Personajes de Rumiko TaKashi.

Capítulo 1: Conociéndonos

Eran ya las 12 de la noche en el bar Shikon, todos los asistentes allí se encontraban en varias situaciones unos ya con demasiado ebrios, mientras que otros se retiraban a pasar la noche con algún extraño, pero en la barra se encontraba una mujer de extraña cabellera plateada, ojos dorados, vestida de un top morado con extraños garabatos de color blanco, una minifalda de color negro y para completar unos tacones negros de 10 centímetros, muchos dirían que tenía varios hombres a sus espaldas.

-Ey, ¿te sirvo algo más? –preguntó la bartender, una chica de cabello negro recogido con una banda de color amarillo, vestida de una playera ajustada blanca que decía `I am your girl´.

-Sí, un Blood Mary y un Orgasmo –dijo la mujer con voz autoritaria.

-Bien, debió ser alguien horrible para pedir sangre y orgasmo al mismo tiempo –comentó la bartender.

-Eso es algo que a ti no te interesa, limítate a servirme lo que te he pedido –dijo la mujer fríamente.

-Ok, saliendo un Blood Mary y un Orgasmo –empezó a mezclar los ingredientes con maestría de los años de experiencia –por cierto mi nombre es Eri, es un gusto –se presentó mientras servía las bebidas.

La mujer, simplemente se limitó a beber de un solo trago, esperando que con ello los recuerdos se fueran o por lo menos ya no sentir pesadumbre sobre ellos.

Varias veces se acercaron a esta mujer, preguntando si quería una copa o algo para aliviar el rato, a lo cual les respondía con un no rotundo o simplemente se disponía de unos cuantos que la invitaban a bailar, no obstante si querían propasarse sólo bastaba una mirada gélida y los tenía huyendo como perros asustados, cuando pasaron varias copas.

-Mi nombre es Irasue –dijo por fin.

-Oh, pues es un gusto, y qué te trae por estos rumbos, me he dado cuenta que no es para coquetear con los clientes –comentó mirando a uno de los que esta Irasue había rechazado.

-Ellos no tienen lo que busco –

-Y qué ocurrió para que andes por aquí –preguntó cautelosamente Eri.

-Digamos un mal de amor –empezó Irasue –un día mi amado Taisho se enamoró de otra y a mi me dejó abandonada con un niño.

-Y no lo demandaste, debe hacerse cargo del niño –se embraveció.

-Descuida, él se hace cargo de los gastos de mi niño Sesshomaru, aunque él ya sea un adulto –dijo con aún su actitud fría.

-Entiendo, es decir, tú resultaste ser el plato de segunda mesa–

-Algo así, pero siempre fue así, su amor resulto de lo más extraño- sonrió levemente –se enamoró de una mujer de poca clase y sin ningún futuro.

-Creo que en el amor nadie manda –

-Tal vez sea cierto, aunque me muestre indiferente con estos asuntos aún duele saber que yo siempre seré la ex amante y nada más.

-Es curioso todo lo que me cuenta, pues a una amiga le sucedió casi lo mismo –comentó Eri, mientras limpiaba los vasos –sólo que fue al revés ella resulto ser el plato de segunda mesa.

-Los hombres son seres que no saben más que palabras vacías, sin nigún sentido- tomó nuevamente su copa y se la tomó de un solo trago –si algún día te enamoras nunca dejes que sea un ser humano común y corriente.

Esto dejó a Eri algo confundida, por lo que decidió irse a servir el resto de la clientela, en tanto Irasue la observaba a través de su copa, preguntándose por qué se le saldría tanto la lengua.