Hola mis hermosas bebés kacchako, vengo con un drabble (I guess) que me entró por los ojos y dije ¡Tengo que escribirlo ya!

No me odien. Yo creo que la próxima semana habrá capítulo nuevo de "La luz que se apaga" btw, si no lo han leído, les invito a leerlo.

Disclaimer: Todos los derechos para Horikoshi-sensei.


Lluvia

El ruido de las gotas golpear el techo la despertaron del profundo sueño que estaba teniendo; lentas e infinitas, algunas gotas caían con más prisa y otras, por el contrario, caían perezosamente como una gran masa haciendo un ruido sordo al estrellarse. Era como una melodiosa canción de diferentes tonalidades la cual tenía la dicha de escuchar aquella tarde mientras se estiraba desperezándose y apretaba con fuerza sus sábanas.

Cerró los ojos mientras sonreía encantada por ritmo de aquella entonación natural. Soltó un suspiro acurrucándose debajo de su sábana con el afán de seguir disfrutando esa malditamente hermosa tarde desde a calidez de su cama.

Dio una vuelta armoniosa, y al girarse una vez más sintió el peso de algo que le impedía extenderse por la inmensidad de su sagrado territorio. Frunció el ceño con los ojos cerrados, negándose internamente a interrumpir su doctrina adorada por nada del mundo.

Sintió un aliento de menta recorrer su cuello, haciendo que hasta el último de sus folículos pilosos se estremeciera terminando en una electricidad exquisita en su pecho; La calidez de esa sensación oprimió su corazón, desbocándolo en un ritmo acelerado que no pudo ser impedido ni por sus más fuertes instintos.

Cuando sintió una mano haciendo a un lado su pelo para terminar en un tierno beso detrás en su nuca pensó que moriría en ese mismo instante.

— Ya levántate, holgazana.

Soltó un quejido tal cual criatura deseosa de seguir con sus caprichos infantiles.

— Bakugou-kun, déjame seguir durmiendo, por favor.

Bakugou, en sus infinitas ganas de fastidiar a aquella castaña, alargó su mano pasándola lentamente por su cintura, su tacto fue tan superficial que apenas apoyaba sus yemas sobre ella; y él no era tonto: Era totalmente consciente de que ante un gesto de ese calibre podía lograr que el corazón de Ochako se acelerara al ritmo de cien km/h y sonreía con malicia por tener ese poder.

Aunque Uraraka ya no se limitaba a ocultar la reacción de su cuerpo ante las caricias de aquel hombre (demonio). Simplemente llevó su mano y la posó sobre el dorso de la mano de Bakugou, entrelazó sus dedos logrado pinzarlo y retenerlo ahí mismo. Lo estiró ligeramente con una sonrisa triunfal haciendo que él cayera sobre ella, con su cabeza apoyada sobre la suya.

— ¡Durmamos!

Él soltó un bufido de desaprobación, una vez más su aliento se desparramó por su cuello en un suave cosquilleo.

— No me gusta perder el tiempo de esta manera —A pesar del tono hastiado de su voz, movió ligeramente la cabeza haciendo que algunos mechones de cabello castaño hundieran su nariz. La fragancia vainilla que despedía Ochako inundaba todo su ser, y le gustaba. Y para ese momento, él tampoco trataba de negar los efectos que la chica tenía sobre él.

— A mí me gusta —Uraraka volvió a cerrar los ojos mientras sentía el cuerpo de aquel hombre, enigmático a sus ojos, se adaptaba a su forma debajo de las sábanas.

Ella casi podía jurarlo… Que él en realidad había aparecido solamente para acabar con ella de esa manera.

Aunque él nunca lo admitiera…

Y aunque ella nunca lo diría…

— A ti te gustan cosas feas —Uraraka sonrió.

— Como tú —Él quedó en silencio… tal vez avergonzado, tal vez sorprendido, tal vez… La respuesta fue el musical que estaba orquestando la lluvia ahí afuera.

— Cállate.

Justo cuando pensó que aquella tarde lluviosa no podía ser la mejor… Llega él, con su olor a pólvora y sudor a éxtasis, a mejorarlo.


Que tengan un bonito día lleno de fluff ^w^

Espero sus comentarios para ver qué les pareció.