Hola! He visto que muchos suben fanfics para San Valentín y como quiero ser popular (ok no ._.) decidí subir mi propio Fanfic! Generalmente escribiría Zoro x Sanji, pero me ha entrado la gana de escribir un Sanji x Luffy que a mi parecer es mucho más tierno y empalagoso.

Declaimer: Los personajes y en general todo One Piece el pertenece a Eiichiro Oda, yo solo los tomaré prestados a los personajes para mi pervertida imaginación.

Nota de la Autora, o sea, yo: Planeaba que fuera un One shot, pero al final me decidí en un Two shot con final Lemmon (e,,e) Asi que no se desilusionen antes de tiempo (Por el Rating T) que planeo subir mañana. Sin más que decir

Enjoy!


Sólo para ti

oOo.~.oOo

Luffy se encontraba en silencio y recargado en el mesón de la cocina, sin tener los ánimos suficientes como para asaltar la nevera; en vez de eso se dedicaba a suspirar lastimeramente mientras miraba por la ventana. En la cubierta del Thousand Sunny Sanji bailaba de felicidad con corazones en los ojos llevando de aquí para allá postres y regalos para sus dos chicas que le sonreían complacidas. Llevaba así toda la mañana.

El capitán del barco sabía que el día de San Valentín era importante, su hermano Ace se lo había mencionado muchas veces, así que entendía que el rubio cocinero se hubiera pasado prácticamente toda la noche preparando un desayuno especial y que posteriormente rondara a Nami y Robin con sus Melorin~ melorin~ pero algo en su persona no podía dejar de sentirse mal, enfadado y con un sabor amargo en la boca, frunció el ceño y aferró con cuidado la hoja de papel que tenía entre las manos; le había costado lo suyo robarle el papel en blanco a la pelirroja, pero parecía que su esfuerzo no había sido suficiente como para llamar la atención del de las cejas risadas.

FLASH BACK

El amanecer y un aroma delicioso despertaron al chico de goma un poco más temprano de lo habitual, el chico se había bajado de la cama con energías recargadas y una gran sonrisa en el rostro. Haciendo el menor ruido posible subió a cubierta, caminó hasta su asiento personal y sacó aquél trozo de papel que la noche anterior dejó escondido. Le dio una última mirada con gran satisfacción, se podría decir que estaba orgulloso de su arduo trabajo.

Entre saltos y risas llegó a la cocina, respiró hondo y entró corriendo como cada mañana, gritando por la emoción del desayuno.

-Sanji… -fue todo lo que consiguió decir antes de que el cocinero le estampara un pie en la cara.

-¡Ahora no Luffy, esta comida no es para ti así que ve a esperar afuera! Lo último que necesito es que vengas a arruinar el desayuno de las chicas. –Y lo había arrastrado hasta la puerta sin escuchar ni una palabra más de su capitán.

FIN FLASH BACK

No sólo había sido rechazado antes de preguntar, sino que esa persona por la que había desarrollado aquellos extraños sentimientos tenía sus propios intereses en sus nakama mujeres. Por un segundo sintió que le entraban ganas de golpear a las dos chicas, pero sus pensamientos fueron interrumpidos con el abrir de la puerta de la cocina, el espadachín entró bostezando y rascándose la nuca con total despreocupación, al darse cuenta de que no estaba solo en el lugar se giró sobre los talones y cuál fue su sorpresa al ver al pelinegro con el rostro angustiado y los ojos con un brillo extraño, como si estuviera al borde del llanto.

El segundo al mando se le acercó sin decir palabra y se quedó a su lado, sin saber qué decir ni preguntar, esperando a que tal vez su capitán le hablara si de verdad lo necesitara. Esperó con paciencia, pero el chico parecía demasiado perdido en sus pensamientos como para prestarle atención, reparó en el papel que tenía entre las manos y sonrió con algo de simpatía al distinguir los garabatos dibujados.

La puerta se abrió por segunda vez.

-Ya regreso Nami-swan –El rubio cerró la puerta tras de sí ignorando la presencia de sus dos nakama, todavía llevaba la ridícula sonrisa babosa en la cara cuando fue consciente de la escena. Se extrañó un poco por las expresiones en sus rostros pero se acercó de todos modos corriendo el riesgo de romper el ambiente, algo extraño a su parecer.

-Hey, Luffy… -El menor dio un leve salto al escuchar su nombre en los labios del rubio, aflojó la expresión y escondió el papel tras su espalda, el cocinero lo notó pero le restó importancia –No has gritado en todo el día ¿Te ocurre algo?

-Nada –Fue todo lo que obtuvo por respuesta.

oOo.~.oOo


oOo.~.oOo

Daban las siete y la tarde entraba en noche, estaba exhausto pero aún me quedaba mucho por hacer, en cualquier momento entraría Chopper o Usopp o Franky o…Luffy a buscar comida. Por alguna extraña razón se me hacía difícil pensar en mi capitán, desde esta mañana, cundo me había interrumpido los preparativos del desayuno que lo sentía diferente. Como si no le conociera.

Apagué el décimo cigarrillo del día y dejé reposar mi cabeza entre mis manos. Algo realmente raro estaba ocurriendo, el espadachín y… él en la cocina, nada de sake ni comida fuera de la nevera, una sonrisa torcida y el silencio de un lágrima que resbala por la mejilla de un demasiado calmado peli negro. Llevaba más de media hora dándole vueltas al asunto y no conseguía nada. Sopesé la idea de encender otro cigarrillo que me calmara las ganas de entender lo que había ocurrido, la idea se esfumó en cuanto mi preciosa navegante entró meneando las caderas con una mueca molesta en el rostro. La observé con una sonrisa cansada y esperé a que ella se sentara frente a mí para preguntar.

-¿Qué ocurre Nami-san?

-Eso quisiera saber yo, Luffy está actuando raro, ha dicho que se iría a dormir, que no cenaría y se ha encerrado en el cuarto de los chicos…no hemos conseguido sacarlo de ahí.

-Mmm, eso no es común en él.

-¿Cierto? Y como si fuera poco Zoro ha dicho que le dejáramos en paz y…que todo era tu culpa.

Las palabras de mi Melorin me tomaron con la guardia baja, culpa mía ¿Qué había hecho yo? Intenté recordar pero nada me venía a la mente. Ayer todo estaba normal, Luffy se fue a dormir con la misma sonrisa en la cara, entonces ¿Por qué?

-Sanji-kun, deberías hablarle, si algo has hecho será mejor que lo soluciones para la hora de dormir.

Nami-san se puso de pie y me dejó en silencio, la puerta dio un suave golpe al cerrarse y pude sentir que algo me aprisionaba el corazón, como si un frio me helara, pero ninguna ventana estaba abierta. Suspiré y me levanté desperezándome. Debía preparar la cena.

oOo.~.oOo


oOo.~.oOo

Había tocado la puerta por lo menos unas diez veces desde que los otros se habían ido a cenar, realmente esperaba que Luffy me abriera, no me perdería la cena por nada, me recargué en la puerta con aburrimiento y puse una mano en la perilla.

-Luffy, soy yo, Zoro.

Nada, la puerta cerrada y un silencio casi sepulcral si omites los suaves sollozos que traspasaban la madera, conté los segundos y tras pasar los diez un chasquido en la puerta me dio la respuesta que había estado esperando, entré despacio entre la penumbra, sentí que Luffy me abrazaba por la cintura y lloraba en mi pecho, me invadió el pánico por unos segundos, yo no sabía qué hacer en situaciones como estas y no atiné sino a levantarle el rostro con una mano y secar sus lágrimas con mi mano libre. Se veía tan indefenso, seguramente la primera desilusión amorosa de mi capitán.

-Zorooo… -Se aferró aún más a mí, esta vez con manos y pies, me sentí inmovilizado. Como pude me fui liberando del abrazo y, poniéndole ambas manos en los hombros, le miré a los ojos con la tenue luz de la luna dispuesto a darle una frase de aliento.

-Luffy, dime que vaya a matarlo y lo haré sin errores –Conseguí que volviera el llanto, pero esta vez sumándole gritos. Vale, no era mi mejor idea, pero no sabía que más decirle. Esperé a que volviera a calmarse, pero no hubo forma, el chico estaba deshecho en lágrimas, ni los golpes lo hicieron detenerse. Media hora, después de amenazas, puñetazos y zarandeos, Luffy se cansó de llorar y empezó a gimotear entre hipos.

-Zo-ro…tie-nes que dar-le la car-ta -¿Carta? ¡Ah! Pero claro, el papel con dibujitos de esta mañana.

-Si le entrego el dibujo ¿Dejarás de llorar? –El peli negro asintió aun hipando, tomé la "carta" de uno de los muebles de noche y le hice frente a Luffy para darle unas palmaditas en la espalda antes de salir del cuarto. Ahora sólo quedaba esperar a que todos se fueran a dormir, entonces le entregaría el papel al cocinerucho y todos felices…hay que ver lo que tiene que hacer uno por su capitán.

oOo.~.oOo


Hasta aquí! espero que les haya parecido relativamente bien, la parte interesante está en el siguiente capitulo, asi que tendrán que esperar un poco jeje

Gracias por leer

Bye bye~

Reitsuki Mitsukuri