Este fic participa en el Reto #16: "Los opuestos" del foro Hogwarts a través de los años. Los personajes no me pertenecen.


(Compasión) Cuando éramos niños

...

Aquella vez que la conoció, entre los destellos de amor infantil y una amistad solidificada por la magia en común, Severus notó que en sus ojos se escondía algo brillante, una encantadora gema de compasión que ansiaba brotar. Lily quería ayudar a todos, y Severus fue sólo el primero de la lista.

Lo trató bien. Nadie ha tratado tan bien a Severus aparte de su madre (y las madres no contaban porque su amor siempre era incondicional). Lily sí.

— No es normal, Lily. Aléjate de él —proclamó la niña mayor. La hermana de Lily no era como ella. Era cruel, de mirada retorcida por un odio que Severus no comprendía. ¿A qué le temía?— Es un gusano, Lily.

Tenía razón. Severus era un gusano y Lily una estrella del cielo.

Mas Lily no hizo caso de su hermana y la mayor se fue. Lily se quedó con él, con la mirada llena de compasión.

— No le hagas caso a mi hermana —le dijo con voz un poco resquebrajada, y es que las palabras de la niña mayor eran crueles, lo contrario a Lily. Severus le miró con esperanza y ella le sonrió—. ¿Me cuentas de nuestro mundo?

El corazón de Severus palpitó como si mil mariposas tomaran posesión de él. Se sentía volar, casi como ella cuando saltó de los columpios y permaneció flotando en el aire cual ángel divino.

— No quiero que se moleste contigo —replicó Severus, bajando la mirada.

Era verdad. Si la chica mayor se molestaba con Lily, le diría a sus padres y ellos seguramente prohibirían que se vieran. Había pasado antes y el chico, otro hijo de muggles por lo que Severus notó en aquel entonces, jamás volvió a hablar con Severus. Cuando se lo encontraba en la calle, ni siquiera lo volteaba a ver.

Lily era diferente. Se notaba. Su sangre cantaba mil melodías de compasión y ternura. Su sonrisa las entonaba sin que Lily tuviese que decir nada.

— Petunia es un poco seria —le dijo Lily y tomó su mano. Electricidad recorrió los dedos de Severus—. Pero es buena en el fondo.

Se lo dijo con una sonrisa y Severus no hizo más que creerle. Una niña tan celestialmente hermosa como Lily no mentía.

Así que Severus le sonrió también, y le contó de Hogwarts.