Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la historia a Subtlynice, yo sólo me adjudico la traducción.
Summary: Mientras Bella duerme, Edward tiene tiempo de pensar sin interrupciones. POV de Edward de su relación con Bella. Situado después de Crepúsculo, antes de Luna Nueva.
Monstruo
Ella duerme –un ángel en los brazos de un monstruo. Sé que no tengo derecho a ella, esta belleza caída del cielo para atormentarme. Ella es un recordatorio constante de lo que no puedo tener; de lo que nunca tendré. Un alma pura, una vida humana. Inmaculada, inocente, sagrada.
Y sin embargo, estoy feliz de tenerla en mis brazos. Murmura suavemente en sueños, soñando cosas agradables. Susurra mi nombre, y me pregunto por milésima vez qué es lo que ella ve en mí –la razón por la que está conmigo, esta despreciable criatura que soy.
Su esencia me llega y el veneno llena mi boca instantáneamente. Sé que debería moverme, pero su calor es tan embriagador como el aroma de su sangre, y me quedo. Su cabello oscuro se extiende a su alrededor, contrastando con su pálido rostro. Siempre se ve tan hermosa cuando duerme. Permito a mi mente vagar, y por el más breve de los momentos imagino cuan adorable se verá cuando ya no necesite dormir más. La imagen que he visto en los pensamientos de Alice tantas veces sale a la superficie de mi mente. Veo a Bella, su cara pálida tan suave como el mármol, su boca curvada hacia arriba en una maliciosa sonrisa mientras me mira por debajo de sus pestañas con esos maravillosos ojos dorados. Esta visión de perfección hace que me olvide por un instante que no tengo alma –¿cómo puede alguien tan hermoso ser un monstruo?
El segundo en el que pienso en esto me disgusto conmigo mismo. No importa lo que Alice vea en el futuro de Bella –ella no será como yo. No la condenaré a una eternidad de infierno por mis propios deseos egoístas. No importa lo que Bella crea que quiere. Ella es humana; puede cambiar de parecer fácilmente. Yo seré por siempre un monstruo. Sé que no cambiaré de parecer. Siempre la querré a ella y sólo a ella. Pero ella es un ángel, y los ángeles no pertenecen a mi mundo. El sitio de los ángeles es el cielo, y cuando ella muera es ahí donde irá. Donde yo nunca podré ir, no importa cuánto trate de arrepentirme por mis acciones.
Si pudiera, lloraría. Gritaría si no fuera por el hecho de que la despertaría. Haría lo que fuera para que nosotros fuéramos iguales, pero sé que es ridículo incluso compararme con ella. Bella es cálida; es amorosa, valiente, honesta, inocente. Su calor, su esencia es como el sol para mí –mi propio rayo de luz de sol que me hace brillar. Ella define la palabra ángel –la sola idea del cielo sin ella es absurda. Yo soy inhumano; inhumano. Soy una criatura maldita, un asesino, un demonio sin alma y soy lo contrario a ella. Es mi presa natural y el olor de su piel debajo de mis manos es un doloroso recordatorio de este hecho. A regañadientes, me separo de ella y retrocedo a las sombras. No hace sonido alguno, pero sus brazos se mueven, llegando a mí en la oscuridad, tentándome. Sonrío a pesar de mis pensamientos oscuros y le doy un beso en la frente, antes de envolver su manta más firmemente a su alrededor. Como si sintiera en su sueño que no voy a volver a ella, aprieta su manta, encontrando calor en lugar de mi antinatural gelidez.
Bien. Ella debe estar cálida. Se mantendrá cálida no importa qué. No importa si yo quiero estar con ella por toda la eternidad. Cuando su cuerpo se enfríe será porque su alma se ha ido, y tan rápido como no creo que sea posible, trataré de seguirla.
"Edward," susurra. Me hundo en la mecedora de la esquina de su habitación y escucho ávidamente. Cuando está durmiendo, siento como si pudiera leer sus pensamientos, porque dice lo que piensa en sus sueños. Es su mente la que quiero escuchar más que cualquier otra, y cuando duerme este deseo me es concedido.
Una serie de palabras confusas salen de su boca, y con mis agudos sentidos soy capaz de oírlas.
"Calma… la quemazón… vale la pena… el dolor… vale la pena… Edward… para siempre… dieciocho… no… Edward… diecisiete… para siempre…"
Frunzo el ceño por el lugar al que sus pensamientos la han llevado. La conozco lo suficientemente bien como para saber que desconoce completamente qué tan especial es. Espero que diga algo más, pero parece que ha dicho todo lo que va a decir. Es joven y está enamorada –pero es insensata. ¡Querer ser condenada a una eternidad como un monstruo! Me juro a mi mismo nunca dejar que eso suceda. Nunca sentirá el ardor del veneno en su sangre de nuevo.
Me veo incapaz de estar sentado y mirarla sin tocarla, entonces dejo la silla y me siento en el borde de su cama, acariciando su pelo y respirando su aroma. Hago mi mejor esfuerzo para ignorar el veneno formándose en mi boca mientras la miro, pero el monstruo dentro de mi ansía el cálido líquido pulsando debajo de la translúcida y fina barrera de piel. Ella es fácilmente rompible, y recuerdo el dulce elixir del que bebí no hace mucho tiempo. Sería tan fácil ceder –probarlo una vez más. El pensamiento trae dos emociones conflictivas, y no puedo decir cuál es más abrumadora. La primera es codicia –quiero probarla; escurrirla hasta dejarla seca. La segunda es culpa –culpa y dolor ante la idea de perderla para satisfacer mis propias necesidades egoístas. La idea de ella inmóvil y sin vida es agonizante, y todavía una parte de mi lo quiere y esa es la razón principal por la que me odio.
"Para siempre", susurra una vez más, y yo suspiro.
Nota de traductora: Sé que hay varios one- shots (incluso long fics) desde el POV de Edward situados en éste período. Pero este me gustó mucho.
Los siguientes capítulos no están conectados entre sí. Son de distintos momentos de Crepúsculo y Luna Nueva.
