que sus pies se despegaban del suelo. Por su parte; Hikaru y Umi se habían quedado pegadas al broche que habían estado agarrando y observaban como todo desaparecía mientras se transportaban a otro lugar.
Después de lo que pareció ser mucho tiempo, los pies de las chicas tocaron una superficie. El prendedor de Umi cayó haciendo ruido y al abrir los ojos las jóvenes se dieron cuenta de que estaban sobre una mesa frente a unos desconocidos.
"¡Enhorabuena!" alguien dijo "Me alegra saber que llegaron justo a la hora de cenar."
