Éste es un fic que se me ocurrió hace ya algún tiempo, debido a mi casi insano gusto por los cuentos infantiles, y que ahora reescribo con una nueva perspectiva. Espero que les guste tanto como me gusta a mí, a pesar de que aún no lo tengo terminado del todo.
Decir que la historia original de Blancanieves no es mía, ni los personajes aquí utilizados: pero sí lo son el carácter de cada uno de ellos y los sucesos no pertenecientes al cuento.
Por último, sabéis que me encantan los reviews w Y que las críticas constructivas son buenas. Así que ya sabéis: ¡¡a criticar sanamente!! XDD
Prólogo
Hace mucho, mucho tiempo, en un lejano reino, un rey y una reina miraban, con la dulzura de quienes acaban de ser padres, a la nueva princesita que descansaba en los brazos de la Reina. Una princesita hermosa, con la piel blanca como una azucena y los labios rojos como la sangre, que auguraba bondad y buenos tiempos para el reino.
Pero las cosas no fueron de ese modo.
Pocos años después, la Reina murió. Nunca se supo cómo, nunca se supo el porqué. Simplemente, una mañana, apareció sumida en su sueño eterno, del que nadie jamás pudo despertarla.
Y el Rey se volvió a casar.
La princesita creció, pasando a ser una jovencita dulce y encantadora, la flor más linda del jardín del Rey. Le encantaba pasear por palacio y jugar entre las fuentes del jardín con los peces de oro y plata que nadaban en sus arrollo. Y todos en el reino la querían.
Poco a poco, la atención que antes el Rey dedicaba a su nueva Reina, se vertía en la educación de la princesita. Y la nueva Reina, poco a poco, empezó a ser olvidada. Ya nadie recordaba cuán hermosa había sido en su día, cuán dulce eran sus labios y cuán queridas sus palabras. Ya nadie recordaba la ternura en su rostro, ni el cariño con el que trataba a sus súbditos.
Ya nadie recordaba nada.
Y poco a poco, como quien no quiere la cosa, empezaron a surgir. Primero eran simples bromas que se escuchaban en las cantinas, simples juegos de niños. Pero luego, los juegos y las bromas se tornaron más serios, más reales, más crudos.
"La nueva reina es una bruja", decían. "Una bruja mala que quiere hacerse con el reino"
Y el rumor se extendió, y la princesa creció. Y se convirtió en una linda joven de cabellos negros como la noche y cálidos ojos castaños, amada y querida por el pueblo.
