Mi primer historia con personajes de LL, se que la Nico de esta historia no es a la que estamos acostumbrados pero quiero creer que la situación por la que pasa es suficiente explicación para que ella sea así, tratare de ser lo mas constante posible con la actualizaciones.

Gracias por leer...

Love Live! Y sus personajes no me pertenecen u.u


Capítulo 01:

Nico estaba buscando entre sus tubos de óleo rosa, alguno que aún tuviera lo suficiente para terminar su más reciente obra. Pero todo apuntaba a que había cometido un error en sus cálculos y tendría que salir de su madriguera –departamento– para comprar más. Fue entonces que su timbre sonó, dio un salto poniéndose en pie y casi corrió hacia la puerta, esperaba que fuera alguno de sus hermanos, Nozomi o Kotori. No importaba quién, mientras pudieran salvarla de ir a la tienda de arte. Al abrir la puerta se topó con su amiga astrónoma, quien tenía en el rostro su usual sonrisa traviesa, a la que normalmente hubiese respondido con una mueca de fastidio y un pesado suspiro. Sin embargo, en aquel momento no fue así. Dejó la puerta abierta para que su amiga pasara mientras ella se dirigía a su dormitorio en busca de su cartera.

–¿Ocurre algo Nicochi? –preguntó Nozomi al ver la prisa de su amiga.

La pelimorada contempló el lienzo inacabado en medio de lo debería ser una sala pero, no era así; en lugar de sofás y una televisión se encontraban varias pinturas con la firma de su amiga, el piso de madera, tenía una improvisada alfombra de periódicos únicamente alrededor de donde se ubicaban el caballete y el banquito de trabajo de Nico. Los pinceles, tubos de pintura, diluyentes, espátulas –y demás materiales que utilizaba la pelinegra para expresar su arte– estaban en el ya desgastado y manchado mueble que Nico había destinado para ello, aquel que se encontraba en las cercanías de donde ella acostumbraba pintar. Al fondo, en la parte limpia del lugar, estaba una barra con bancos de madera al frente, que Nico usaba de comedor. Y detrás de esta, el pequeño espacio acondicionado con la estufa, el refrigerador y lavaplatos que la artista ocupaba como cocina. Aquella área siempre se mantenía impecable. Al otro lado de la habitación había un par de puertas, una correspondía al baño y la otra al dormitorio de su amiga.

–Ocurre que me quedé sin pintura rosa. –respondió la pelinegra al cuestionamiento de su amiga mientras salía de su habitación.

–Y como últimamente tienes complejo de hikikomori, quieres que yo vaya a comprarla por ti. –dijo Nozomi mientras recibía un par de billetes.

–¡No tengo tal cosa! –se quejó Nico.

–Entonces dime, Nicochi... –la astrónoma hizo una pausa para contemplar el puchero de su amiga– ¿Cuándo fue la última vez que salíste de tu departamento? –la pelinegra no pudo responder, sólo giró la cabeza en busca de su calendario y con horror descubrió que este tenía una fecha muy atrasada, estaba segura de ello, pues recordaba que había anochecido y amanecido en varias ocasiones desde que dejó esa marca verde en forma de conejo –mal dibujado por cierto– sobre aquella fecha. Nozomi soltó un pesado suspiro antes de formular la siguiente pregunta, al ver la expresión en el rostro de su amiga. –¿Al menos eres consciente de que tienes vecina nueva? –Las pupilas rojas de Nico chocaron con las verdes de su amiga.

–¿Y cómo sabes tú que tengo vecina nueva?

–Acabo de ver a una pelirroja entrar con maletas al departamento de junto y Kotori me comentó que el fin de semana que vino a asegurarse si seguías con vida, un camión de mudanzas estaba estacionado frente al edificio.

–Oh... –fue lo único que respondió Nico antes de darse cuenta de un importante detalle, si no tenía idea de en qué fecha estaban, menos sabía cuánto tiempo le restaba para la entrega de sus obras– ¿Cuánto falta para mi exhibición ? –preguntó realmente preocupada.

–Cierto, asegúrate de lo que te hace falta. Ni Kotori ni yo podremos venir a visitarte en estos dos días que faltan antes del evento.

¡¿Dos días?! ¿Eso era todo el tiempo que tenía? Una vez su cerebro logró procesar esa información, tuvo un micro infarto del cual se obligó a recuperarse rápidamente, ya que no tenía tiempo ni para morirse.

Corrió hacia su material de trabajo y revolvió todo a su alrededor asegurándose así, de que no hiciera falta nada más, inspeccionó los bocetos que había hecho para los tres cuadros que aún no comenzaba y con los cuales finalmente completaría el número de la exhibición. Rápidamente llegó a la conclusión de que le daría más dinero a Nozomi y le pediría algunas cosas extra, no planeaba arriesgarse a quedarse sin material en medio de la noche, eso sí la mataría.

Cuando la astrónoma regresó a la madri... departamento de su amiga, esta se encontraba terminando de cocinar un mega festín y no porque fueran a tener una fiesta, sino porque pensaba enfrascarse nuevamente en terminar su trabajo, sólo haciendo las pausas necesarias para calentar en el microondas parte de lo que preparaba en ese instante y comer rápido para luego volver a lo suyo. Nozomi lo sabía, no era la primera vez que Nico lo hacía. Ella y Kotori habían decidido no quejarse, ni regañarla por este tipo de cosas, ya que al menos se preocupaba por alimentarse.

–¿Quiéres algo de lo que preparé? –le preguntó la artista a su amiga, esta sólo negó con la cabeza y argumentó que debía volver pronto al trabajo.

–Trata de no perder la noción del tiempo nuevamente Nicochi, o te meterás en problemas.

Luego de despedirse, la pelinegra se dirigió a su área de trabajo y se quedó observando el lienzo frente a ella por algunos segundos, era deprimente, al menos lo era para ella. Todos aquellos colores en tono pastel que combinaban a la perfección en la pintura, por alguna razón la hacían recordar sus tiempos de escuela, donde lo único que deseaba era ser una idol. Pero aquel sueño se había visto truncado por un desafortunado accidente. Durante el festival escolar, le había caído uno de los reflectores del escenario donde se presentaba con su grupo. Aún con la atención médica casi inmediata, una de sus piernas no quedó totalmente bien y aunque había tomado la rehabilitación tal y como se lo habían indicado, no logró recuperarse por completo. En la actualidad casi nadie se percataba de su leve cojera, al menos mientras no realizara cualquier actividad que requiriera mucho esfuerzo físico, pues esta se acentuaba luego de ello.

Eso la llevó a renunciar a su sueño, lo que la había sumido en una larga etapa de depresión y pesimismo pero también a descubrir, que aunque no era la mejor dibujante, gracias a los pinceles y el óleo, podía plasmar maravillosos cuadros con los cuales lograba hacer felices a los demás e incluso, ser reconocida por ellos. A pesar de todo, los recuerdos de cómo había tenido que abandonar su primer sueño, sin siquiera comenzar, la llenaban de tristeza. Fue por eso que en su departamento no tenía televisión y lo único que reproducía música era su celular, el cual sólo tenía como tonos de llamada y mensajes los ya predeterminados.

Luego de la exhibición, el dueño de la galería de arte había quedado fascinado por las nuevas piezas de Nico, eso no era novedad, él se había autonombrado admirador de las obras de la pelinegra desde que les dió el primer vistazo un par de años atrás. Pero en esta ocasión estaba aún más contento ya que todas las pinturas de Nico se habían vendido rápidamente y le pidió a la artista que le tuviera nuevas obras para la próxima exhibición, aquello era inusual, ya que Nico era la que solía presentarse cada cierto tiempo con nuevas pinturas que mostrar. Alentada por sus hermanos, ella aceptó sin ponerse a pensar en las dificultades que esa decisión implicaría.

Ya una vez en su departamento le dio la vuelta al calendario para marcar la fecha del próximo –realmente próximo– evento y fue entonces que entró en pánico. Si bien Nozomi y Kotori intentaron hacerle ver lo precipitado de su decisión, ella sólo les dijo que no se preocuparan que lo tenía todo bajo control. Con su temblorosa mano logró marcar la nueva fecha y luego dejó caer el plumón al suelo. Sintió la necesidad de gritar "ayúdenme", al igual que lo hacía una de sus vecinas de los pisos inferiores cuando se encontraba justo en la temporada de exámenes –nadie la culpa–. Pero no, logró controlarse, la desesperación no debía apoderarse de ella o tendría un bloqueo y eso sería lo peor que podría ocurrirle en esta situación. Tomó su libreta de bocetos, con la esperanza de que alguno de los que había desechado anteriormente, le fuera útil.

Nico se sentó en el banco frente al caballete y un lienzo en blanco. Ladeo la cabeza y suspiro pesadamente, tenía la paleta de madera en su mano con los colores que considero necesitaría y un pincel en su otra mano. Esperaba que sobre la marcha se le ocurriera algo, ya que su cerebro estaba en blanco y realmente no tenía tiempo para seguir meditando que hacer. Resignada acerco su pincel a la superficie de madera para sumergirlo en unos de los tonos que había puesto en ella cuando una melodía capto su atención. Era un piano. Fijo su mirada en la pared detrás del lienzo al darse cuenta que venia del departamento de su nueva vecina, a la cual no había ido a saludar aun. Algo en el cerebro de Nico se ilumino y soltó la paleta, esta choco contra la alfombra de periódicos y los colores en ella se revolvieron creando un tono verdoso nada agradable que salpico manchando su pantalón. La artista se puso de pie tomo una nueva paleta y algunos tubos de pintura. Sin pensarlo demasiado comenzó a deslizar el pincel con pintura lila por el lienzo…

Kotori y Nozomi tocaban el timbre del departamento de su amiga de manera insistente, comenzaban a preocuparse ya que esta no abría y estaban seguras de que estaba ahí gracias a que la luz se filtraba por debajo de la puerta.

–¿Y si se ha estado exigiendo demasiado y se desmayó? –le pregunto la diseñadora de modas a la astrónoma– ¿Recuerdas que nos comentó que la última vez casi le da un infarto al darse cuenta que se quedaba sin tiempo? –ella no tendía a ser fatalista, pero había tenido una semana muy estresante y aquello no le permitía pensar bien.

–No lo creo, pienso que tal vez se quedó dormida. –respondió Nozomi mientras volvía a tocar el timbre aquello provocó que la melodía de piano que habían estado escuchando mientras esperaban que Nico les abriera cesara, unos segundos después la puerta de junto se abrió mostrando a una molesta pelirroja.

–¿Podrían dejar de hacer eso? –pregunto la chica de ojos lila– No me dejan concentrarme, es obvio que la persona que vive ahí –señalo la puerta frente a la que estaban– no se encuentra.

Antes de que Nozomi y Kotori pudieran contestar la puerta del departamento de su amiga se abrió dejando ver a una ojerosa pelinegra que estaba de malhumor, ya que aunque sus amigas no lo sabían habían interrumpido su momento intimo con su vecina –aunque esta tampoco tenía idea– la astrónoma le sonrió a la gruñona vecina de Nico.

–¡Nicochi estábamos por irnos ya que tu amable vecina no dijo que no estabas!

–¿Ah? –la artista dio un paso al frente para ver a la mujer en cuestión pero esta se giró rápidamente y cerro su puerta de un fuerte portazo sin siquiera prestarle atención a la pelinegra. Aquello decepciono a Nico, ya que luego de 3 días escuchando las hermosas melodías que procedían de su piano sentía curiosidad por saber cómo era.

Dejo pasar a sus amigas que una vez adentro se llevaron una gran sorpresa, había cuatro nuevos cuadros. Era cierto que su amiga trabajaba rápido cuando tenía una idea en su cabeza, pero sabían que lo que más trabajo le costaba era pensar en que era lo que haría.

–Nico-chan… –la llamo Kotori– ¿Cuándo hiciste estas?

–En estos días. –se limitó a responder la pelinegra, mientras se sentaba en su lugar de trabajo esperando a ver si su vecina continuaría tocando.

–Eso es más rápido de lo normal. –comento la chica de ojos ámbar– ¿Estas teniendo uno de esos momentos de inspiración continua?

–Algo así... –parecía que ya no habría más música ese día, por lo que Nico hizo su material de trabajo a un lado y se acercó a sus amigas– Debo aprovechar mientras tenga este efecto en mí. –Nozomi y Kotori intercambiando miradas no comprendiendo a lo que su amiga se refería.

–Dijiste algo de mi vecina ahorita que les abrí.

–Sí… –Nozomi hizo una pausa– ¿Ya te presentaste con ella?

–No he tenido la oportunidad. –confeso la pelinegra.

No es que no lo hubiera intentado, de hecho aquella mañana se plantó frente a su puerta estuvo tocando el timbre durante un rato pero nadie salió por lo que había vuelto a su departamento y más tarde escucho la puerta abrirse y algunos minutos después el piano. Al parecer salía durante la mañana y sus tardes se dedicaba al menos dos horas a tocar, y Nico prefería aprovechar a pintar en lugar de ir a presentarse. En su defensa la chica que vivía junto a ella tampoco había intentado hacer contacto con alguno de sus vecinos o eso era lo que le había comentado Eli, la chica que vivía del otro lado del departamento de la pianista.

–Bueno se ve bastante interesante. –dijo Nozomi con una sonrisa traviesa que a Nico no le gusto para nada.

–No me hagas las cosas difíciles con ella. –le advirtió la artista.

–Pero si no planeaba hacer nada Nicochi.

–Claro.

Mientras sus amigas debatían Kotori examinaba las nuevas creaciones de la pelinegra y le parecían lo mejor que había hecho hasta el momento. La música del piano comenzó a sonar otra vez y Nico corrió a su puesto de trabajo dejando hablando sola a Nozomi. Se quedó quieta unos segundos y reemplazo el lienzo que tenía frente a ella con una pintura ya empezada por uno nuevo y comenzó a pintar. La astrónoma y la diseñadora comprendieron en ese momento que estaba pasando, su amiga expresaba lo que su vecina transmitía con sus melodías, y eso era algo realmente sorprendente. Ambas sabían que Nico no había podido escuchar música de ningún tipo desde su accidente sin deprimirse. Esa era la primera vez en años que veían a su bajita amiga no hacer muecas de disgusto o tristeza al escuchar una canción. La sonrisa de Nozomi paso a una que siempre le salía de forma involuntaria cuando se le ocurría algo y esta era de las pocas veces que Kotori estaba interesada en saber de qué se trataba…


Canción que toca Maki:

Statice- Pandora Hearts