Digimon no me pertenece.
Diálogos — bla, bla, bla —
Pensamientos "bla,bla, bla"
Miedo, Ira, Odio
El ser humano teme a todo aquello que no comprende y definitivamente no comprendía a los Digimon, el mundo observo con horror como los noticieros y los periódicos anunciaban esa horrible batalla entre dos gigantes, dos grandes Colosos Alphamon y Omegamon, como el muelle termino totalmente destruido en un espectáculo que no duro ni tres minutos, los gobiernos se alarmaron y las redes sociales se llenaron de temor.
El miedo conduce a la Ira.
Taichi tenía demasiada ira, tenía ira consigo mismo por tener miedo de hacer lo que antes consideraba correcto, si el actuaba tan impulsivamente como antes, las personas saldrían lastimadas, ya no serían estructuras destruidas si no vidas que se apagarían.
Pero nadie comprendía sus palabras, Yamato el siempre queriendo tener la razón, y Tai no podía aceptarlo, ¿Por qué Matt siempre lo desafiaba? Acaso era su incesante deseo de llevarle la razón, acaso no podía aceptar que el podría estar equivocado, pero claro que no él era siempre el señor perfecto, el tipo frio y aislado pero aun así que siempre tenía que ser un caballero de brillante armadura.
Kari, su propia hermana le comentaba que si no luchaban las cosas serían peores ¿Lo podrían ser? Acaso no veía el mundo como reaccionaba, las personas juzgaban a sus amigos ciegamente, no se daban cuenta que no todos los Digimon eran malos, todo era culpa de ese extraño virus, ese que infectaba a sus amigos.
Agumon jamás lastimaría a nadie si no fuera por la culpa de una fuerza externa que lo empujara hacerlo, su compañero era el ser más amable e inocente que conocía. Entonces porque todos estaban tan empeñados en llamarlo "Monstruo".
Cuando caminaba por las calles solo veía letreros y mensajes sobre los Digimon, la gente estaba tan enfocada en llevar sus temores a los extremos que no se daban cuenta que no sabían nada de ellos.
¿Realmente Tai lo sabía? Cada vez que pensaba en los Digimon recordaba los buenos momentos en el digimundo, recordaba a sus amigos tanto humanos como Digimon por igual, pero entonces las palabras de Joe llegaban.
"Quien nos eligió"
"alguna vez alguien nos preguntó"
"¿Por qué debemos ser nosotros quienes luchen?"
El tenia razón, pero no quería decirlo si iba y hablaba con el cómo le daba la espalda a Gomamon entonces llegaría un momento en que tendría que enfrentar sus propios miedos, el miedo a lastimar a otros pero en verdad era el miedo de perderlo todo, tenía tanta ira con las demás personas que no comprendían nada.
Los seres humanos son intolerantes por naturaleza, no eran unos cuantos eran todos, él era intolerante no podía aceptar que esas personas siguieran juzgando a sus amigos, a sus compañeros aunque intentaba entender sus temores como el tenia los suyos propios pero entonces se llenaba de más ira al pensar en cómo Augmon y los demás serian lastimados por esas personas.
Ahora tenía el gobierno una especie de agencia y cuando aparecía un Digimon debido a la distorsión que había entre mundos ellos eran llamados.
Tai se sentía como un mercenario, se sentía como un arma, pensaba que al principio era necesario acudir, que debían ser ellos quienes lucharan pero entonces algo comenzaba a ocurrir, nuevos niños elegidos comenzaron aparecer.
Meiko era la prueba de ello, era su amiga ahora, o eso quería pensar lo cierto es que no la conocía lo suficiente para dar una opinión clara sobre ella.
Pero todos los demás lo aceptaban, simplemente lo aceptaban. Pero Tai no podía hacerlo, su mente estaba llena de contradicciones pero si algo estaba claro era que no quería ser usado, no quería que nadie viniera y le dijera que debía luchar si no era por su convicción, ya antes lo vivió con Gennai.
Entonces sintió una mano sobre su hombro, giro para ver a su amarrillo compañero, Agumon tenía nuevamente esa expresión de preocupación en su rostro y Tai se reprendió por esto, no quería asustar o seguir preocupando a su amigo, solo pudo sonreírle
—No te preocupes, estoy bien —
Y su inocente amigo le cree, le sonríe y anuncia nuevamente que quiere comer algo delicioso a lo que solo puede reír ante ello, levantarse de ese prado verde que se ha convertido últimamente en su refugio.
Él era un cobarde, nunca entendería por que tenía el emblema del Valor a veces se preguntaba si era el correcto, no pudo evitar sacar su Digivice y sentir nuevamente un fuerte dolor en su pecho, desvió la mirada tan rápido como pudo de aquel objeto, nuevamente esta de color negro, cada momento que pasaba, cada día que tenía más dudas y mas temores, su Digivice se ponía de color negro.
Quería que alguien le explicara lo que sucedía, pero una parte de él, no quería saber la respuesta acaso ya era tan indigno de ser un niño elegido.
—¡Tai, Tai! —
El llamado de su amigo lo despertó, nuevamente sumergido en sus pensamientos, estaban llegando a una zona transitada de la ciudad, ¿Cuánto llevaba caminando? Últimamente el tiempo parecía jugarle tan malas pasadas.
Pero el verdadero interés era lo que su amigo señalaba, era una niña no mayor de ocho años, una pequeña niña que estaba sobre el cuerpo de un lastimado Punimon, la gente gritaba que alejaran a la niña de la criatura, dele monstruo pero lo cierto es que eran pocos, la gran mayoría estaba lanzando rocas y todo aquello que encontraran, no les importaba el estado de la pequeña mucho menos de digimon.
Las personas solo saben reaccionar con temor cuando están juntas, en vez de actuar con valor, en vez de pensar bien los actos, no. Deben atacar a todo lo que desconocen y hablar con intrigas, mentiras e intolerancia.
Agumon lo miro, esa mirada de determinación en su rostro, estaba listo para luchar, pero Tai no lo estaba, entonces pensó que si hacían algo las personas comenzarían a comprender que los Digimon no estaban solos, que habían personas a su lado que luchaban como familia, tenía miedo de lastimar.
Pero el grito desgarrador de la niña que lloraba al ver como su compañero Digimon comenzaba a desintegrarse, el grito de la niña con el rostro ensangrentado, esa mirada, y esas lágrimas.
Algo murió dentro de tai ese día. Algo que fue llenado por un profundo odio.
El rugido de Skullgreymon se escucho por toda la ciudad, tal vez por todo el mundo. Los niños elegidos sin importar donde estaban lo escucharon, pero rápidamente fue mezclado con el sonido de las sirenas de las ambulancias, de los vehiculos de los bomberos y sus pesadas maquinas. Un gran incendio consumía parte de la ciudad y la extraña criatura que surgió por unos minutos desapareció.
Tai cargaba en sus brazos el cuerpo de la pequeña niña, alguien le había asesinado de un fuerte golpe, tal vez el adolescente con la varilla de hierro, tal vez fue la mujer que le arrojo ese gas en su rostro y la ahogo, tal vez fue el mismo por haber dudado en actuar. El emblema del valor, el emblema del sol cayo en un eclipse eterno de oscuridad.
El miedo induce a la ira, y la ira al odio, el odio es el camino a la oscuridad y esta es el hermana de la luz.
Nota del Autor: Un pequeño escrito que hace días quería hacer, sobre lo visto últimamente en digimon Tri, aun no decido si darle continuacion, pero por ahora lo dejare a su decisión, espero que les guste
