La vida a veces parecía ser demasiado lenta, los días eran como siglos, la verdad es que los recuerdos que me invadían no me permitían seguir adelante. Después de aquel mes de Marzo en el que mi vida había cambiado irreversiblemente, aquel mes en donde había perdido lo único que me importaba en este mundo, la única persona que tenía porque cuando te encuentras sola entre tantas personas, cuando nadie está a tu lado para darte calor, cuando nadie está para decirte una palabra de aliento, cuando desde niña has vagado por este tierra sin saber exactamente de dónde vienes o quien eres, si existe alguien más buscándote, y de pronto encuentras lo que has estado buscando desde pequeña tu hogar lo que habías deseado, pero nada dura para siempre, las cosas se van pero yo no creía que mi felicidad durará tan poco tiempo.
-Jacob-solloce sentada al borde de su tumba.
Isabella, era lo único que sabía de mí, y no es que ese fuera mi verdadero nombre, yo no tenía nombre no tenía apellido, no tenía identidad. Había sido abandonada por mis padres desde que tenía conocimiento es más ni siquiera sabía si tenía padres pero lo que sea que tuviera no estaba ni estaría presente en mi vida. Jacob había sido ese rayo de esperanza que yo había buscado tan desesperadamente a través de los años, conocerlo había sido lo más cercano al cielo, él me había devuelto la esperanza de creer que algo bueno existía para mí en este mundo después de tanto maltrato de tanta injusticia. Recordaba muy bien como hace un año atrás lo había visto por primera vez mientras realizaba la visita a la iglesia con mis otros compañeros del orfanato.
Flashback
Me encontraba atenta a lo que el sacerdote decía cuando de pronto vi dos bancas delante de mí a un chico que llamo mi atención, disimuladamente me permití observarlo, era alto, tenía una hermosa piel morena, no le podía distinguir bien la cara pero apostaba a que sería hermoso, era de esa clase de chicos que solo se ven en las películas o algo así, no es que yo hubiera visto muchas películas pero sabía que ese chico sería especial, me sorprendió no haberlo visto antes por estos lugares, Forks era pequeño, toda la gente se conocía pero seguramente el sería nuevo o vendría como visitante, aunque dudará que alguien querría venir a Forks como lugar de vacaciones. Me quede tan sumida pensando en que estaría haciendo aquí que no me di cuenta cuando me captó infraganti mirándolo. Me puse tan colorada y él solo sonrío, rápidamente me voltee en señal de vergüenza. No me atreví a mirarlo de nuevo mientras duro la misa pero si me di cuenta de que su rostro era hermoso tal como lo había predicho, nariz afilada y ojos café intenso que me hubieran dejado absorta en ellos si no hubiera sido por mi vergüenza.
Al salir de la iglesia rápido me reuní con mis compañeros pero antes de que pudiera encontrarlos una mano detuvo mi andanza.
-Hola- sonó una voz grave pero hermosa al mismo tiempo.
Y si, era el lindo chico que yo había estado acosando en la iglesia.
-Ho-ho-hola, mira lo siento yo no quería mirarte pero es que no sé qué me paso, en verdad si venías a reclamarme no es necesario, te ofrezco una disculpa.
-reclamar porque una chica tan hermosa reparara en mi persona, bueno yo no lo creo- dijo mostrando una hermosa sonrisa.
Fin del flashback
A partir de ese momento nadie pudo separarnos, los domingos se convirtieron en nuestro único día para estar juntos, él se había convertido en mi mejor amigo, le había contado todo de mi vida a pesar de que no tuviera mucho que decir puesto que nunca había salido de ese aburrido pueblo ni de ese orfanato donde él único día que me era posible salir era los domingos y solamente a misa con estrictas reglas. Él era nuevo, en efecto había venido a vivir con su familia a Forks, tenía 18 años, uno menos que yo que contaba con 17, en un año más sería libre y podría salir del orfanato para descubrir ese mundo que me había sido negado. El tiempo paso y sin darme cuenta me había enamorado de él, yo nunca había sentido lo que era querer a alguien, nunca había querido, si bien les tenía cierto aprecio a ciertos de mis compañeros no era nada comparado con aquello, yo nunca había amado a una madre, no conocía lo que era el amor en ninguna de sus expresiones, solo en la de dios porque era lo único que me habían enseñado a amar pero ahora que Jacob había llegado a mi vida sentía lo que era amar, lo sentía. Gracias a dios mi amor fue correspondido, me había costado decidirme sobre si decirle mis sentimientos o no a Jacob pero no quería perder tiempo y me anime y el resultado fue positivo. Nos convertimos en novios y el a veces se las ingeniaba para vernos a escondidas puesto que no me dejaban salir del orfanato. Era algo hermoso lo que estaba viviendo, él fue el primero en casi todo. Mi primer amor, mi primer beso, mi primera ilusión, mi primer sueño pero nunca mi primera vez. Eso fue lo que más ame de él, otro seguramente habría querido aprovecharse de una niña huérfana sin ningún tipo de protección en el mundo pero siempre me respeto, nunca me insinúo nada a pesar de que yo misma deseaba que lo hiciera ahora me arrepentía de no habérselo dicho, ahora ya nunca lo vería, ahora nunca sus brazos me sostendrían, él ya no estaría esos domingos en misa, ya no treparía el orfanato a escondidas, él ya no formaría parte de mi vida, todos esos sueños que una vez nos dijimos ya no se concretarían, yo ya no amaría, y es que ¿cómo amar de nuevo después de haberlo conocido a él?. Nunca conocería a nadie igual, nadie nunca lo superaría, él era mi todo, era el amor de mi vida y me había dejado sola, más sola que nunca, sin él yo no quería seguir, sin él no existía el sentido, todo era vano.
-Hoy se supone que era el día, Jacob. Hoy cumplo 18 años, ya soy libre pero tú, mi amor, no estás, ya de que me sirve esta libertad.
Uno de nuestros planes era que el día en que yo cumpliera 18 años, justo después de salir de ese orfanato nosotros nos casaríamos. Pero nada pudo ser posible. Un mes atrás todo era perfecto él estaba preparando todo, aunque sus padres se había opuesto él peleó contra todo y todos por nuestro amor pero todo acabo ese día en que le fue arrebatada la vida, él día en que ese loco de su mejor amigo le asesinó, ese día en que ese maldito se llevó su vida y la mía. Después de haber asesinado a Jacob huyo de manera cobarde pero yo juré ante Jacob que le encontraría y le haría pagar el triple de lo que él hizo, sufriría y mucho.
Edward Cullen iba a sufrir, iba conocer el dolor de la muerte.
