Me llamo Lyra, soy la hija mayor de la noble familia sangre pura Malfoy. Ser la princesita sobreprotegida de tu papá puede ser malo, pero tiene muchas ventajas cuando tu él es el admirable y rico Lucius Malfoy.
Esa noche mi padre había celebrado una fiesta cómo muchas otras que se realizaban en la mansión.
La casa de la familia es enorme y recubierta de ventanas, pero por una extraña razón en su interior siempre está oscuro, sin importar la cantidad de luz que haya fuera. Está rodeada por un frondoso bosque y se encuentra en el territorio que los muggles llaman Wiltshire.
Estaba en mi cuarto mientras el elfo doméstico familiar me terminaba de cepillar el pelo cuando mi madre, Narcissa, llamó a la puerta la habitación.
- Querida – me llamó mi madre dulcemente – ya están llegando los invitados, tu padre quiere que bajes y los recibas con él.
- Ya voy mamá, un segundo – me levanté de la silla sobre la que estaba y me giré hacia el elfo -. Muchas gracias Dobby.
- De nada señorita.
Salí por la puerta para encontrarme con mi madre vestida con un ceñido y elegante traje negro y junto a ella estaba mi hermano Draco, cinco años menor que yo, con un traje azul marino y una corbata negra.
Mientras bajaba las escaleras mi padre me miró con una sonrisa orgullosa que me reconfortó bastante. Mi piel pálida, mis ojos grises y mi pelo rubio platino combinaban perfectamente con mis adornos plateados, al igual que con el vestido esmeralda.
- Pero mira qué guapa está mi niña – vino a abrazarme.
- Papá para, me voy a sonrojar.
Empezamos a dar vueltas por el salón mientras este se iba llenando.
Conocía a la mayoría de personas, aunque solo fuera de vista.
- Lucius, cuanto tiempo, veo que te sigue gustando lo extravagante – dijo una voz detrás de mí.
- Oh, Severus, ¿a qué se debe esta visita? -estrecharon las manos - De todas las veces que te he invitado esta es la primera a la que vienes.
- Hmp -el hombre misterioso se encogió de hombros – hacía tiempo que no nos veíamos – hizo una pausa y me miró -. Eres Lyra, ¿verdad?
- Sí, señor - asentí tímidamente.
El señor se agachó de rodillas y puso una mano enfrente. Indecisa, coloqué la mía sobre la suya y seguidamente, el besó con cuidado el dorso. Luego se levantó.
- Esta pequeña ha crecido mucho – dijo sin dejar de mirarme.
- Teniendo en cuenta que hace cinco años que no nos vemos sí. Cariño, – me miró mi padre con dulzura – el señor Snape es profesor en el colegio de Hogwarts.
- Encantada, señor – hice una pequeña reverencia.
- El honor es mío – me sonrió.
Cuando el hombre se marchó me giré hacia mi padre.
- ¿No es demasiado joven para ser profesor?
- Sí, lo es – me dijo con una sonrisa mientras ambos mirábamos como se marchaba.
Al rato, después de la cena, los adultos empezaron a bailar y me quedé en un rincón jugando con mi hermano. Me di cuenta que el señor de antes estaba también apartado y con la mirada perdida. Parecía triste.
Aclaraciones sobre el fic
Los capítulos irán evolucionando conforme a la edad, madurez y pensamientos de la protagonista, por lo que será normal que los primeros capítulos tengan un lenguaje menos cuidado y un aspecto un poco más inmaduro (como este).
Basado en la serie de libros de la famosa escritora británica JK Rowling, Harry Potter, por lo que no soy dueña de todo lo relacionado con ellas. Solo me limito a usar el material para disfrute común. Las imágenes que ponga en los capítulos tampoco serán mías (en principio).
Esto último no es aplicables a los personajes surgidos de mi imaginación y que poco a poco irán haciendo acto de presencia, tales como Lyra, Copeland, James o Nick.
Se que muchos estaréis cansados de leer cosas como estas... Pero es necesario.
