los personajes no me pertenecen. Nada, me pertenece.
"El Príncipe de los Pervertidos."
Dos muchachos salían de la secundaria uno alado del otro.
— ¡Demonios! — farfullo entre dientes, aquel muchacho de cabellos largos, atados en una trenza que llegaba hasta la cintura, con tres mechas azules cayendo a cada lado de su rostro, entremezclándose con el negro petróleo de sus cabellos y, esos ojos de un azul intenso que en épocas de lluvia o cuando estaba triste .Extrañamente. parecían convertirse en dos perla azules con destellos grises. Pero hoy esos ojos estaban mas azules qué nunca y, no dejaban de expresar lo molesto que se hallaba.
Por que…
Sólo quedan cuatro meses antes del examen final.
— Con resultados como éstos — Decía mientras miraba el treinta marcado en rojo, tamaño cartelera publicitaria. Su hermano lo mataría. Para el era un castigo divino esa monstruosidad llamada "Examen" ¿Quién demonios había creado semejante barbarie? Sin duda alguna merecería la pena de muerte. Ese entupido papel qué llevaba en su mano izquierda parecía querer burlarse de él cada vez que lo veía. Volvió a… Casi, apretarlo con fuerza. Casi… por que… (ojala saliera volando, aunque con su suerte… de seguro terminaba en manos de su hermano mayor.) — estoy en problemas. — simplemente, quería llorar.
Con la cabeza gacha y moqueando. — Emrys dile Adiós; "A todas tus actividades fuera de curso, Adiós a tus salidas nocturnas y, por ende… adiós al trabajo que tanto esfuerzo te costo conseguir. Si… mi hermano se entera, estoy acabado".
— Merlín — Como, odiaba que lo llamara así. — ¡Ya no te atormentes!. — animo el amigo de esté golpeando su hombro suavemente, mirándole con aquellos ojos café claro, llenos de emoción y demasiado expresivos para el gusto de su amigo que estaba deprimido.
— * ¡ Y-Yaa se! ¡Pídele ayuda a Lancelot! estoy seguro que te enseñara todo lo que necesites saber y mas...— completo con burla, escondiendo la sonrisa zorruna tras sus labios, que no sabían si abrirse y enseñar los dientes blanquecinos del muchacho despeinado o esconderlos para darle unos años mas de vida.( Simplemente; por que... su amigo, lo mataría)
Merlín despistado como siempre y, mirando al suelo con pena, no noto el tono burlón usado por su amigo e ignoro que este casi lo dejaba atrás.
— Temo — murmuró — que él talvez… quiera enseñarme otras materias...— hizo una mueca con su labio inferior mientras sus mejillas se coloreaban levemente.
— ajajá — reía su amigo, que bien tenia entendido lo que sucedía.
— No te rías, ¡idiota!. — el ceño fruncido, el puño apretado provocando sus nudillos blancos, una palabra mas y, se iría sobre su amigo, que intentaba alivianar el momento, moviendo sus manos como si intentara salir a flote suplicándole que se calmara. — Si. estuvieras en mi lugar entenderías — farfullo molesto.
— Lo siento — suspiro con pesadez.
Siguieron caminando Gwaine al ser de piernas y pies mas grandes volvía a dejarlo atrás. Ambos en silencio. Gwaine quería, realmente quería, ayudar a su amigo pero… ¿Cómo, hacerlo? Intento pensar en algo. Se sentía tonto. Con, los hombros decaídos y achicándose a pesar de su metro ochenta.
Su estado de animo cambio de pronto, pues vio a través de sus neuronas algo polvorientas. la solución. Como, si de una premonición se tratase, se irguió derecho y, se giro a su amigo que iba detrás de él. Merlín le miro extrañado una vez choco con él.
— ¿Que pasa? ¿Por que me miras así? ¿Volviste olvidar tus libros? Te aclaro. ¡Desde ya! qué no pienso volver contigo.
— Pero, podrías darle una oportunidad… — Escucho, el "¿Hahh?" salir de los labios finos de un Merlín perdido en la conversación. (Con varios signos de interrogación en su cabeza).
— Gwaine; se acercó hasta Merlín, quién sintió un pequeño temblor en su cuerpo, por el aura extraña que emanaba de su amigo. — …S-solo una cita, si el quiere algo mas... b-bueno... Ahí, te fijas asta donde quieres llegar... todo depende de ti.— Medio tartamudeo no muy seguro de lo que le proponía. — Tampoco, digo qué te acuestes con él a la primera, como una chica fácil.
Merlín; seguía con la boca abierta desde la mención de la frase "solo una cita". Pestaño una, veinte y, tal vez unas treinta cinco veces mas... (y no es que me halla puesto a contar). Cuando, la ficha al fin callo, sus orejas temblaron y, sabiendo el significado de la frase. Aquello; hizo que se le calentara el cuerpo como pava hirviendo: sacando humo hasta por las orejas y tan rojo como un ocaso de primavera. Pero escuchar lo ultimo fue la gota que renvalso el baso. — "que te acuestes con él a la primera, como una chica fácil." ¿chica? ¿Acaso, estaba loco?¡idiota! — pensó. Totalmente, histérico por dentro. Gwaine aveces sacaba lo peor de él.
Negó con la cabeza a velocidad luz provocando que su amigo temiera que se rompiera el cuello — * ¡ Nunca! ¡Ni loco, Ni cuerdo, Ni vivo, Ni muerto! Ni aunque fuera un viejo choto FALTO DE SEXO y el, un jovencito cachondo de dieciocho años! — Grito exaltado. Espantando, a un traspunte casualmente de unos ochenta años que pasaba por ahí. El pobre tiro su bastón y salio rajando, envolviéndolos en una bola de polvo, lejos de ambos chicos. Gritando. "no me peguen" ¡Por favor, no me hagan daño!¡no le estaba mirando el trasero!.(gotaza en ambos chicos) Ambos jóvenes se encogieron de hombros, restándole importancia al viejo que salía corriendo en dirección contraria a ellos.
— Y a ese, que le pico...
— Lo mismo que a ti, seguro... ¡idiotez premenstrual!
— ¡Oh, vamos! Merlín… ¡no te enojes! qué te hace una cita… ¡Pobre Lancelot! ah dé estar muy necesitado.
— ¡Cá-lla-te! — murmuro con fuerza entre dientes.
— Sip! Ah de estar muy falto de cariño. Pobrecito. por que… No, hay otra explicación mas razonable. para que, siendo tan guapo, se hubiera fijado en ti.
— Acaso, insinúa… ¡q-qué soy feo!. (sintió la vena palpitar en su frente)
— ¡Camina y, cállate!
— Además, Ni que fueras virgen.
Merlín siguió caminando. poniendo tercera para irse mucho mas rápido "Gracias" A sus piernas largas. Dejándole atrás. temblando de coraje por las "ideotas" de su amigo. Demasiado colorado y, murmurando un montón de insultos y, promesas de venganza por la desfachatez de su amigo. — Mira, que proponerme que haga eso... maldito bastardo ¡pervertido! ¿Y qué? Si, el era virgen… o no lo era… no era su problema ni el de Lancelot.
—¡Pervertido! ¡Pervertido! ¡Doblemente pervertido!
— Merlín — abrió grande los ojos. — Acaso tu… ¿Aun eres virgen, Merlincito? — termino de preguntar, con un mohín inocente en los labios.
Contó con acides hasta diez y, de diez paso a veinte y, de veinte paso a contar mil formas de matar a su amigo. Mientras pisaba fuerte el asfalto de cemento y seguía dejando a su amigo muy atrás… Preguntándose a si mismo — ¿Cuál, seria el crimen perfecto?
Arturo&Merlin.
Arthur Miraba entretenido, como su amigo de la infancia. Corría, por todo su departamento con los nervios a punto de sacar chispas. Mientras, tiraba de su cabello rubio excedidamente largo, atado en una coleta baja.
Nunca había visto esa faceta en él pero... podía entender que su amigo estuviera un poco cambiado luego dos larguísimos años sin verse.
Hacia tan solo dos meses; qué sé habían reencontrado y Arthur estaba ansioso por volver a llevar la relación tan unida que tenían antes de irse a Argentina; hace dos años, para filmar su ultimo trabajo. Por eso mismo iba a pedirle ayuda con un trabajo nuevo que debía realizar. Él era el único en quien confiaba para esto y, aunque era algo vergonzoso lo que iba a pedirle. Estaba, seguro que lograría convencerle.
Pero lo primero y principal era su amigo.
— ¿Qué, are ahora? No puedo mandarlo a un hotel.
— ¿Qué tiene de malo?
— No le gustan los lugares cerrados y, mas que nada… no le gusta estar solo.
— Tengo una idea.
— ¡¿Si?!— dijo esperanzado.
— Ponlo; con un listón en el cuello, dentro de una caja, con una nota que diga "necesito un hogar".
— ¡No es un perro abandonado!.
— ¿Minino, entonces?
— ¡Arthur!— protesto.
— ¿Qué? Ni siquiera sabia que tenias un hermano menor… b-bueno otro hermano menor.
— Somos tres hermanos pero a diferencia mía Emris opto por quedarse con nuestros padres; Balinor y Hunith. Mientras que yo, preferí vivir aquí con una tía para poder superarme.
—Fue así como te conocí a mis seis años. Aunque, ahora que lo dices… Tu nunca te topaste con mis hermanos, A pesar de que ellos siempre han venido a verme. Si, lo pensamos. Es extraño. creí que ya le conocías. Bueno… siempre te eh considerado "un ermitaño" . — dijo mientras dejaba de caminar sin sentido para pararse en medio de la sala y mirar a su amigo frente a el.
prosiguiendo con su relato. — Unos meses después que él llegara a vivir conmigo, intente verte para contártelo, pero tu estabas muy ocupado y luego simplemente, te fuiste y no hubo tiempo para presentártelo. —
— Aun así pensé que solo tenias a ese pequeño mounstro de unos... cinco años llamado "Mordred" ese que, me mostraste en tus fotos y videos. la ultima vez que volviste de tus vacaciones en tu pueblucho.
— No le llames así. — Arturo reviro los ojos. hastiado. — Gaius; Siempre tan unido con su hermano... .bueno. hermanos...— pensaba despectivamente. a él "eso" le daba simplemente mucha alergia. — Sobre las fotos… A Emrys; no le gusta que le saquen fotografías, dice que el sale con orejas muy largas. -Ajaja.- El es abecés muy reservado. Yo solo lo veía cuando iba de vacaciones a nuestro pueblo natal o el venia por unos días a verme. Como ya te dije. cuando, tu te fuiste. casualmente. Estaba por hacer una cena para que lo conocieras. Pero, ya vez… No se dio la oportunidad.
— No entiendo como puedes llevarte bien con tu hermano.
— Que, tu tengas mala relación con los tuyos no significa que todos la tengamos.
— Touché.— miro el rostro de su amigo, seguía muy tenso. Bufo y empezó a odiarse a si mismo por lo que estaba por hacer.
— Se que voy a arrepentirme de esto. Pero… — Tsk, De acuerdo.
— uhn…
Suspiro molesto. Tendría que aclararse y, odiaba aclararse. — Que, se quede en casa.
— ¿Lo dices enserio…?
— Preguntas de nuevo y olvídate que dije que si.
— ¡Gracias!, ¡Gracias!, ¡Gracias! ¡Eres el mejor!
El otro de cabellos rubio oscuro, corto y ojos azules salto enzima de el de cabellos largos rubios atados en una coleta baja, con ojos verdes y piel pálida, dándole un gran abrazo.
—S-suéltame. ¡A-arthur! Suéltame.
—Somos los mejores amigos ¿recuerdas?
— ¿Q-Qué, quieres decir con eso.? — pregunto nervioso.
— Oh, vamos, Gaius ¿un amigo de 27...
— 28 — sonrío de lado.
— Oh, bueno… de 28 no puede abrazar a otro amigo de… 28 sin qué…
—…27...
—Oh, si… ¡jodete!.— sonrío sádicamente. — ¡En fin, al grano!Tengo un trabajo nuevo y tienes que ayudarme.
— ¿Q-Qué clase de trabajo?
— Bueno… — mientras Gaius intentaba alejarse de Arturo, este te pegaba mas a él. Sin soltar el abrazo. — veras… — Ambos, cayeron al sofá que tenían detrás de ellos. Arturo quedo con una pierna entre las de Gaius. Y el rubio de cabello largo trago en seco, sintiendo unas gotas de sorpresa e incredibilidad caer por su frente.
— Y-Yo tengo que… — fue acortando la distancia, esperando el contacto con el rostro de su amigo, muy cerca de sus labios. Mientras, qué Gaius tenia un pequeño tic nervioso asomándose en su frente al sentir una mano de Arturo sujetar su barbilla y, la otra colándose por su cintura debajo de la camisa blanca que le quedaba muy al cuerpo. Ambos hombres tenían unos cuerpos firmes, simplemente perfectos con aquellas altura de un metro setenta cinco y setenta ocho. Arturo era mas alto. Y mas ágil menuda suerte para Gaius que siempre fue malo en deportes.
Justo cuando Gaius suplicaba un auxilio Divino. pensando que todo era una broma de Arturo. La puerta del recibidor empezó a abrirse y ambos quedaron a la viste de un joven alto de un metro setenta y cuatro.
— Ya lleg… — quedo con la boca abierta los ojos como platos y, el corazón se le detuvo.
— Ah ah — ¡¿Qué, mierda esta pasando aquí?!
— ¡Bienvenido a casa, Emris!
—eh… — sentía el cuerpo frío- Acaso, estaba muerto.
Arturo abrazo mas fuerte a Gaius como si temieran que le quitaran un dulce … y le beso la mejilla mientras no le quitaba la mirada de enzima a el muchacho, azabache parado aun en la puerta . Gaius era su dulce. Merlín sintió ganas de golpear a ese individuo muy pero muy fuerte. ¿Dónde estaban sus guantes de boxeo cuando los necesitaba?¿y el bat? ¿la escoba al menos?
— ¡vamos!, Arturo suéltame.
— H-Hermano…— musito merlín.
— ¿oh?— soltó Arturo
—El hermanito menor de Mi Gaius. — enarco las cejas Arturo.
—Si. Emrys, este es mi amigo, Arthuro Bois.
— ¿Cómo, que mi? ¡Mi Gaius! ¡quiero matarlo!— pensó merlín. Estaba ardiendo de coraje. ¡¿Como, osaba ese individuo a poner sus garras sucias sobre su hermano?! ¡¿Cómo, se atrevía a tocar así a su hermano mayor?!.
—El no se parece en nada a ti.— sonrío de una manera demasiado descarada, como para pasarla por alto.
Esta fue absolutamente la primera peor impresión.
Así fue como conoció al gran Príncipe de la Actuación, alias Arturo Bois.
Bueno. Espero, que les guste. Dejen reviews; tomates, chekes, bueno... ¡cheques no!¡cheques no! Pero algún chocolate… pa que me venga la inspiración se acepta. Jajjajaja
