Este estilo de fanfictions no va mucho con migo. Es un experinmento. Es un rubro completamente nuevo para mí, espero les guste.
Isilion Pronglet
Disclaimer: Rowling creó los personajes¡yo sólo los uso!
Ronald Weasley miraba por la ventana de la habitación, mientras sus parpados bajaban tan lentamente que era un movimiento casi imperceptible. Su cabeza apoyada en su mano izquierda, y su codo apoyado en el alfeizar de la ventana, sugerían un evidente cansancio, sin contar sus ojeras y el gran bostezo que lanzó luego de que el reloj diera las doce de la noche trabajosamente.
Luego, la puerta se abrió estrepitosamente, sacando a Ron de su ensimismamiento con un salto. Su hermana menor entró a la sala, con un abrigo largo y botas embarradas por la lluvia. Ron la miró con los ojos muy abiertos. Se paró rápidamente.
-¡Ginny!- Exclamó él- ¿Qué pasó, encontraste algo¿Viste algo¡Háblame mujer!
Ginny se dejó caer en un sillón verde cerca de la chimenea. Ron la miró, desesperado. La vio muy cansada. Muy cansada.
-Ron…-dijo ella con dificultad Lanzó un gemido de llanto- No…no hay nada, no… no encontré nada…no hay nada…-la pelirroja se echó a los brazos de su hermano a llorar con ganas.
Ron no podía creerlo. Realmente se había ido. Y por su voluntad. ¿Qué pretendía¿Qué le diría a Hermione¿A sus padres? Además Ginny estaba destrozada. Y él intentado soportar esta frustración terrible que se apoderaba de él segundo a segundo. Ron besó la cabeza de su hermana y se incorporó.
-No Ginny- dijo con voz dura- esto no puede estar pasando. Me rehúso¡y voy a buscarlo yo mismo!- exclamó, mientras se ponía el abrigo y se disponía a salir.
-¡Ron, no¿Y qué le voy a decir a Hermione cuando vuelva?...Qué haré aquí sola, qué-
-Ginny- le dijo su hermano- necesito ir a buscarlo. Lo necesito. Es mi deber…como auror, como ser humano. –dicho esto, el pelirrojo cerró la puerta tras de sí, y partió a una frenética carrera, gritando el nombre del desaparecido con una desesperación que nunca había sentido.
Mientras Ginny apoyó su cabeza en una repisa. Miles de pensamientos pasaron por su mente. Las lágrimas ahogaron sus ojos, y los cerró con fuerza.
Exasperada, se precipitó al suelo a llorar amargamente:
Sí, Harry la había dejado sola.
Harry se había ido.
Harry se apoyó en la silla de su escritorio y luego respiró profundo. Tomó su vaso de Firewisky e hizo sonar los hielos. Tomó un sorbo.
"Estoy poniendo a Ginny en peligro. A Ron. A Hermione. A todos." Pensó.Tal como había pensado a fines de su sexto año.
Era demasiado. Demasiado lo que había tenido que soportar los últimos años. Escapando, hechizando, evadiendo Mortífagos. Luego de esa pelea con el mismísimo Lord Voldemort en séptimo año, todo se había vuelto más complicado; y la herida que el Innombrable le había dejado no era sólo externa: era también interna.
No sólo lucía su cicatriz en forma de rayo. Sufría de presiones, de demasiados problemas. Perder a Sirius, a sus padres… A Dumbledore. Todo había sido demasiado.
"Ya no estoy dispuesto más a esto. No aguanto más. No voy a ponerlos a todos en peligro. No voy a…Voy a vengarme un día. Y será pronto." Se dijo. Sacó un pergamino de un cajón y con una pluma escribió una nota para Ginny. Tomó su abrigo negro y cerró la puerta.
Harry se había ido.
