La muerte es tan hermosa y cruel

Refleja mil paisajes que se muestran más de mil y un colores

Es temida y respetada

Es la compañera silenciosa de la vida

Sabe que su presencia causa dolor, sabe que su trabajo se paga con llanto, amargura, dolor y en muchas ocasiones con regocijo y venganza. Nadie entiende que ella es el balance perfecto del inicio y el final de todos. Ella es quien carga con todo y aun así se mantiene al margen, tímida a su alrededor.

Y ahora ella está ahí, observando y escuchando a todos aquellos que gritan pidiendo auxilio para intentar sacar a dos jóvenes que se encontraban bajo los escombros de una local que exploto a causa de una fuga de gas, La muerte miro como las llamas y el humo negro se crecía más y más en dirección de uno de ellos, mientras el segundo solo miraba con impotencia a un metro su mejor amigo estaba inconsciente sin poder escapar.

-¡Midoriya!-. Grito con todas sus fuerzas, mientras luchaba, pero era inútil. El sabor metálico de su propia sangre le impedía gritar nuevamente, poco a poco se asfixiaba con su propia sangre, Y sus escazas fuerzas se desvanecían a causa del dolor.

-¡Alguien, que nos ayude, por favor!-. Imploro para sus adentros.

Pero ese día, solo uno saldría con vida de aquel lugar, una vida a cambio de otra, Eso era totalmente injusto, pero la muerte ya había escogido su próxima recolecta. Y deslizando su suave manto sobre el rostro de Midoriya, cegó su vida en un segundo, para luego acurrucar en su regazo la figura transparente de su niño quien le miraba con tristeza al saber que todo había acabado.

Y como si fuera un consuelo, un suave "Adiós, Todoroki-kun" llego a los oídos del mencionado. Quien vio con horror como el cuerpo de quien fue su mejor amigo, era consumido por las llamas. En ese momento el solo quería gritar, pero no podía, sentía que su cuerpo cedía al dolor ocasionado por el aplastamiento y por las quemaduras en su cuerpo. ¿Acaso, nadie pudo ayudar a su amigo?. ¿Nadie puede ayudarlo a él?

¿Por qué siempre terminaba por acabar solo?

El solo miraba con impotencia como los esfuerzos de los transeúntes eran en vano, nadie quería acercarse más al fuego y menos a él, en pocas palabras estaba siendo condenado a muerte por la cobardía de otros.

¡Vaya muerte patética!—. Pensó para sí mismo,

Si ese era su final, él quería pelear, pero su cuerpo no ayudaba, el humo negro se colaba por sus fosas nasales y el peso extra encima de él le imposibilitaba moverse, todo dolía. La sangre en su boca aumentaba segundo a segundo, por un momento sintió la soledad de no ser ayudado, pero solo fue eso, un momento ya que la inconciencia trataba de apoderarse de él, Y lo único que escucho fue un grito que lo hizo estremecer, no solo por el tono de voz, más bien por la determinación que se sintió en esa voz. Y en ese momento supo, que no estaba solo.

¡Resiste!

¡La ambulancia ya llego, estarás bien!

Fue lo último que escucho antes de que la oscuridad se apoderase de él.

Y ajeno a todo, Todoroki no vio como una pequeña de ojos verdes arremetía con fuerza contra los fierros calientes y procedía a quitar los escombros que apresaban al joven.

-¡Sal de ahí!-. Gritaban las personas al ver como la niña se lastimaba las manos. Sin contar la cantidad peligrosa de humo negro que la rodeaba.

-¡Corre!

-¡Déjale, ya es tarde!

Esos eran uno de los tantos gritos que no cesaban, pero la pequeña de ojos verdes quien a pesar de estar tan asustada y lastimada no perdió la compostura y sujetando por el brazo a Todoroki, salto fuera de la línea de fuego y evitando estrellarse en el suelo y haciendo acopio de sus pocas fuerzas que se desvanecían a causa del miedo y la falta de oxígeno en su cuerpo, camino un par de pasos alejándose aún más del peligro. Las personas que hasta hace un rato le gritaban que saliera, ahora corrían para ayudarla, pero los paramédicos quienes ya tenían todo listo, les ordeno alejarse y no interrumpir su labor, en solo cinco minutos cada uno fue puesto en una ambulancia rumbo al hospital central de Akibara.

En ese instante la historia de ambos cruzo una línea muy delgada entre la vida y la muerte, pues en la primera ambulancia intentaban estabilizar a Shouto-Todoroki. Y en la segunda ambulancia las palabras más preocupantes resonaron.

"Dejo de respirar"

Alerto asustada la enfermera quien sujetaba la mejilla de esa niña de cabellos rubios que de un momento a otro dejo de reaccionar.

-¡Empieza la reanimación!..¡Vamos pequeña, resiste!

El paramédico principal tomo posición y su labor, dispuesto a salvar a esa pequeña cuyo acto de rescate era de admirar y respetar.

Continuara.

Muchas gracias por leer, esta historia desbocada