Titulo: Cobarde

Autor: eminahinata

Fandom: Hawaii Five-0

Palabras: 326

Pareja: Steve McGarrett/Danny Williams

Advertencia: Pre-slash. Spoiler 2x10.

Disclaimer: Hawaii Five-0 y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de K/OPaperProducts y 101stStreetTelevision en asociación con CBS Productions. Este fic se hace sin fines de lucrar, ¿vale? Si fueran míos, Danno y Steve estarían juntos desde hace mucho tiempo de forma definida y no sólo por el condenado y maravilloso subtexto. ¿Qué? ¡Se vale soñar!

Resumen:Hay tantos secretos y tantas heridas. Secuela de Torre de Cartas. Pre-slash. Drabble.

Notas de Autor:¡Hola! Wow, este fue realmente interesante escribir y creo que me salí un poco del canon. Oh, bueno. Espero que les guste. Lamento subirlo hasta ahora, es que mi madre y yo estuvimos tres horas largas haciendo tamales. Seee, fueron tres largas horas y a mi padre en el fondo gritando por el partido de football. Saben que sus comentarios siempre son bienvenidos y sin más que agregar, ¡a leer!

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Cobarde

By: eminahinata

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Steve se removió inquieto en su lugar, moviendo su rostro para apartarlo de la luz que se filtraba por la ventana a su lado. Parpadeo varias veces antes de poder enfocar su vista, encontrándose con el rostro de Weston, que al verlo le sonrió aliviada, poniéndose en pie y haciendo el agarre en su mano más estricto.

-Iré por el médico –susurro la rubia, a o que el asintió y pronto la vio partir a regañadientes.

La vio ir con una sonrisa, que al desparecer por la puerta dejo caer, suspirando y volviendo a cerrar sus ojos. ¿Dónde estaba Danny?, pensó con tristeza. Pero era bueno. No podía hacerle frente todavía, no con todo esto. No con su miedo y confusión. No con sus negativas y desaires.

Era un cobarde

Y estaba bien con eso. Porque todas las personas que amaba se iban, lo dejaban caminando solo por el pasillo oscuro de la vida. Porque todo lo que tocaba moría. Su madre y su padre. Jenna y Josh. Nick Taylor y otro montón de personas bajo su mando. Y tenía tanto miedo de que si alzaba la mano y tocaba a Danny, este se desvaneciera con el aire, deformándose en millones de partículas y que no volviera a escuchar su voz, su risa.

Lo hacía llorar y acurrucarse en la esquina, lamiendo sus heridas.

Porque él amaba a Danny.

Y por amarlo Danny estaba condenado.

Y lo que dolía tanto, más que esto, era que su amigo, su compañero, no lo amaba como él lo amaba a él. ¿Y cómo podía? Danny era la luz y él la oscuridad, dos entes que podían estar cerca pero nunca tocarse. Danny era el sol y él la luna.

Hay tanto en su vida y tanto en la de Danny.

Hay tantos secretos y tantas heridas.

Y estaba bien con eso.

Porque era mejor la ignorancia y que de esa forma el rubio no sufriera.

Que equivocado estaba.

-Fin-


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