Adiós.
Akane Tsunmori sigue dormida sobre la silla en el blanco cuarto de hospital. Kougami ya ha salido de ahí, ha ido por el caso y ha tomado un trago con Masaoka. Él le ha dicho que hable con ella, que le ayude a entender, pero Kougami no se siente capaz de hacerlo, no cree ser capaz de mirarla a los ojos y decirle que se va; las palabras no saldrían de su boca. Ha decidido escribirle, y ha hecho una carta para tratar de explicar lo que hará, sin pedir perdón por ello. Aunque en el fondo se siente un cobarde, por huir de ella de esa manera, pero solamente de ella, pues sabe bien que si mira a Akane a los ojos, no podrá hacerlo, al contrario, quedará a sus pies y será incapaz de terminar con todo de una vez. Le ha escrito que ella está en lo correcto, sabe que es una mujer de bien y admira eso, su actitud inquebrantable, su pureza. Pero también sabe que no puede quedarse, no ahora. Sabe que ella está en el camino correcto, pero que no es tiempo de seguirla, todavía no, algún día.
Está a punto de irse, ha dejado todo listo y ha tomado las llaves, pero pasa frente a la habitación donde antes estuvo descansando, entra y posa sus ojos sobre ella, por última vez. Mira como duerme, su tranquilidad le es contagiosa, es la mujer que le hace querer ser mejor, y a la vez, está debatiendo en su interior. Podría quedarse, quedarse ahí con ella, y ser la buena persona y el Agente que ella quiere que sea, que le ha prometido ser, pero la venganza le ha llenado el corazón, sabe que debe hacerlo, que es su deber ir tras Makishima y ha decidido tomar ese camino en lugar del de ella.
En la carta le ha dicho que lo siente, y es verdad. Siente mucho traicionarla de aquella manera, siente mucho el tener que irse sin una despedida formal, y le duele, le duele el pecho.
La respiración calmada de Akane le deja en un estado de hipnotismo, hasta que se decide a acercarse a ella. Kougami se inclina despacio, y deposita un delicado beso en silencio sobre la cabeza de su Inspectora. Delicado como nunca antes, delicado para ella y por ella nada más.
"Lo siento." Susurra antes de alejarse. La carta la ha dejado junto al brazalete, pronto ella despertará y la leerá, y quizá se molestará con él. Pero él ya estará lejos cuando eso suceda, no quiere una despedida que haga las cosas más difíciles.
Kougami huye con el casco puesto, la deja ahí, con nada más que sus palabras y un agradecimiento que le ha salido del corazón. Sabe que volverá a verla, porque no está decidido a dejarse vencer; volverá a verla y entonces todo será diferente. Akane bien podrá juzgarle como se debe, y a él no le importará. Lo único que quiere es volver a verla después de que todo haya terminado. Kougami se va con ese pensamiento en mente, esperando que al final, Akane le perdone.
Pequeña viñeta para desahogar los sentimientos que éste par de personas me causa. Creo que tengo una nueva obsesión.
Ésto es demasiado para mi corazón, ¿cuándo podré verlos juntos?
