Se había levantado por la necesidad de ir al baño y también por que tenía sed, el cuerpo lo sentía un poco adolorido, sobretodo los muslos y los brazos, estragos por la actividad que habían realizado hacia unas cuantas horas. Cuando regreso al cuarto, la suave luz del amanecer comenzaba a entrar en la habitación a través de las cortinas blancas que cubrían la ventana, entonces notó el desastre que habían dejado: la ropa en el suelo, junto a las almohadas y pudo ver con claridad la espalda desnuda de Midoriya que aún sin estar haciendo esfuerzo se le marcaban los músculos y si miraba más hacía al sur de su cuerpo, allá donde la sábana ya cubría la desnudez del otro, estaba justo ese lugar donde acababa la espalda y empezaba ese camino sinuoso que apenas en la madrugada le había hecho perder la cabeza.
En la suave penumbra matinal podía distinguir algunas marcas que le había dejado entre los omóplatos y los brazos -no quería ni imaginar el cuello y pecho de su novio- y que ahora le escocían en la conciencia, y es que todo había comenzado por que se había puesto celoso, emoción que no le era nueva y que aunque no le gustaba nada no lo podía evitar, lo peor del asunto era que se había molestado por la implicación de Bakugou.
Y no podía evitarlo, amaba a Midoriya, pero esa extraña amistad cuasi obsesión que tenía hacía el rubio le dolía. Había intentado de todo por que sabía que ni Bakugou ni Midoriya harían nada que lo lastimase. Se acerco con paso lento hasta el borde de la cama y se sentó, haciendo que el colchón se hundiera un poco y que el otro se quejara, Midoriya abrió un poco los ojos y le sonrió perezosamente.
-Buenos días ¿ya estás de mejor humor? -Kirishima sonrió y hundió su cara en la mata de pelo de Izuku. -Ayer ya no dejaste explicar - guardo silencio unos momentos. -,Kacchan me dijo que sale con Todoroki.
-¡¿Que?! -Se incorporó de un salto. A decir verdad, no se esperaba esa revelación -¿O sea que me puse como energúmeno por nada?
Midoriya se giro en el colchon para quedar sobre su espalda, entonces Kirishima pudo apreciar mejor todo el camino de chupetones y de marcas de mordidas, mientras la risa de su novio inundaba el cuarto y su sonrisa lo deslumbraba como siempre.
-No seas así, Eijirou. Lo de anoche no fue "nada" -. Y le sonrió con picardía.
Kirishima se ruborizó un poco y luego se echó a reír, preguntándole a todos los dioses que es lo había hecho endemoniadamente bien como para que lo hubieran premiado con semejante ángel por novio.
