¡Estoy asustada! Muy bien, les traje este One-Shot Dip por una cosa y nada más… ¡Experimenté algo! Oh, Mi Dios, estoy comenzando a traumarme… casi me viola… ¡Y si sólo soy un juego! ¡OMG OMG OMG! ¡Quiero morirme! ¡Mi cuerpo se estremece! Sensaciones nuevas… ¡AGH!


-¡AH! – Pip comenzaba a lanzar fuertes gemidos a la vez que Damien comenzaba a embestir con fuerza.

Aún recordaba que sólo lo había visitado para poder hacer una tarea de Química pero en vez de eso, el azabache enseguida se había abalanzado sobre él para después morderle el cuello, empezar a desvestirlo y querer probar su cuerpo angelical por completo.

Sentía la respiración agitada. Nunca pensó que en esa noche habría tantas lágrimas que derramar y un solo juramente que nunca se podrá romper y ni siquiera frenar. Ya el destino de ambos estaba marcado. Ahora Pip estaba recostado en la cama, cubriéndose el rostro con ambas manos mientras gruesas lágrimas comenzaban a derramarse por sus mejillas, sonrojado. Enseguida llega Damien con una botella de lubricante ya que lo que venia iba a ser más doloroso que el primer round.

-¡NO! ¡ESO NO! – Suplicó Pip de entre sollozos.

Más el azabache hizo caso omiso ante sus suplicas maricas y enseguida decidió meter dos dedos en su cavidad anal, riéndose maliciosamente de entre sus adentros. La primera etapa ya estaba resuelta, ahora sólo faltaba darle riendas al asunto y tema aclarado.

Luego de haber hecho pequeños círculos en su cavidad, los retira lentamente pero sin ningún tipo de compasión. Sabía muy bien que Pip era virgen pero de todas formas este era el mejor castigo por ser tan idiota y reprimido a veces. Detestaba esa clase de chicos. Le daba rabia, quería golpearlo pero a la vez susurrarle miles de cosas cursis y románticas. Mucha emoción para una noche.

-Relájate… - Le susurraba mientras lo acomodaba bien en el lecho a la vez que comenzaba a adentrar su flácido miembro de a poco en su cavidad, era tan estrecho…. Era como un tóxico, un vicio, su delicia más grande – Pip… muy estrecho…. – Ya hiper ventilaba y de la boca de Pip sólo se escuchaban quebrantados gemidos.

El pobre rubio decidió aguantarse las fuertes ganas que tenia de gritar pero sabia que si lo hacia, toda la vecindad lo iba a escuchar así que se contuvo. No tuvo de otra más que aferrarse fuertemente a las sabanas para luego agachar su cabeza, conteniéndose. Admitía que era demasiado placer en cuanto a la forma en cómo Damien le hacia el amor… divinamente. Era la séptima maravilla del mundo.

-D-Damien… no puedo más… me v-voy a…! – Exclamó y, dicho esto, se vino en la mano del azabache y dando un último y desgarrador gemido aunque había salido un poco agudo y para nada sofisticado.

-¡AH! ¡Pip! – Gritó el azabache antes de correrse dentro del rubio.

Pasaron apenas cinco minutos y ya ambos estaban sudorosos. Con la respiración agitada y el corazón casi saliéndose por la boca. Pip no hizo más que llorar en silencio en un rincón de la oscura habitación pero Damien enseguida lo agarra de la muñeca con fuerza, obligándolo a girar el rostro para así mismo besarlo en los labios con algo de agresividad al principio.

Entrelazan sus lenguas y a los pocos segundos se separan abruptamente por la falta de oxigeno.

-Perdóname…. Lo hice porque te amo, Pip… - Le susurró Damien dulcemente para luego agarrar su sudorosa frente y darle un beso ahí.

-Yo también te amo… -

Y lo que pasó en el resto de la noche…. Quedó en esa oscura habitación hasta el amanecer….

Era su tóxico y lo sabia a la perfección. Una nueva adicción.


Si, sé que salió de la nada y muy fuerte pero experimenté algo parecido con un…. Bueno, ¡Que mas da! ¡Aún sigo traumada por lo que me hizo! T_T ¡Sólo esperen mis próximas actualizaciones! ¡Bye!